#InPerfecciones
Aplaudir el 0.1% de crecimiento del PIB en términos de economía resulta tan burlón cuando seguimos teniendo gente que no tiene lo mínimo para sobrevivir.
Carlos Rosas Cancino / @CarlosRosas_C
carlos.rc@inperfecto.com.mx
Cuando pretendemos entrar en materia de economía para comprender cuales son los motivos por los cuales la discusión sobre el tema se convierte en algo totalmente ininteligible, nos enfrentamos a tendencias, números, porcentajes, y/o conceptos que los “especialistas” y sobre todo los políticos manejan con una calma pasmosa como si se tratase de algo con lo que todo el mundo se encontrara relacionado, y por eso vemos y escuchamos entrevistas en las que se habla de la contracción de los mercados, desaceleración de la economía o la inestabilidad en las relaciones diplomáticas entre China y los Estados Unidos.
Lo cierto es que no se necesita ser un “especialista” para entender que la economía nacional se encuentra supeditada –por no decir atada- lo que suceda con otras economías, aspecto que se antoja lógico puesto que con la bola de tratados o acuerdos en materia de economía con otros países no podemos esperar que nuestra economía se mantenga intacta, sobre todo porque si por algo se caracteriza el modelo “neoliberal” es la fluctuación de las economías, situación en la que a pesar de la faramalla de la “abolición del modelo neoliberal” en México decretada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, el modelo económico nacional continua siendo y acatando órdenes de índole neoliberal.
En este sentido las explicaciones o justificaciones que se utilizan para tratar de presumir las cifras nacionales que se refieren al crecimiento y más específicamente hablando de la cifra de crecimiento del 0.1% que anunció el Presidente y que fue causa de un comentario “socarrón” que hizo referencia a que “les falló” el pronóstico negativo, presumiendo el pírrico crecimiento e iniciando de inmediato el comparativo con otras administraciones, utilizando el deshilachado discurso con el que todo de diluye mientras se sigue hablando de la corrupción y que “ellos –el presidente- no son iguales.
El tema es que la falta de sensibilidad al hablar y llenarse la boca con números y confrontaciones, deja de lado la sensación del encarecimiento de la vida que todos los ciudadanos de a píe tienen que enfrentar y soportar a diario, algo con lo que ningún político se encuentra familiarizado –¿quien lo estaría ganando 90,000 al mes?- y por eso las declaraciones tan laxas y burlonas que celebran semejantes mediocridades mientras sigue habiendo gente que no tiene lo mínimo para sobrevivir, mientras se brincotea de gusto por ir “requetebién” ante las malas intenciones de que les vaya muy mal a los “especialistas” en política y economía que trepados desde su 4T pretenden mejorar la economía con discursos y demagogia.