Marzo 28, 2018
Sairi Córdova
editorial@inperfecto.com.mx
Como todo buen mexicano y católico-cristiano, por la tradicional festividad de Semana Santa, todos se disponen a tomar las maletas y salir corriendo a la playa, al balneario, algún lugar para relajarse o en su defecto el famoso “Acapulco en la azotea”.
En la CDMX todo mundo quiere ir a divertirse a Six Flags, las filas son enormes y no importa el tiempo que deban esperar, es el sueño dorado de todos acceder a la mayor cantidad de juegos posibles.
Pues ahora les tenemos una gran noticia, resulta que éste parque que siempre cumple con la ley y las reglas, fue inspeccionado por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y se encontraron nada más y nada menos que 62 ejemplares de vida silvestre en el Herpetario “Bitis Ecosystem” los cuales no pudieron acreditar su procedencia.
Los encargados del hallazgo aseguraron 12 boas dumeril, dos boas de Guyana, dos boas constrictoras, una boa esmeralda, una rana pacman, una boa arborícola, un cocodrilo mexicano, dos boas arcoíris y cuatro lagartos enchaquirados.
Así como dos serpientes rey, dos serpientes rey negras, dos culebras real coralillo, dos pitón carpeta, tres pitón sangre, tres pitón birmano, una culebra sorda sureña, tres, pitón bola, dos serpientes de maíz y cinco pitón reticulado.
Además de una serpiente tigre voladora, un tegú, un skink de lengua azul, un varano de garganta negra, dos varanos del Nilo, un varano acuático, un pitón de woma, dos pitón de cabeza negra y dos boas de arena de Kenia.
Ante la falta de marcaje y de documentos que acrediten su procedencia legal, la Profepa otorgó a la empresa, cinco días hábiles para que puedan solventar las presuntas irregularidades, mientras tanto los animales quedaron bajo depositaria del herpetario del parque y no pueden ser movidos hasta que se termine el procedimiento administrativo,
Ni hablar, una atracción menos que visitar y miles de pesos en pérdidas para Six Flags y todo por no seguir las normas, aquí es cuando debemos tomar en cuanta ese refrán que dice “cuando veas las barbar de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar”, para que los demás parques lo tomen en cuenta.
