#Cultura
“Está de más decir que la película fue un rotundo fracaso”
Ricardo Sandoval / @LuisRSandoval5
luizandcar18@gmail.com
Disney como compañía, no está exenta de polémicas. Les pasó con sus propagandas a favor de los estadounidenses que combatían a cierta fuerza opuesta alemana durante la Segunda Guerra Mundial, con su pseudo documental del Polo Norte donde incluso lastimaron a una cría de oso polar y a otros animalitos, “aligerando” el acto con música de caricatura.
Hasta nuestros días, con dos de sus recientes películas, como lo son Peter Pan & Wendy, donde el líder de los “niños perdidos”, es un chico con el Síndrome de Down, hay niñas perdidas, cuando en el libro original, (palabras más, palabras menos),no hay tales porque las niñas son más inteligentes que los niños; con una Wendy innecesariamente empoderada que no necesita la retroalimentación y todas las técnicas que al propio Peter le costó aprender, como lo es volar gracias al polvo mágico de las hadas, ella, Wendy, lo hace como si nada.
Campanita o Tinker Bell, fue uno de los temas que más se habló sobre esta adaptación, no solo por haberle cambiado el tono de piel a la pequeña hada, sino por no tener brillo, no estar celosa de Wendy y muchas otras situaciones que hacían a dicho personaje tan recordado y uno de los emblemas de la compañía del ratón. Está de más decir que la película fue un rotundo fracaso.
Tenemos casos como Pinocho (2022), cuya polémica no es que el personaje creado por Geppetto, ni tampoco que exista la frase “ok polilla”, sino fue la hada madrina afroamericana y calva. Fue suficiente una sola escena para hacer que la película también fuera un rotundo fracaso.
El caso más reciente es con otro fracaso en taquilla: La Sirenita. Disney se está acostumbrando a no solo perder dinero y audiencia, también a perder la calidad que alguna vez presumió tener. Ya se comentó sobre el pseudo documental, donde estoy seguro que grupos como Greenpeace o Peta, se harían de la vista gorda, ya que su lucha no es por proteger, realmente, a los animales, ya sean en peligro de extinción o no, ni a las áreas verdes, los mares, las montañas; flora y fauna del mundo. No, su lucha está en combatir a pixeles y una compañía mundial como lo es Pokémon.
Regresando a La Sirenita, cuando se anunció por allá del 2019, que habría un remake live action de la icónica película que salvó a Disney de la bancarrota, todos los fans de se emocionaron. Hubo especulaciones sobre quién debía ser la protagonista, a su vez, algunos fans dudaron de la calidad de la, para entonces, futura película y que era mejor quedarse con la clásica del año 1989.
Al anunciarse a Halle Bailey como la actriz protagonista de este remake, muchas alertas sonaron, tanto de los detractores como de los fanáticos de la cantante. El diablo está en los detalles, dice el dicho popular, ya que estoy diciendo “cantante” y no “actriz”. Halle Bailey es buena cantante más no buena actriz (ahí tienen mi Twitter al inicio del texto). Está de más decir todas las polémicas baratas que hicieron para tratar de elevar el estatus fallido de la película: que es la versión única y exclusiva de Halle Bailey, las niñas que supuestamente se sintieron “representadas” al ver el tráiler (muchas de ellas obligadas por sus madres para ganar algunos likes en TikTok), el super empoderamiento forzado de una chica a quien se le olvidó el límite de tiempo que tenía para recuperar su voz, salvar al príncipe en dos ocasiones en lugar de cerrar el círculo como sí ocurrió en la película de 1989. Si eso no es suficiente, que el Rey Tritón tratara de convencer a su hija de que “los humanos son malos porque mataron a su esposa”, pero eso no fue suficiente para convencer a la pequeña sirena empoderada.
El que no haya ni siquiera llegado al millón de dólares en China, el que nos consideren a todos los detractores de la película como derechistas, seguidores de Trump, racistas y, sí, incluso nombrarnos como a cierto grupo alemán de la Segunda Guerra Mundial por no ir a ver la película. Está de más decir que la película fue un fracaso, aunque los fans más acérrimos digan que fue un súper éxito. Lo vuelvo a repetir. La Sirenita de este año 2023 fue un rotundo fracaso.
