#Turismo
“Cuando dicen Riviera Maya, yo siempre pienso en la Reserva de la Biósfera de Sian Ka´an, en el maravilloso camino desde Tulum hasta llegar a Punta Allen.”
Dacia Damaris Villegas Morales.
turismo@inperfecto.com.mx
Hola a todos los que nos leen, gracias por seguirnos, espero ya estén armando el próximo viaje y que les sea de mucha utilidad lo que les compartimos. En esta ocasión les comparto un lugar de la Riviera Maya.
Hace tiempo en un viaje a la Riviera con mi familia tomamos un tour a la Reserva de la Biósfera de Sian Ka´an, era un tour en jeeps, donde pasaban por nosotros al hotel a temprana hora, nos daban el móvil y nos íbamos en caravana a toda velocidad. Recuerdo que el camino era largo y polvoso, a la vez que la adrenalina iba al flor de piel, a la altura de Boca Paila que es el lugar donde se une la laguna con el mar, para poder seguir el camino firme, se pasaba por un puente de madera, ahí mi adrenalina estaba a todo lo que daba pues el puente era angosto y había que ser muy precisos al volante. Se podría decir que Punta Allen es una isla, pues para llegar hasta allá había que cruzar el emocionante puente de madera.
La recompensa no tenía precio, paisajes increíbles, diferentes tonos azules del mar, el paraíso al natural y un manjar de langosta para recibirnos en Punta Allen. Para mí, aquella experiencia fue maravillosa, misma que dije repetiría.
Bien dicen que, “si lo crees lo creas”, así que hace dos años regresé por esos rumbos con amigos y cuando llegamos a Tulum propuse que fuéramos hasta Punta Allen.
Era medio día, estaba soleado a más no poder y hacía un calor de esos que te dan ganas de nadar en el cenote de agua más fría, comimos y compramos provisiones, hay operadoras turísticas que te llevan en tour, pero creo que lo mejor es ir por cuenta propia así te detienes donde gustes para nadar o tomar fotos, para hacer la aventura más espectacular y dado que ya les había comentado sobre la distancia y las condiciones del camino decidimos rentar un jeep, iniciaba una nueva aventura.
Felicidad, expectativas, buena música, charla amena y un espíritu de aventura es lo que llevaba como pasajeros aquel jeep. Cámaras en manos tirando click nos hacían muy felices, la adrenalina de recorrer ese camino en un vehículo todo terreno es increíble.
La Reserva de la Biósfera de Sian Ka´an es un área natural protegida del caribe mexicano, desde que pones un pie dentro de la reserva todo cambia, dejar de haber hoteles y comercios a los lados, de pronto lo único que tenemos es un camino enmarcado por palmeras y abundante vegetación, sorprendentemente más adelante, la naturaleza nos regala una vista hermosa, nuestros compañeros se vuelven el mar caribe de un lado y la laguna o cenotes del otro, así todo el camino hasta llegar al final de la delgada península que es donde se encuentra Punta Allen.
Dentro de la Reserva son contados los lugares que existen para hospedarse, de hecho son cabañas con todos los servicios, pues dentro de la reserva no puede haber construcciones grandes. En una ocasión anterior tuve la fortuna de hospedarme en esta zona antes de llegar a Boca Paila, la cabaña tenía vista al mar, se apreciaba un escenario paradisíaco, agua turquesa, arena fina y blanca, oleaje leve y playa sin gente, cabe resaltar que esta ruta aún no es muy turística.
Por las noches es muy común que las tortugas lleguen a desovar a esa playa, el personal de las cabañas nos comentó que era todo un espectáculo, que si bajábamos siguiéramos los cuidados para preservarlas.
A lo largo del camino se forman varias playas, dignas de bajarse para hacer una buena sesión de fotos y nadar un rato, el camino es largo y no muy transcurrido así que los 4×4 hacen su trabajo.
Cuando la tarde pardeaba llegamos a Punta Allen, un pueblo pequeño de pescadores con algunas casas que ofrecen hospedaje económico y pocos hoteles pequeños, llegamos a uno que estaba a una cuadra de la playa, donde éramos los únicos huéspedes, los dueños del lugar, son una familia nativa, quienes nos ofrecieron cena, por supuesto, el manjar que se ofrece en ese pueblo es langosta, así que tuvimos una cena lujosa y placentera.
A la mañana siguiente fuimos a ver el amanecer, maravilloso y tranquilo, una paz única en aquel mágico lugar, el sonido de las olas, del aire, la frescura, todo se conjuga y te induce a agradecer a la vida, en ese momento sin duda “vives el Caribe”.
Después de cargar pila y de un buen desayuno que nos prepararon, fuimos en lancha a conocer los alrededores, lagunas, manglares, aves endémicas, delfines, a realizar snorkel y finalmente la cereza del pastel la famosa “piscina “que es una playa hermosa, agua entre azul y verde turquesa, el agua llega al pecho por mucho, no hay oleaje se nada como en alberca y lo mejor: ¡todo era sólo nuestro!
Por cierto, el puente que anteriormente era de madera, ya solo es un marco perfecto para tomar fotos, ahora ya hay un puente amplio de concreto. También nos comentó el lanchero que en Punta Allen hay criaderos de langosta que son los que abastecen la demanda que se genera en la Riviera Maya, así que el precio de este manjar en esta zona es muy accesible.
Les mando un fuerte abrazo y visiten Punta Allen vale muchísimo la pena.
Recomendaciones:
- Que en las próximas vacaciones Sian Ka´an esté presente.
- Protección solar.
- Cuidar el medio ambiente.
#InPerfecto