#InPerfecciones
¿En torno a que está girando la crítica y la discusión a la Presidencia de la República? ¿estamos concentrados en los temas importantes o los que está poniendo en la mesa el presidente?.
Carlos Rosas Cancino / @CarlosRosas_C
carlos.rc@inperfecto.com.mx
Hay algo que no se puede negar y que definitivamente tiene que ver con estrategia política, en ese sentido la estratagema ha sido conveniente, incluso podríamos tildarla de inteligente a favor –desde luego- del Jefe del Ejecutivo Andrés Manuel López Obrador, en cambio, en contra de los espectadores en contra del Presidente hay elementos que les han hecho “abanicar” –como se dice en el argot beisbolero- persiguiendo desaforadamente cada paso de AMLO.
El jueves pasado se llevó a cabo la presentación del mando de la Guardia Nacional, en la que el General Luis Rodríguez Bucio quedó a cargo de los destinos de la Guardia Nacional que bien podría agregársele el término “militar” ya que también se realizó la presentación del general Xicoténcatl de Azolohua Núñez Márquez, de la Secretaría de la Defensa Nacional; a Gabriel García Chávez, de la Secretaría de Marina, y a Patricia Rosalinda Trujillo Mariel, de la Policía Federal. Dicha presentación causó mucha expectativa y comentarios de todo tipo por el “minúsculo” detalle de que en teoría la Guardia Nacional habría de tener un mando civil como lo celebraron los legisladores con tanta felicidad, sin embargo, en la práctica los y nos madrugaron con el tema del mando militar.
Y es aquí donde comienza la magia, la prestidigitación política a la que atiende la tradición nacional, porque en el culmen de la discusión de la “Guardia Militar” aparece el periodista Jorge Ramos en la “mañanera” del viernes cuestionando al Presidente sobre las cifras de violencia y protagonizando una audiencia transmitida en vivo para que nadie se acordara del tema del mando muy militar de la Guardia Nacional, y así, el fin de semana transcurrió con una cantidad descomunal de verborrea a favor y en contra de lo ocurrido en la mañanera del viernes. Por si no fuera suficiente, el lunes pasado López Obrador presenta la esperada lista de “quien es quien en el precio de las gasolinas” donde alegremente dio cifras –sus cifras- y datos –sus datos- que más tardó en darlos que en ser verificados y en el caso de las gasolineras registradas como las más económicas, éstas resultaron estar cerradas o bajo investigación. Y para cerrar el ridículo del lunes Marco Antonio Olvera preguntando al Presidente de manera muy “educada y prudente” si le parece mejor que le pregunten en presente o en pretérito para que las respuestas sean lo más filosofales posible.
En estos hechos nos la pasamos riendo y ridiculizando a López Obrador, Jorge Ramos y Marco Antonio Olvera, haciendo reflexiones muy profundas sobre el como las amenazas veladas al gremio periodístico comienzan a formar parte del discurso cotidiano del Presidente escudándose en el hecho de que los periodistas “malintencionados” sufrirán el escarnio de la gente “buena”, aspecto que está por demás tildar de nauseabundo anteponer la figura del pueblo como “esbirro” de los apetitos y reyertas del Presidente.
Pero no se me distraigan, porque el Presidente anda muy activo con bombardeo de baja intensidad a lugares estratégicos donde el efecto hepático se deja sentir en las redes sociales con mucha dureza, y me refiero al “memorándum” emitido para dejar sin efecto la “mal llamada Reforma Educativa de EPN” donde la orden para el legislativo es clara y que políticamente pone en la mesa el tema que supuestamente tiene prioridad aunque jurídicamente sea una medida impresentable, o como muchos analistas constitucionalistas manejan como torpe.
Pero lo cierto es que con todo y la carga en contra de lo que hace o deja de hacer López Obrador, los tópicos que se encuentran en boca de todos son los que ha puesto el presidente en la mesa haciendo bailar a todos a su ritmo, incluso con el tema de los zapatos desgastados que han causado un furor inusitado por la cantidad de referencias a los manuales de presentación y buenas costumbres sobre todo si se trata del Presidente de la República.
Y la pregunta es ¿alguien se acuerda de la Guardia Nacional o de la Reforma Laboral?. Tal parece que está quedando de lado el sentido común de la crítica y el seguimiento a los temas que son realmente importantes para no caer en el mismo ridículo que la presidencia suele caer, aunque la diferencia está en que el gobierno si de algo carece es de vergüenza porque siempre habrá a quien trasladar la responsabilidad, y el momento político es ideal para justificarse en el desastre que los demás dejaron, olvidando –convenientemente- que mucho tiempo formaron parte de esa mafia del poder, de esos fifís, de esos neoliberales, y de esos conservadores.