Para aquellos que digan que fue por supuesto racismo, con un argumento es suficiente para decirles que no fue ese el motivo: Spider-man de Miles Morales. Miles Morales es un chico, adolescente, afroamericano de origen puertorriqueño. Su película, al contrario de los casos anteriores, es un éxito.
Regresando al tema titular de esta columna. Disney, por allá del 2016-2017 sacó una de sus películas más populares y exitosas: Coco. Pero el intento de comprar los derechos del Día de los Muertos viene de mucho antes de estrenarse esa película. En el 2013, la compañía del ratón Miguelito presentó a la Oficina de Patentes y Marcas Comerciales su formulario para la frase “Día de Muertos”, en las diferentes plataformas, tanto físicas como digitales.
Disney, como buena empresa, busca sacar más dinero, ese es su fin. Al intentar reservar el derecho comercial de una tradición popular mexicana, hizo lo que en muy raras ocasiones se puede lograr: unir a la comunidad hispanohablante, latinoamericana; ya saben, “a todo México”. Como nota aparte, para muchos progres de la California estadounidense, México va desde la Baja California hasta la Patagonia en Argentina.
Disney, como buena empresa capitalista, ávida de dinero y jugosas ganancias, quería robar parte de la identidad, no solo de los mexicanos, sino de toda Latinoamérica. Para calmar las aguas de sus potenciales y sobretodo, muy ofendidos fanáticos latinos, decidieron retractarse de dicha solicitud y de ahí, concentrarse en su película Coco. Queriendo los derechos de uno de los patrimonios de la humanidad, declarada por la UNESCO solo para sacar dinero en la venta de mercancía como camisetas, mochilas, relojes y demás parafernalia.
La parte que gustó de Coco, la película, fue que, al dejar la fiesta en paz, se salieron de los estereotipos, en este caso de los mexicanos y su fiesta anual de dos días para celebrar la vida de aquellos que ya no están con nosotros.
Solo que diez años después del intento de comprar los derechos del Día de los muertos y de haber creado una de sus películas más populares que, como mencioné con anterioridad, se salieron un poco de los estereotipos de las familias latinas: familias que, por necesidad, viven en un pequeño espacio, por decir solo uno, regresaron a las andadas.
No me voy a meter mucho en esta última polémica porque ya parece que lo hacen a propósito. La última de las polémicas tiene que ver con el asunto del “oye primos”. Los hispanohablantes sabemos, desde la cuna que no se habla así. Es una de las reglas de ortografía básica usar singular con singular y plural con plural. Este asunto no hubiera pasado de ahí, si no fuera porque la creadora, Natasha Kline hubiera salido a defender a su creación, atacando a los que la corregían por el mal uso del español y peor aún, la actriz de doblaje, Myrna Velazco (aunque tenga apellido español, no habla ni una pizca de nuestro idioma ni le interesa latinoamerica) salió a decir los siguiente en sus redes sociales: <<El idioma español no es una lengua latinoamericana. Es un idioma que los conquistadores españoles impusieron a los latinoamericanos. La única razón por la que somos latinos y no nativos americanos es por esa distinción. Así que enójense conmigo todo lo que quieran por escribir mal las palabras en español. Enójense conmigo todo lo que quieran por pronunciar mal las palabras en español. Eso no quita el hecho de que soy una mujer indígena estadounidense de origen mexicano. >>
Como si el inglés que ella habla salió por arte de magia.
Para finalizar, es una estrategia de mercadeo que hablen mal de ti, pero no son la saga de Grand Theft Auto. No a todas las compañías les sale bien que, hablen bien o mal de ti, es publicidad gratuita. Y está de más decir que, Disney, en todo los que está haciendo con la inclusión y la “representeishon”, es un rotundo fracaso.
¡Hasta la próxima!