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Las niñas bien o la belleza del encanto

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¡Qué bello es el vestido que porto! ¡Mis amigas morirán de envidia ante estos zapatos! ¡Mi peinado es lo más maravilloso del mundo! ¡Julio Iglesias vendrá a mi fiesta de cumpleaños! Lo mejor de esta vida es haber nacido en medio de la élite.

 

 

Edgar Vargas / @_EdgarVargas
edgar.vargas@inperfecto.com.mx

 

 

¡Qué bello es el vestido que porto! ¡Mis amigas morirán de envidia ante estos zapatos! ¡Mi peinado es lo más maravilloso del mundo! ¡Julio Iglesias vendrá a mi fiesta de cumpleaños! Lo mejor de esta vida es haber nacido en medio de la élite.

 

Sofía (Ilse Salas) se regodea de los medios propios de su posición social: acceso a ropas, maquillaje, peinados, perfumes, y un sinfín de productos costosos. Es aquí, que se nos muestra un mundo al que solamente unos privilegiados mexicanos pueden acceder (menos del 20 %), y comienza una historia sobre la opulencia de un mundo lleno de farsas e ironías.

Alejandra Márquez Abella (directora y guionista) narra la historia de la sociedad media alta mexicana, en medio de un ambiente delicado y digno, alejándose de dimes y diretes, aunque, como la realidad lo refleja, todo esto se comenta de dientes para afuera.

 

Las escenas que abren esta película son dignas de un comercial de Dolce & Gabbana y de la publicidad más sofisticada de los 80. Hasta la fuente tipográfica y los colores muestran la opulencia, o el engaño que, a veces, la mercadotecnia ostenta hasta el final.

 

Sofía lleva una vida social de mujer de élite de los 80: va al club y desayuna con las amigas, administra un poco su casa y recibe a su esposo con besos y abrazos. ¿Qué ha cambiado desde ese entonces? Tal vez nada. He ahí el punto estridente de la película: el papel de la mujer en este país.

La dirección de arte y la fotografía poseen un papel muy importante en la trama. Los colores y la manera en que tanto humanos, como el espacio en el que se desarrollan son presentados, dan grandes muestras de que el aspecto visual es lo que mayormente cuenta en esa clase social.

 

Ana Paula (Paulina Gaitán), una mujer morena y novata en la clase social, entra al círculo de amigas de Sofía. Es mirada con desdén por su físico, vestimenta y manera de hablar. Especialmente Sofía es quien la trata con soberbia, y es ahí que se teje la contraparte, y que le agrega a la historia diversos aspectos que nos pueden servir como parte de la convivencia humana.

El ambiente ochentero se encuentra reflejado en todos los aspectos. A la vez, es una crítica hacia el expresidente López Portillo, quien juró defender al peso como un perro, o tal vez, como un perro chihuahua, como expresa uno de los personajes. Lo interesante es hacer una reflexión de estos discursos. ¿Qué permanece aún en estos días? ¿Ha avanzado la política mexicana? ¿Cómo se comportan las élites sociales contemporáneas?

 

Es una película que nos permite ir y venir hacia al pasado y el presente. Cuestionarnos lo que hoy nos rige en cada clase social, y preguntarnos sobre el papel de cada ser humano en este territorio nacional.

 

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