#Sexualidad
“Escuché su corazón, su respiración y me sentí plena como nunca… ¡La mujer más feliz del mundo!… Más feliz del mundo… Aunque solo fuera por un momento…”
Lorena López
Sexualidad@inperfecto.com
¡Todo era hermoso y cada día me entusiasmaba más y más!
En la siguiente semana que hablamos, le dije que deseaba sentirlo, amarlo, ser de él completamente… El me decía que, le tuviera paciencia porque era difícil lo que le estaba pidiendo… Yo me sentía tan deseosa de sentirlo piel a piel. Tenía una desesperación por entregarme que, de solo imaginarlo… Experimentaba squirt involuntarios en mi casa o en cualquier lugar.
¡Ya me estaba acostumbrado a andar siempre mojada cuando salíamos y algunas veces estando sola, con solo recordarlo!
Esto jamás lo había experimentado en toda mi vida, que con solo verlo, imaginarlo o a una orden suya… ¡Sucediera! Era como si mi cuerpo ya no fuera mío y obedeciera a su amo y señor.
Así que la siguiente vez que nos vimos, deseábamos tomar fotos nuestras… Aparentemente para dar continuidad al trabajo que nunca terminamos de aterrizar…
Esta vez era por la tarde nuestra cita.
Lo ví y corrí hacia él, baja como siempre de su camioneta y me da la mano para subir, no sin antes verme con esa mirada seductora que me hacía sentir desnuda y deseada por él, cómo jamás por nadie.
Nos besamos e inicia el trayecto a el lugar que habíamos planeado juntos: Una placita que se encuentra encima de una lomita, un lugar muy emblemático de nuestra ciudad. Se estaciona y estábamos a punto de bajar cuando empezamos a besarnos, ¡Ya no pudimos hacerlo! Los besos cada vez más profundos, las manos hurgando dentro uno del otro… La gente pasando como siempre y nosotros ensimismados en la lujuria nuestra. Esta vez, le pedí susurrando que deseaba ser suya, sentirlo dentro, ¡Que ya no podía más!
Ante mí súplica y la calentura del momento, en un arranque, me dijo:
– ¡Vamos!
Arrancó la camioneta con prisa y yo aguante soltar el squirt para esperar lo mejor y más deseado esas semanas que habíamos estado juntos: ¡Ser de él totalmente!
Llegamos a un motel en las afueras de la cuidad, muy discreto y pasamos a la habitación 18; ¡Cómo olvidarlo! Teníamos urgencia de entrar, pero ya dentro, todo cambió.
Siguieron esos besos que abren la gloria… Después me recostó tiernamente, yo no deseaba hacer algo que a él le hiciera sentir incómodo y no sabía cómo actuar… ¡Así que me deje llevar!
Quitó mi ropa interior llenàndome de besos, sus manos suaves acariciaban mis piernas, escuchaba su respiración, sus gemidos ¡Y eso me enardecida!
Subió poco a poco y llegó justo ahí,en mi intimidad ¡Que ya estaba empapada! Sentí vergüenza, quise cerrar mis piernas, pero él se aferró a ese pequeño botón que emergía tímidamente de mí.
– ¡Ahhh!
Solté un gemido ante tan exquisita caricia.
– Sii, Así! Sigue… ¡No pares!
Susurraba con la voz entrecortada por la excitación al máximo… ¡Ahhh, te amo! ¡Te necesito aquí, dentro!
Él seguía sin parar, era todo un experto sin duda, me hizo sentir sensaciones inigualables.
Sus manos tocaban y su lengua acariciaba de una manera excepcional que me fué imposible resistir y experimenté por primera vez, un gran orgasmo. Pero esto no lo hizo detenerse, siguió hasta conseguir su anhelado squirt… ¡Salía como fuente está vez y él desquiciado mojó su cara y bebió de el! Verlo como loco, levantarse y mostrarme como escurría de su cara, ¡Era definitivamente la mejor de las escenas! Con el último aliento, sin fuerzas, le volví a pedir:
– Quiero ser totalmente de tí, entra a mí, hazme tuya… ¡Supliqué!
Esta vez, se incorporó y abrió mis piernas acomodándose en esa posición básica, yo abrí lo más posible para facilitar, respiré hondo… ¡Sentí!
