Sexualidad

Enunciados que enamoran.

#Sexualidad
La poesía erótica es compañera de toda la vida,  iniciamos presentando lo más actual pero los poetas lo  han escrito en diferentes tiempos.

 

Rosario Aguilar.
rosario.aguilar@inperfecto.com.mx

 

Esta noche se antoja una copa, una frazada suave y perfumada, una playlists simple, sencilla, romántica, clásica, y una excelente compañía, declamense, dedicale en diferentes tonos, tímidos y sonrojados un poco de lectura sensual, desborda la pasión y juntos alcancen el paraíso.,

 

He aquí una fortuna en lecturas.

 

Rabia de Vida

Julia Santibáñez


Quiero que te deslices
como un pez sobre mi cuerpo,
escurridizo entres en mí
y me hagas dentro un mar.

 


“Lucía Martínez”

Federico García Lorca

 


Lucía Martínez.
Umbría de seda roja.
Tus muslos como la tarde
van de la luz a la sombra.
Los azabaches recónditos
oscurecen tus magnolias.
Aquí estoy, Lucía Martínez.
Vengo a consumir tu boca
y arrastrarte del cabello
en madrugada de conchas.
Porque quiero, y porque puedo.
Umbría de seda roja.


“Oración”

Juan Gelman


Habítame, penétrame.
Sea tu sangre una con mi sangre.
Tu boca entre mi boca.
Tu corazón agrande el mío hasta estallar…
Desgárrame.
Caigas entera en mis entrañas.
Anden tus manos en mis manos.
Tus pies caminen en mis pies, tus pies.
Árdeme, árdeme.
Cólmeme tu dulzura.
Báñeme tu saliva el paladar.
Estés en mí como está la madera en el palito.
Que ya no puedo así, con esta sed
Quemándome.
Con esta sed quemándome.
La soledad, sus cuervos, sus perros, sus pedazos.

 

Pienso en tu sexo”

César Vallejo

 


Pienso en tu sexo.
Simplificado el corazón, pienso en tu sexo,
ante el hijar maduro del día.
Palpo el botón de dicha, está en sazón.
Y muere un sentimiento antiguo
degenerado en seso.
Pienso en tu sexo, surco más prolífico
y armonioso que el vientre de la Sombra,
aunque la Muerte concibe y pare
de Dios mismo.
Oh Conciencia,
pienso, sí, en el bruto libre
que goza donde quiere, donde puede.
Oh, escándalo de miel de los crepúsculos.
Oh estruendo mudo.
¡Odumodneurtse!

 



“Amantes”

Alejandra  Pizarnik
Una flor
no lejos de la noche
mi cuerpo mudo
se abre
a la delicada urgencia del rocío.


“Cuerpo de mujer”

Pablo Neruda


Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos,
te pareces al mundo en tu actitud de entrega.
Mi cuerpo de labriego salvaje te socava
y hace saltar al hijo del fondo de la tierra.

Fui sólo como un túnel. De mí huían los pájaros,
y en mí la noche entraba en su invasión poderosa.
Para sobrevivirme te forjé como un arma,
como una flecha en mi arco, como una piedra en
mi honda.

Pero cae la hora de la venganza, y te amo.
Cuerpo de piel, de musgo, de leche ávida y firme.
¡Ah los vasos del pecho! ¡Ah los ojos de ausencia!
¡Ah las rosas del pubis! ¡ Ah tu voz lenta y triste!

Cuerpo de mujer mía, persistiré en tu gracia.
Mi sed, mi ansia sin límite, mi camino indeciso!
Oscuros cauces donde la sed eterna sigue,
y la fatiga sigue y el dolor infinito.

 



Relámpago

Tilsa Otta

 


Como todo da vueltas
Puedo hablar siempre de mí
Y sabes que estaré hablando de ti
Siempre
Todos somos el centro del mundo
Créeme
Donde comienzas tú
Termino yo.

 


“Ábrete sexo”

Ana Istarú

 


Ábrete sexo
como una flor que accede,
descorre las aldabas de tu ermita,
deja escapar
al nadador transido,
desiste, no retengas
sus frágiles cabriolas,
ábrete con arrojo,
como un balcón que emerge
y ostenta sobre el aire sus geranios.
Desenfunda,
oh poza de penumbra, tu misterio.
No detengas su viaje al navegante.
No importa que su adiós
te hiera como cierzo,
como rayo de hielo que en la pelvis
aloja sus astillas.
Ábrete sexo,
hazte cascada,
olvida tu tristeza.
Deja partir al niño
que vive en tu entresueño.
Abre gallardamente
tus cálidas compuertas
a este copo de mieles,
a este animal que tiembla
como un jirón de viento,
a este fruto rugoso
que va a hundirse en la luz con arrebato,
a buscar como un ciervo con los ojos cerrados
los pezones del aire, los dos senos del día.



“El poema de los muslos”

Jaime Sabines


Dulces muslos deseados,
íntima piel suave,
mujer en muslos dulces,
¿dónde estás? ¿qué ha quedado
de ti? Para mi boca
el aire calcinado.
Muslos de amor,
amantes, apretados,
tiernos, desnudos, sellados.
Esbeltos de mis ojos,
maduros de mis labios,
crecidos de mi lengua
espiritual, en vano.
Muslos de mi cuello derrotado,
lugar de mis mejillas en descanso,
sitio de mis dientes morados,
venero de salivas,
última cosa de mis manos,
encierro de palomas, trago
de sangre, vértigo usado,
cuchilla de mi corazón guillotinado.
Muslos redondos, llenos,
muslos de mi mujer y mi costado,
y de aire raro.
De menta de espanto.
De olor derretido
y quemado…

 

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