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Carlos Mouciño reprochó que pese a que la dependencia se sostiene del presupuesto público y debe defender los recursos naturales, ha servido a otros intereses, entre ellos, a la línea dictada por el presidente.
Con información de EL UNIVERSAL
Debido a sus históricas omisiones en agravio de los ecosistemas de Quintana Roo y de la calidad de vida de la población, acentuadas durante el sexenio del presidente, Andrés Manuel López Obrador, la delegación de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), en la zona turística de Cancún, fue clausurada simbólicamente por integrantes de la ciudadanía organizada.
Conformados en la Alianza Ambientalista del Caribe Mexicano, representantes de diversas organizaciones de Cancún, Puerto Morelos, Playa del Carmen y Cozumel, desplegaron una larga manta con la leyenda “ecocidio” a las puertas de la dependencia ambiental.
También colocaron sellos de clausura en su puerta de acceso y estructura que, luce descuidada y deteriorada como pocas veces, en más de 20 años.
Reclamos ciudadanos a la Semarnat
Y expusieron cartulinas que exigen a la Semarnat “no autorizar lo que no puede vigilar”, en referencia a los proyectos depredadores que se construyen con permisos cuyos límites y condicionantes violentan.
“La Secretaría que debería defender el medio ambiente, es la primera que lo destruye”, dijo una activista, seguida por otra que respaldó, “la Secretaría que más daño le ha hecho al ambiente”.
“Sus omisiones permiten ecocidios en todo Quintana Roo”, expresó la abogada Antonela Vázquez, fundadora de Defendiendo el Derecho a un Medio Ambiente Sano (DMAS).
En tanto, el piloto, Carlos Mouciño reprochó que pese a que la dependencia se sostiene del presupuesto público y debe defender los recursos naturales, ha servido a otros intereses, entre ellos, a la línea dictada por el presidente, Andrés Manuel López Obrador.
“El patrón de Semarnat no es el presidente, somos nosotros, son todos los ciudadanos”, sostuvo, “por eso los ciudadanos venimos hoy a clausurar, por no cumplir con el mandato que tiene (la dependencia)”.
Demanda de justicia ambiental
A la acción pacífica acudieron organizaciones como el Grupo Ecologista del Mayab (Gema), DMAS, Moce Yax Cuxtalt, Puerto Morelos Sustentable, Latitud 21, Selvame del Tren, Conciencia Ciudadana, EcoCaribe, Selva Maya S. O. S. y la fundación de Jacques Costeau “Ocean Futures Society”.
Entre los reclamos a la dependencia federal mencionaron el haber admitido el ingreso extemporáneo de las Manifestaciones de Impacto Ambiental (MIAs) para los tramos 5 norte y sur del Tren Maya, aun cuando las obras iniciaron antes, lo que constituye una franca violación al Procedimiento de Evaluación del Impacto Ambiental (PEIA)
La dependencia no solo admitió a trámite esos expedientes, que carecían de información completa y de estudios especializados, sino que durante el verano del 2022 autorizó el proyecto, condicionando los permisos a una serie de análisis que no se han realizado o mostrado hasta la fecha.
Y ha ido a más, evitando revocar las autorizaciones expedidas, ante las evidencias denunciadas —motivo de amparos— acerca de la realización de obras fuera de lo autorizado, como el hincado de los pilotes y la construcción de un “puente atirantado” para el Tren Maya.
“Creo que es un abuso lo que están haciendo. Ya estaños hartos. No sé para qué les pagamos, si lo único que hacen es permitir que destruyan nuestro entorno”, dijo una activista y abogada, perteneciente a “Salvemos Tajamar”.
Pero el Tren no es la única obra depredadora. Activistas recordaron la reciente sentencia de un Juzgado federal, que determinó el pasado 5 de abril que, tanto el gobierno municipal, como la Senarnat, deben dejar sin efecto las autorizaciones para el proyecto Gran Solaris Cancún, que pretendía edificarse a un costado de Playa Delfines.
También mencionaron que los manglares de Puerto Morelos están en riesgo, que los corales de la porción mexicana del Sistema Arrecife Mesoamericano (SAM) están muriendo por el aumento de la temperatura, pero también por las descargas de aguas residuales de hoteles, restaurantes y asentamientos urbanos que contaminan el mar y cuerpos lagunares.
La Semarnat, que debe intervenir en estos temas, a través de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) —como policía ambiental— se ha desentendido de esa obligación, coincidieron.
“Todo nuestro estado está a punto de colapsar si seguimos así”, dijo una de las activistas, apoyada por Mouciño que sumó a las tragedias ambientales, los cambios de uso de suelo en zonas costeras, la pérdida de playas o la construcción de otros megaproyectos como el Puente Vehicular Nichupté, en Cancún, que está impactando humedales y el sistema lagunar del sitio.
“Es un horror también. O sea, es horror, tras horror, tras horror”, subrayó, al añadir la pavimentación de un camino artesanal usado por los mayas, que ahora fragmenta la Reserva de la Biosfera de Sian Ka’an, con el pretexto de dar acceso a la población, hacia el mar, en Felipe Carrillo Puerto.
En el sitio fue denunciado, además, el proyecto inmobiliario “Amares” , que se desarrolla en el municipio de Solidaridad, a través del presunto despojo a indígenas mayas, dueños de terrenos ahí.
De acuerdo con la organización “Somos Tus Ojos” que defiende legalmente al matrimonio afectado, el ayuntamiento de Solidaridad y la propia Secretaría respondieron solicitudes de información señalando que no han expedido permisos locales ni federales a favor del desarrollo, que se construye a todo vapor sin que el municipio ni la Profepa lo frenen.
La abogada Vázquez Cavedón llamó a la Secretaría a dejar de autorizar proyectos y obras, hasta que no exista la capacidad para hacer frente a la demanda de servicios que originan condominios y hoteles o el propio Tren Maya, que promueve un modelo de crecimiento insostenible para las capacidades en la entidad.
“Necesitamos una Semarnat fuerte, lo que implica fondos, implica una Profepa que inspeccione y también requiere fondos. Necesitamos que entiendan que es la Secretaría encargada del medio ambiente”, remarcó, al exponer que la sociedad civil no puede seguir haciendo el trabajo de dependencias omisas.
Después de una hora, las y los participantes bloquearon parcialmente el tránsito vehicular de bulevar Kukulkan, en zona hotelera, en donde también desplegaron las mantas de “ecocidio” o “sin cenotes no hay paraíso”, para luego marcharse sin que se registrara ningún incidente.
