1968

La gran Familia de México, la vida de perro.

1968, EN LA MEMORIA DE MÉXICO.

La historia de México siempre se ha caracterizado porque en sus cómics y sus “cuentos” se han tratado de representar personajes más humanos, así como sus héroes, como sus personajes como Memin Pinguin y éste cómic no es la excepción ya que la Familia Burrón es la representación de una familia de clase baja, el pan de cada día de México.

 

Marto GoAg

martogoageek@inperfecto.com.mx

 

En México siempre ha existido una gran lucha de clases que no tiene su comienzo desde este nuevo milenio, o desde los años 1900, o incluso desde la Colonia con los españoles,  es un tema que ha sido muy recurrente en la cultura mexicana en donde muchos de los movimientos sociales que suceden en nuestro país se da gracias a esta lucha de clases, pero muy pocas veces lo hemos visto representado de una manera cómica ya que aunque varios escritores habían tratado estos temas, nunca nadie lo había retratado así como Memin Pinguin, pero sin duda uno de los mayores exponentes y que ha trascendido el tiempo es un clásico bien conocido en todo el país.

 

Gabriel Vargas, un historietista mexicano fue el encargado de crear una de las historietas que se ha ganado un galardón al nombre, ya que todos conocemos o hemos escuchado hablar de  “La Familia Burrón”, una de las referencias más importantes dentro de nuestra cultura.

A pesar de la vida que llevó Gabriel Vargas donde su papá falleció cuando él tenía tan solo 4 años, y compartiendo la vida en la CIudad de México con sus 11 hermanos y con tan solo su mamá, él conoció las realidades que no están plasmadas propiamente en la historia, y tampoco están plasmadas en las historietas, porque si bien las historietas hablaban de temas más políticos, ninguno representaba a “Los de abajo” y tuvo una buena vida como dibujante ya que fue capaz de asombrar a las personas a muy poca edad con sus dibujos, por lo cual trabajó en el Excélsior.

 

Sin embargo, él es el responsable de traer a la vida muchas obras importantes, pero es indiscutible que su sello personal es la Familia Burrón, una crítica humorística a la sociedad mexicana, que posee tanto puntos buenos como puntos malos, pero esto desde otro punto de vista que muy pocos intelectuales se atrevían a mirar, esta crítica se da bajo los ojos de una familia de escasos recursos, que bueno, si nos ponemos a pensar siempre han existido en México, así como en todos los países.

La Familia Burrón representó una gran inversión, pero que le ayudó a aparecer en una de las editoriales que en su momento eran las mejores como “Pepín” casa que también dio cobijo por un tiempo a Memin Pinguin, y que también le abrió las puertas a la Familia Burrón a todo el público, ya que por fin se presentaba un cómic con el cual todos se podían identificar ya que el protagonista no era solo un personaje, como el titulo lo indica, los protagonistas eran la Familia Burrón que se componía de:  Doña Borola Tacuche, una niña que era rica que se casó con Regino Burrón, el padre que es feliz con su trabajo, y sus hijos son Regino Chico, Macuca y Fosforito, un niño que adoptaron como su hijo puesto que su padre, un alcohólico mujeriego Don Susano Cantarranas, no pudo hacerse cargo de él.

 

Su popularidad alcanzó niveles grandes en los años 50’s tanto que La Familia Burrón pudo publicarse bajo su propio título, con un cuaderno de 34 páginas a color, y ésta popularidad se basó en la representación de la sociedad mexicana en sus tiempos, ya que hablaba de la vida en las vecindades, y la lucha de las familias por salir adelante un día más, temas que todas las familias mexicanas de bajos recursos conocían de maravilla; además de los personajes creados que se basaban en los prototipos de mexicanos rurales como campesinos, o urbanos típicos, como rateros, funcionarios, etc.

Con el tiempo todos los personajes fueron adaptando una personalidad, por ejemplo Doña Borola se convirtió en una defensora por los derechos de las mujeres, algo que le dio en el clavo puesto que en esos años en México se peleaban por el voto a la mujer, además que la gente se sentía muy cercana a los personajes ya que aunque no hablan con groserías o palabras altisonantes, si se utilizaban expresiones como “A mover el bigote”, “está de rechupete”, “está bien chipocludo”, “pégale en los oclayos”, “vete de volada a comprar las tortillas”, “mira nomás qué cuchitril” y “estuvo a todo mecate”.

 

La historia de la Familia Burrón le sonreía y el público adoraba mucho este tipo de cuentos e historietas, y como cualquier tema grande, hablaremos de la Familia Burrón en 2 temas y también hablaremos un poco de como el 2 de octubre influyó en el tiraje de los comics.

 

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