Editorial

¡NO MEREZCO ESTE TRATO!

#InPerfecciones
Desde luego que a descansar todos tenemos derecho, las buenas maneras nos abren las puertas, y las descalificaciones deterioran nuestra imagen.

 

Carlos Rosas Cancino / @CarlosRosas_C  
carlos.rc@inperfecto.com.mx

 

Es verdad que las buenas formas nunca pasarán de moda, dirigirse hacia los demás con propiedad resulta siempre mucho mejor que proferir insultos o malos modos que asistirán a todo menos a la razón, de algún modo es algo que nunca estará de más. Era lógico que el Presidente Andrés Manuel López Obrador se pusiera como energúmeno el sábado pasado cuando huelguistas se manifestaron en el hotel donde se disponía a descansar y amenazaban con meterse hasta la “suite presidencial” a exponerle sus inconformidades.

 

“No merezco éste trato, y no voy a permitir que nadie me provoque” fueron las palabras que el Presidente esgrimió a la turba enardecida y que viendo la molestia del mandatario terminaron por pedir una disculpa, salir regañados y con la tilde de provocadores encima por su inoportuna pretensión de acercarse a deshoras de la noche a exigir solución a una problemática -a eso nos referimos con el tema de las buenas formas-.

 

No obstante lo que queda para el análisis es la imagen del presidente que evidentemente cansado argumenta tener el derecho a descansar porque desde muy temprano se encuentra trabajando para el pueblo, -¿me pregunto que pensará que hace el pueblo mientras el trabaja?-, y aunque es cierto que como se lo dijo a los rijosos “democracia es orden”, lo cierto también es que para que nos jactemos de ser democráticos debe haber igualdad, cosa que estamos todavía bastante lejos de obtener.

 

Así, después del desaguisado del sábado a unas horas de la visita de Mike Pompeo para revisarle la tarea a Marcelo Ebrard, ayer lunes en la ya tradicional mañanera, el Presidente López Obrador pasó de ser provocado a provocador, cuando el reportero Arturo Rodríguez lo cuestionaba por el tema de Fertinal, a lo que el Presidente para recordar esos tiempos aquellos donde la provocación era lo suyo, se fue como hilo de media en contra de los medios como la revista Proceso que “no se ha portado bien con nosotros” –dijo el Presidente- y ya encarrilado, aprovechó el momento para nuevamente echar el discurso de la transformación y de los buenos periodistas y los conservadores etc. que comienza a oler a rancio, pero que deja totalmente claro que el reciclaje del discurso ante el desgaste comienza a tornarse un poquito más agreste, menos cordial, más como ese discurso de las arengas de 2006 cuando se mandaba al diablo a las instituciones, cuando las manifestaciones por muy legítimas que les parecieran no gozaban de la aprobación de la mayoría.

 

Que interesante es el discurso del Presidente que hecho una furia descalifica a unos manifestantes y que bajo un discurso desgastado descalifica a quien lo critica mientras permite que México sea ocupado como muro anti migrante, y provocado por Donald Trump con los aranceles, que curiosa forma de gobernar.

 

#InPerfecto