Editorial

ESPERAR Y QUEJARSE…¿O ACTUAR?

#InPerfecciones
“¡O hombre, el mundo no mejora con tus criticas, pero florece con tus acciones!” Anónimo

 

Theo Laurendon
theolaurendon@gmail.com

 

 

 

Al esperar que el gobierno, los ricos, las empresas hagan el cambio estamos renunciando a la fuerza que ha permitido, a lo largo de la historia, crear mejoras políticas, económicas, sociales y tecnológicas, puesto que todo desarrollo siempre nació de un puñetazos de hombres y mujeres que dejaron de esperar a que otros actúen y lo hicieron ellos mismos.

¿Que hubiera pasado durante la revolución francesa si el pueblo parisino hubiera seguida esperando un cambio? No hubiera nacido la revolución.

¿Qué hubiera pasado si Marie Curie, Albert Einstein, Gandhi, Martin Luther King, Mandela y cientos más hubieran pensado “bueno, aquí me quedare esperando a que el cambio ocurra”?

¿Qué hubiera pasado durante el terremoto de hace dos años si todo el pueblo mexicano hubiera pensado “bueno, lo harán los bomberos, yo me quedo en casa”?

Las sociedades modernas y postmodernas occidentes disfrutan de un estado de derecho y de mucho confort (si lo comparamos con algunas zonas de África, Asia etc.). Pero esto es un arma a doble filo: nos hemos vuelto tan acostumbrados a que el estado nos regale muchas cosas y que nos de comer con una cuchara directamente en la boca sin tener que hacer nada…que nos quedamos esperando y renunciamos a actuar. Renunciamos a nuestro estatus de adulto libre y pensante, consciente y diseñador de su propia realidad, para convertirnos (¿regresar?) al estatus del niño que contempla, aterrorizado, los problemas de su tiempo y espera que su papa (estado) le proteja.

Pero el estado somos todos. La república es cosa de todos (viene del latín “res”, que significa “cosa”, y de “publica” que significa “del pueblo”. Es decir, la república es la “cosa del pueblo”).
Y el mundo es tal como es porque todos, absolutamente todos y cada uno, lo hemos hecho así.

Podemos culpar a la empresas por el cambio climático e ir a huelgas para salvar el planeta, pero hasta que no seamos nosotros 100% ecológicos con nuestras acciones no tiene sentido ni es eficaz.
Podemos culpar al gobierno de los males económicos y sociales del país, pero si nosotros no hacemos nada, aunque sea a nuestra pequeña escala, ¿qué derecho tenemos de juzgarle?

Quejarse y esperar, es renunciar a nuestro mayor poder y responsabilidad: la de pensar libremente y actuar en consecuencia.
No hacer nada, es proprio de las piedras. No de los seres humanos.
Actuemos, todos.
                      “El mal triunfa cuando los hombres de bien dejan de actuar”                                                                                      Gandhi


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