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SUDÁFRICA, EXCLUIDA DE LOS JUEGOS POR SU RACISMO

1968, EN LA MEMORIA DE MÉXICO

SUDÁFRICA, EXCLUIDA DE LOS JUEGOS POR SU RACISMO

 

Eduardo Morales

dorado.deportes@inperfecto.com.mx

 

 

México 1968 fue un toque de atención mundial al régimen segregacionista , que inició su declive.

Según palabras de mi abuelo; “Antes todo era blanco o negro”. Hasta 1968, el año en el que el mundo abrió los ojos a la amplia gama de grises que retrata a la humanidad. Sudáfrica estaba fuera de lugar con su régimen segregacionista y la comunidad internacional se encargó de condenarlo pública y unánimemente por primera vez. El Comité Olímpico Internacional reforzó el mensaje y excluyó a Sudáfrica de los Juegos Olímpicos que se iban a disputar en nuestro querido Mexico.

Lo cierto es que al COI le costó captar el mensaje y, si hace  medio siglo castigó al país sudafricano sin Juegos, solo dos meses y una semana antes había cursado la readmisión. Sudáfrica ya había sido suspendida por el COI en 1963 debido a su gobierno racista y, como consecuencia, ya no había participado en los Juegos Olímpicos  de Tokio 1964. Pero solo cuatro años más tarde el mundo respiraba aires de libertad. Eso fue el 68. El año que cambió a nuestro planeta. Pero que no lo tuvo claro aquel “querido” presidente de Mexico, Gustavo Díaz, que se preocupó por quedar bien en el extranjero cuando le espetó al del comité organizador: «Esos cabrones no entran».

Sudáfrica presentó una delegación que incluía deportistas negros y en un principio fue aceptada por el COI, que luego debió excluirla nuevamente tras un boicot de 30 países que amenazaron con no ir a los Juegos. Fue la sanción más dura para un país en la historia de los Juegos.

Cuál es el dichoso Boicot de 40 países?

Que 38 de los 71 miembros votaron a favor de excluir a Sudáfrica de las Olimpiadas. Aquel sufragio efectivo solo reflejaba el sentir de la comunidad internacional. Fue tan contundente que más de cuarenta países habían anunciado su boicot a los Juegos si es que Sudáfrica participaba.

Ese gesto fue una señal más en aquel año que dio un golpe de timón al rumbo que tomaría la vida de generaciones y generaciones de personas.

EL APARTHEID  «condición de estar separados» (en el idioma “afrikáans” de los descendientes de los antiguos colonos holandeses, y designa las políticas raciales discriminatorias legalizadas del Gobierno de Sudáfrica) ya no resultaba indiferente. Las injusticias y las discriminaciones ya no tenían excusa. Francia y sus revueltas obreras y estudiantiles, Praga y su primavera, Estados Unidos y sus manifestaciones contra la guerra de Vietnam y nuestros mexicanos de aquella época con sus protestas antirrepresoras dibujaron un escenario diferente, único, con vientos de cambio, además de que, por primera vez, los Juegos Olímpicos se iban a celebrar en América Latina. Y obviamente el racismo no podía estar representado. Porque, además, el 68 estaba en el ADN de esa otoñal cita olímpica, acabar con la trampa y la hipocresía: fueron los primeros Juegos con controles antidopaje (ya hablare en otro capítulo), pruebas de género y los records que se rompieron. Y también en estos Juegos debutó la olimpiada cultural.

Y aquellos Juegos no pasaron a la historia por los más de cien récords batidos como se dice en muchos medios, sino por el icónico saludo de aquel Black Power y que ya hemos comentado aquí en InPerfecto, puño en alto y envuelto en un guante negro, realizado por Tommie Smith y John Carlos, oro y bronce en los 200 metros, como parte de la defensa de los derechos civiles de los ciudadanos negros en Estados Unidos.

Los últimos coletazos del apartheid en Sudáfrica alcanzaron el inicio de los años noventa. Precisamente, fue en 1992 cuando los blancos votaron por separado por última vez y fue en ese mismo año cuando el país africano regresaría al orden olímpico, con la cita de Barcelona.

 

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