#Sexualidad
El perdón, sin procesar el rencor y el dolor con frecuencia es falsedad e hipocresía que lleva a la repetición de patrones de sufrimiento…
Dr. Juan Manuel Carvajal Blancas
Juanmanuel.carvajal@inperfecto.com.mx
“Yo odiaba cuando me golpeaba, me pegaba tanto que empezó a llorar y estaba enfadada porque yo no reaccionaba. Yo estaba entumecido en ese punto, fue lo peor, pero tenía una salida. Cuando entraba al ring, me imaginaba la cara de mi mamá en mi oponente y simplemente la desataba. Empecé a disfrutarlo y esa era la parte aterradora”.
Oscar de la Hoya
Boxeador mexicano-estadounidense.
Muchas gente se rasga las vestiduras ante la afirmación de este boxeador y hay hasta quienes dicen: “perdona y honra a tu madre y a tu padre que es el primer mandamiento de Dios…”
El perdón, sin procesar el rencor y el dolor con frecuencia es falsedad e hipocresía que lleva a la repetición de patrones de sufrimiento.
En mi propia experiencia y también en el acompañamiento psicoterapéutico, he sido testigo de mujeres y hombres que, para sanar y resignificar el vínculo con sus padres requieren, necesariamente, descargar todo el rencor y el odio contra la parte nociva y cruel con la que sus padres les lastimaron desde su inconsciencia, su neurosis, su enfermedad o su repetición de patrones de violencia.
Sanar requiere en primera instancia “vomitar” toda la parte tóxica del vínculo que ha hecho daño, para entonces poder mirar la parte de bondad, gratitud y aprendizaje. Imposible y con frecuencia simulado, es pretender perdonar sin procesar el rencor y el odio generado en el vínculo.
De la Hoya pudo canalizar todo su rencor hacia su madre, en el pugilismo y aunque seguro hubo afectaciones que enfrentar y superar, pudo trascender el dolor para hacer de él una vocación deportiva.
Al final, si no puedes reconocer algo grato en tu madre y padre, puedes al menos agradecer la vida que de ellos recibiste (imagina nada más) y lo que gracias a ti, a tu entereza, lograste desarrollar en aprendizaje, fortaleza y resiliencia para hacer las cosas de forma distinta, para evitar repetir la historia.
Acércate con un especialista en psicoterapia y descubrirás, con mucha probabilidad, la parte grotesca del vínculo con mamá y papá que también necesitaras “destrozar” para entonces sí, abrir la posibilidad de sanar, resignificar y trascender el dolor; para conectar también con el amor.
Los seres humanos en nuestro vínculo con mamá y papá, llevamos con frecuencia un De la Hoya, en mayor o menor grado.
#DescúbreteEnPsicoterapia