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El religioso continuó formando parte de los Legionarios pues, según dicha agrupación, así lo decidió la Santa Sede.
Con información de SIN EMBARGO
La muerte de Fernando Martínez Suárez, exsacerdote pederasta de los Legionarios de Cristo, no es un motivo de alegría, al contrario, su fallecimiento lo exime de los abusos sexuales cometidos a decenas de niñas, niños y adolescentes, lamentó la presentadora de radio y televisión, Ana Lucía Salazar, quien fue víctima de Martínez Suárez cuando era niña.
En entrevista con Álvaro Delgado y Alejandro Páez en el programa Los Periodistas que se transmite por YouTube a través del canal de SinEmbargo Al Aire, Ana Lucía Salazar, que denunció haber sido violada por el sacerdote cuando tenía ocho años, indicó que la sociedad mexicana tiene la obligación de exigirle a las instituciones justicia por todas las víctimas para evitar que este tipo de abusos vuelvan a repetirse.
“Mi sentir definitivamente no es de alegría. Yo no me conformo con que lo pagará en el infierno o en el purgatorio, porque si lo está pagando que me manden foto, porque hasta ahorita a mí nadie me puede comprobar que eso existe, esas son creencias particulares de cada quien.
Aquí como ciudadanos que vivimos en carne y hueso el hoy, tenemos el deber social de exigirle a las instituciones justicia por los niños, niñas y adolescentes, esto no se trata de Ana Lucía Salazar, a mí ya me violaron hace 30 años, yo ya pasé la experiencia, sobreviví y tengo la fuerza para hablarla hoy, pero hay niños que están siendo víctimas hoy y que no tienen la fuerza, ni las herramientas, ni el entorno para hablarlo ni para exigir su propia justicia”.
Ana Lucía denunció que en México “se vive un estado laico en letra”, pues los servidores públicos están rodeados de personajes de la Iglesia, un poder, que dijo, tiene metidos los tentáculos en todas las áreas, que ha actuado de manera libre y a su conveniencia por años.
“Primero te reciben a un sacerdote, primero se toman la foto con esos engendros antes de recibir a las víctimas. Aquí el poder que gobierna es el de la Iglesia, ellos tienen los tentáculos metidos en todas las áreas, vivimos en un estado laico en letra, pero en la práctica vivimos bajo preceptos religioso por eso tenemos servidores públicos abogando y pidiendo que se restrinjan los derechos humanos de otros individuos, por sus creencias religiosas, no se apegan al estado laico, ni al avance que merecemos sobre sociedad.
Aquí la religión católica es Disneylandia, pueden hacer lo que quieran, inclusive hoy por hoy no hay ninguna institución ningún organismo, ninguna persona o servidor público que se haya acercado a poner en la mesa el tema de la pederastia clerical como si no fuera un problema que no le haya señalado algún organismo internacional a México como un asunto urgente de atender”.
La presentadora de radio y televisión afirmó que no tocar estos temas con la seriedad que merece es evitar que se abone a la justicia en un país como México que está manchado por la violencia sexual infantil.
“En este país la iglesia se ha ido un festín por los siglos de los siglos […] A mí no me da alegría su muerte, definitivamente significa un triunfo, durante 50 años violó a niños, niñas y adolescentes y se salió con la suya.
Hoy los Legionarios de Cristo están gozando que ya se murió el problema que significaba Fernando Martínez, porque vivo es un problema, muerto pues ya no hay nada que hacer.
Por supuesto, la iglesia en México ha de haber echado un respiro y ¿por qué no? La iglesia a nivel internacional, este caso llegó muy lejos”.
Fernando Martínez Suárez, murió este lunes a los 84 años en el sur de Italia, debido a una enfermedad pulmonar, informó la Congregación los Legionarios de Cristo.
La Iglesia católica retiró el estado clerical a Fernando Martínez tras considerarlo culpable de varios delitos de abuso sexual contra menores de edad, en enero de 2020. Sin embargo, el octogenario nunca enfrentó la justicia civil.
Pese a que en ese momento la Congregación comunicó que reafirmaría “su determinación de recorrer el camino difícil y exigente de reparación y sanación”, la única consecuencia que Martínez Suárez enfrentó fue que no podría ejercer el ministerio sacerdotal.
Además, el religioso continuó formando parte de los Legionarios pues, según dicha agrupación, así lo decidió la Santa Sede.