Con un poco de dificultad ante su falta de erección, pero ayudado con sus manos, ¡Lo logró!
¡Estaba ahí, dentro de mí! Vi su cara llena de emoción y satisfacción al mismo tiempo, ví ese hombre tan deseado las últimas semanas de mi vida, ese hombre que había removido todo mi mundo, esa era la mejor escena hasta entonces… Me parecía tan varonil ahí, su pecho se veía fuerte aún a sus 55 años, pero lo que más me enardecía… ¡Era la expresión de su cara! ¡Lo disfrutaba como un demente! Y yo con él, también. Ese era el hombre que yo deseaba ver ahí, siempre… ¡No necesitaba más!
Su mirada poco a poco se perdía, buscando en la nada… Yo, no perdía ni un segundo de vista sus expresiones. ¡Su rostro se desfiguró, su respiración agitada, avisaba que, vendría pronto lo que más anhelaba… ¡Y Sucedió! Gritó de tal manera que se estremeció todo mi ser, en ese momento también, solo de verlo, experimenté por segunda vez la muerte placentera… Se aferró a mis manos y se ergio potente, temblando, muriendo, naciendo… Para después buscar mi mirada con la más hermosa sonrisa jamás vista en ese rostro…
– ¡Te amo!
Me dijo apenas con la esa voz seductora.
¡Mis lágrimas salieron de la emoción!
Se acomodó a un lado mío, me abrazó y nos quedamos así, en el momento más sublime… ¡Durmió! Yo, no pude hacerlo… Era tanta mi emoción, que preferí vivirla.
Escuché su corazón, su respiración y me sentí plena, como nunca… Sin duda alguna, no me importaba su condición, ¡Es más! Me parecía el mejor de los amantes, tan seductor, tan apasionado. La mente perfecta para mí. No necesitaba más, lo tenía todo en él, disfruté esa plenitud ahí, junto a su pecho… ¡Me sentí la mujer más feliz en ese momento!
Esos eran mis pensamientos, cuando despertó y se reacomodó… Me sonríe y me dice acariciando mis rizos despeinados:
– Ah, se me olvidaba…decirte… Tengo…. Mmm… Por así decirlo, mmm…
– ????
Me separé un poco de él, para ver su cara y escuchar con atención lo que iba a decirme.
– Tengo una… Novia… ¡Si! Una novia podría decirse…
– ¿Que, cómo, cuando? No entiendo…
– ¿ Que no entiendes?
Para este momento ya me había separado de él y me senté en la cama cruzando los brazos, tratando de entender…
– A ver… Tienes novia, ¿Y me lo dices hasta ahora? ¿Es una broma?
– No, claro que no es una broma, nunca hablamos de eso, ¡Nunca me preguntaste nada!!
– ¡Ah! ¿Que no es de suponerse, que si inicias algo con alguien es porque eres libre???
– ¡No precisamente! No aclaramos ningún punto antes… ¡Solo se dió!
Obviamente molesta, empiezo a buscar mi ropa y vestirme… Aún sin dar crédito a lo que escuche.
Él hace lo mismo y me dice más tranquilo.
– No pasa nada, mira… Yo no tengo nada que ver con ella, más bien es una relación de compañía solamente… ¡Contigo lo tengo todo! ¿No te das cuenta?
– ¿Cuánto tienes con ella?
– Dos años, creo…
– ok. Entiendo… Pero se va a terminar, ¿Verdad?
¡Todo entre nosotros va de maravilla!
– Si! Pero será cuando yo lo decida, ¡Cuando yo me sienta listo para hacerlo!
Tenía razón en cuanto esa parte, jamás hablamos de nada de eso, Me comento que era soltero y que vivía con amigos, pero jamás le pregunté si no tenía relación alguna… Entendí que debía de esperar, que nuestra relación iba viento en popa, que lo más seguro era que terminaría con ella cuánto antes… Así que no valía la pena molestarme, no después de lo que había sucedido ese día. ¡Nuestra entrega!
Me acerqué a él y lo abracé, en señal de que todo estaba bien, después de ir a cenar, me llevó como siempre hasta mi casa, nos despedimos con un beso… Yo, esa noche tenía que poner en orden mis ideas…
Continuará…