#Sexualidad
Desde mis ojos eres otra, otra que ni tú misma conoces.
Dulce Merlos / @la_dulce_vita.mx @matrioska_libro
dulmerlos@gmail.com
El día comienza muy temprano pero es entre las 7 y las 9 de la mañana donde se concentran la mayoría. Entran, salen, algunas más rápido mientras que otras se toman su tiempo. Los espacios que más se ocupan son los de en medio, algunas llevan pequeñas bolsas, otras maletas grandes. Cada una tiene su propia historia, las voy conociendo de a poco aunque que no hablen, yo las observo y ellas a mí, las hay de todos los tamaños, pesos y edades. Me interno en sus ojos, descubro sus muecas y a veces sus pensamientos.
El momento que más disfruto son los primeros diez minutos de cada hora, cuando todas salen de bañarse y se alistan para vestirse. Podría decir que se dividen en dos grupos, las que se visten por debajo de la toalla y las que esperan el siguiente vestidor disponible porque creen que ahí nadie las observa. Las que se visten por debajo de la toalla, a su vez se dividen en dos grupos más, las primeras tratan de ponerse por lo menos la ropa interior por debajo para luego con mucha rapidez ponerse todo lo demás, el pudor las hace veloces. El segundo subgrupo, se pone solo los calzones y luego tira la toalla a un lado para mostrar sin pena los pechos al aire, mientras se untan cremas perfumadas por todo el cuerpo y parlotean con la de a lado. De las del vestidor no puedo decir mucho porque no puedo mirarlas.
Son bellos los cuerpos desnudos creo yo, hay poesía en los pezones erectos y las piernas desnudas, en los movimientos rítmicos con los que cada quien lleva a cabo una rutina que es privada pero que aquí se vuelve publica. Yo la verdad es que creo que todas son hermosas aunque ellas opinen lo contrario, lo que adereza la vida es la diversidad pero ellas parecen olvidarlo mientras hablan del peso, las cirugías y la última dieta de moda. De todo lo que hacen para encajar, sabrá Dios ¿por qué? a mi me gustan todas por igual, y trato cada día de mostrarles lo bellas que son pero parecen no darse cuenta.
Observo como se miran entre ellas, la gorda a la flaca, la flaca a nalgona, la nalgona a la rubia de ojos claros, en fin que todas tienen algo que desearle a la de a lado, como quisiera que se vieran como yo las veo, lo intento cada día, me paro derecho, me alargo, pongo mi mejor cara, la que les ilumina los deseos y no los defectos, muchas veces no funciona pero otras como hoy vale la pena.
Hoy se paro ella frente a mi. La que hace poco volvió y que esta por pisar el cuarto piso, así se lo dijo a la niña de 16 años que va a la prepa, platican animadas sobre la clase de hoy, de repente la cuarentona se siente intimidada ante la mirada de la jovencita que observa atenta su ropa interior, una tanga con brillitos que eligió muy contenta la noche anterior. Piensa que tal vez es demasiado atrevido para una mujer de su edad, a la próxima será mejor traer uno de esos bikinis de algodón que compró en el súper, ahorita no trae más en la maleta, así que se viste rápido y hace como que no sintió el asombró de la otra. Por su parte la adolescente piensa, ¡wow! cuando tenga su edad quiero sentirme igual de sexy. Al fondo, esta la mujer mayor que todos los días habla de que ha perdido peso a base de sudar cada gramo y no como su hermana que tiene dinero y se ha pagado una dieta a base de comida hecha de proteína más una cirugía para remover el exceso de piel.
La cuarentona termina de vestirse, hoy tiene una cita especial y se ha parado frente a mí a maquillarse, piensa que se ve muy mal sin las extensiones de pestañas que decidió quitarse hace poco, que tiene los ojos chiquitos y la piel con los poros abiertos, aún así comienza su rutina de maquillaje mientras sigue pensando la falta que le hacen las pestañas postizas, dudando de su belleza, pero es casi al terminar cuando sonríe al recordar las manitas que le tomaron el rostro por la mañana y le dijeron lo bonita que se veía hoy. Entonces fue que me miró directo y descubrió sus ojos, su mirada sin intermediarios, sin artífices y sin sombras. Entendió que la belleza estaba en el ojo de quien la miraba así que yo la miré con toda la luz que fui capaz de reflejar.
Duls