1968

Myrthokleia  Adela González Gallardo.

 

1968, EN LA MEMORIA DE MÉXICO.

La vida sin duda no fue fácil, estar presente en medio de una balacera, peleando por derechos justos, es desde entonces lo que la convierte en una mujer que entró a la historia por ser solo ella.

Rosario Aguilar.

rosario.aguilar@inperfecto.com.mx

 

El 2 de octubre estaba en Tlatelolco preparando su discurso, como una de las oradoras de ese día, reconociendo que las mujeres estaban ahí hombro con hombro, sin protagonismos de ningún tipo, en su memoria vienen los recuerdos y se mira ella con el micrófono y pidiendo que no corran, pero los francotiradores ya estaban ahí, son momentos donde sus recuerdos son como flashazos que bombardean su mente.

Su piel se eriza al recordar ese momento alguien la jaló y pudo resguardarse tirada en el piso, solo podía recordar que su papá Agustín González  le había advertido que se pondría “cabrón”.

Fue el último contacto que tuvo y las últimas palabras que pudo compartir con su padre, lo que vivió después fue una pesadilla, estuvo en calidad de desaparecida, incluso la creyeron muerta, en un hospital en calidad de detenida en los separos, pudo escapar del hospital con la ayuda de una enfermera y el chofer de su médico particular,  tuvo que vivir escondida por su seguridad, su casa estuvo vigilada por mucho tiempo, fue en ese momento que se tuvieron que quemar sus papeles.

No fue fácil esa época, sus noches revelaban sus pesadillas y sus miedos, fuerte como lo era decidió salir adelante, se independizó de la familia, siguió su trabajo después de mucho pelear ya que como maestra perdió su lugar por lo sucedido, pero su tenacidad la llevó a seguir trabajando en lo que más le gustaba, ser maestra.

Se  graduó en julio de 1968, en un  bonito traje sastre recibió su diploma y estuvo en la cena de graduación, la primera y única mujer en ese momento, como ya trabajaba se dio el lujo de ser ella la que pagara todos los trámites, recuerda que su examen para titularse fue privado.

Su educación sexual fue nula, aunque su relación con su mamá Adela Gallardo era buena,  no había esas palabras que le dijeran los cambios de ser niña a mujer, recuerda que cuando  llegó su período, al ver la sangre se desmayó, fue su padre quien la levantó, la llevó a la cama y la limpió, ella escuchó a su mamá decir  “y le faltan 42 años”.

Hoy hace memoria y recuerda que nunca había hablado con su mama del matrimonio, la noche de bodas y como llevar un matrimonio, ella se casó en 1972 un matrimonio que le hacía ilusión y donde fue descubriendo las buenas cosas así como las no tan buenas, un matrimonio que tuvo que enfrentar muchos retos donde llegó a su límite, con su bebé de dos meses decidió separarse, al ver que su situación no podía cambiar decide  ponerle fin a ese matrimonio que no fue lo esperado. Esos años de una mujer soltera educando a un hijo con la ayuda de sus padres fue un gran acierto.

Decide seguir trabajando, seguir adelante sin detenerse, fueron años donde su hijo fue prioridad y al contrario de ella, aquí sí hubo una educación sexual y equitativa,  un 14 de diciembre se volvió a casar después de 30 años de soltera, ahora más segura y llegando a acuerdos con su esposo.

En el 2018 la pregunta que me ronda en la cabeza , es  si lo que vivió influyó en su vida y su respuesta es un definitivo sí,  algunas mujeres y también hombres después de una situación traumante no se dan la oportunidad de enfrentarse a la vida y al caer  le es difícil levantarse, Myrthokleia aún con el miedo, el dolor y no obstante, las cosas difíciles que le tocó vivir, le ayudaron a enfrentar su vida y seguir adelante, su hermano le preguntó si pudiera cambiar algo de su vida, ¿quitaría lo vivido en el 68?, ella dice que no, que no cambiaría nada y que lo volvería a vivir, pues, éste  suceso la hizo aún más fuerte.

Una mujer que siempre supo lo que quería ser, que decidió pelear por los derechos de una juventud reprimida, que quiere vivir ayudando siempre a quien lo necesita, hoy sigue al frente del activismo y la veremos llevar la bandera con la frente muy en alto y muy pegada a su costado izquierdo, marchando el 2 de octubre de este año, llevando en cada paso la historia de 50 años de memorias, 50 años recordando a los desaparecidos, recordando que las balas pasaron muy cerca de ella y la dejaron vivir para que como testigo, contar los hechos, para así, poder conocer muy de cerca lo sucedido en un evento real, lo que se vivió en 1968 por una mujer con carácter, pero con un corazón muy generoso, orgullosa esposa, orgullosa madre y orgullosa y feliz abuela, ella es Myrthokleia Adela González Gallardo, una mujer que lleva a 1968, EN LA MEMORIA DE MÉXICO.

 

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