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ONG advierten que en Tijuana, el crimen organizado tiene el control de la frontera

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La crisis migratoria que se vive en la frontera norte de México tiene que ver con las políticas migratorias del Gobierno de Estados Unidos, en las cuales ha colaborado el Gobierno mexicano.

 

 

EFE

La crisis migratoria que se vive en la frontera norte de México tiene que ver con las políticas migratorias del Gobierno de Estados Unidos, en las cuales ha colaborado el Gobierno mexicano, consideraron este lunes activistas y defensores de derechos humanos.

Patricio Murphy, director de la Casa del Migrante de Tijuana, advirtió que de esta situación se están aprovechando los traficantes de personas ligados al crimen organizado, quienes en fechas recientes han tomado control de la frontera para llevar a cabo cruces irregulares de personas hacia territorio estadounidense.

“La verdad es que quien está controlando la frontera es el crimen organizado, la gente sigue cruzando irregularmente con números espantosos y nadie habla de este tema, (las autoridades) han perdido el control”, resaltó.

Murphy denunció que el crimen organizado se aprovecha de la vulnerabilidad y desesperación de las personas y dijo que es ahí donde tienen que intervenir los gobiernos de México y Estados Unidos.

“El nuevo Gobierno tiene que investigar bien y buscar la manera para darle soluciones a esto, tienen que sentarse para hablar con las asociaciones civiles para que juntos podamos manejar esta situación y ayudar a los migrantes”, manifestó.

Estos hechos ocurren mientras la presión por la migración crece porque este año coinciden las elecciones presidenciales de Estados Unidos y México, donde los migrantes irregulares detectados por el Gobierno subieron un 77 % en 2023 hasta un récord de 782.000.

No toman riesgos

Saúl Castro, originario del estado mexicano de Michoacán, salió de su pueblo desde hace varios meses con siete integrantes de su familia, entre ellos tres niños, debido a la situación de la violencia en su estado, en donde vivieron amenazas de muerte y de las que quieren mantenerse totalmente alejados.

El migrante contó a EFE que estuvieron más de dos meses en la Casa del Migrante y, tras conseguir un trabajo, ahora rentan un pequeño espacio mientras reciben la confirmación de su cita para la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus siglas en inglés).

Dijo que seguirán esperando el tiempo necesario pues conocen los riesgos que implica contratar a un “pollero” (traficante de personas).

“Usted sabe que con esta gente no se juega y nosotros estamos ahora sí que a la deriva, a nosotros nos avisaron que nos pueden matar, no podemos regresar y no nos vamos a arriesgar”, expuso.

Murphy resaltó que son pocas las personas que tienen paciencia para esperar por tantos meses, pues es muy fácil que les gane la incertidumbre y ello los lleva a buscar la forma fácil de cruzar a EE.UU. a través de un “pollero”.

“(Los polleros) se están aprovechando de eso y están haciendo su negocio teniendo el control de la frontera que, como ya dije, es algo alarmante”, recalcó.

Enrique Lucero Vázquez, director municipal de Atención al Migrante, condenó de igual manera que en la actualidad los migrantes estén expuestos y condenados a muchas de estas situaciones y riesgos con el crimen organizado.

Sin embargo, destacó que en Tijuana existan lugares como la Casa del Migrante, en donde las personas pueden encontrar seguridad mientras están a la espera de citas en EE.UU.; “Es un albergue modelo porque cuenta con todos los servicios, esta casa es parte ya de la historia de Tijuana”, puntualizó.