#InPerfecciones
Investigación hecha por la compañía de Investigación y Ciencia. Quería compartirles esta información ya que a mi me encantan la teorías y en especial los viajes en el tiempo.
Camila Rodríguez Falcón
camila.rdz.falcon@inperfecto.com.mx
G. Wells publicó La máquina del tiempoen 1895, pocos años antes de que concluyesen las seis décadas durante las cuales la reina Victoria ocupó el trono del Reino Unido. Poco después expiraría otro reinado incluso más duradero: el de los doscientos años de la física newtoniana. En 1905, la teoría de la relatividad especial de Einstein suplantó las leyes de Newton y, para deleite de Wells, permitió algo que estas tenían prohibido: los viajes al futuro. En el universo de Newton, el tiempo permanecía inmutable siempre y en todo lugar; nunca se aceleraba ni frenaba. Pero, para Einstein, el tiempo era relativo.
Viajar en el tiempo es algo más que una mera posibilidad: ha ocurrido ya, aunque no exactamente como lo imaginó Wells. Según J. Richard Gott, astrofísico de la Universidad de Princeton, el viajero temporal más experimentado hasta la fecha es el cosmonauta ruso Serguéi Krikaliov, quien a lo largo de su carrera ha pasado 803 días en el espacio. Einstein demostró que el tiempo transcurre con mayor lentitud para los objetos en movimiento que para aquellos que se encuentran en reposo. Por tanto, dado que Krikaliov volaba a 27.000 kilómetros por hora cuando estaba a bordo de la estación espacial Mir, para él el tiempo no avanzaba a la misma velocidad que en la Tierra. Durante todas sus estancias en órbita, Krikaliov envejeció 1/48 segundos menos que sus colegas terrestres. O, visto de otra forma, viajó 1/48 segundos hacia el futuro.
El efecto de los viajes en el tiempo resulta más fácil de apreciar con distancias y velocidades mayores. Si Krikaliov realizase un viaje de ida y vuelta a Betelgeuse (una estrella situada a unos 520 años luz de nuestro planeta) al 99,995 por ciento de la velocidad de la luz, regresaría solo diez años más viejo. Pero, al volver, descubriría que todos sus conocidos habrían muerto mucho tiempo atrás, ya que en la Tierra habrían transcurrido mil años. «Sabemos que podemos viajar al futuro», asegura Gott. «Es solo cuestión de dinero e ingeniería.»