#Sexualidad
¿Te has preguntado cuántas veces has dicho si a algo que en realidad no querías hacer? Ahora pregúntate cuantas veces te ha pasado en la cama.
Dulce Merlos /@la_dulce_vita.mx @matrioska_libro
dulmerlos@gmail.com
Hablemos de límites. Hace ya algunos años en una sesión de coaching con mi querida coach Jessica aprendí acerca de los límites amables. Los límites se pueden ver de muchas maneras, desde decir no a algo que no queremos hacer, no asistir a algún lugar porque no te sientes cómoda o simplemente decir no a algo que no se siente bien porque no va de acuerdo con nuestra escala de valores.
Poner límites no es fácil, porque muchas veces las mujeres traemos este chip instalado desde chiquitas en el que pensamos que debemos complacer a todos y eso automáticamente y sin pensarlo nos hace decir si, muchas veces sin siquiera cuestionarnos si realmente queríamos hacer o comprometernos con algo o alguien.
Los límites aplican para todas las áreas de nuestra vida e incluye también a quienes dejamos entrar a nuestras vidas y por supuesto incluye a aquellos con quienes tenemos cualquier tipo de intimidad incluida la sexual, que es la de la que quiero hablarte hoy. Imagínate esta escena, conoces a alguien digamos en un bar, se toman un par de tragos, te gusta, les gustas, las cosas empiezan a prenderse y de la platica pasan a los besos y de ahí a un motel.
Nada más llegar, las prendas comienzan a rodar por el piso, los besos y las caricias cada vez más intensas dan paso al momento de entrar en materia, de pronto le dices al sujeto en cuestión que se ponga un condón para poder seguir la fiesta y ¡oh sorpresa!, cuando se lo pone el asunto automáticamente se apaga, tú en super prendida le dices, ¿qué hacemos? cómo puedo ayudarte? a lo que él responde, es que no estoy acostumbrado a usarlo ¿podemos hacerlo así? Te juro que estoy super sano y no me acuesto con muchas personas.
Tu mente de inmediato, se va a ese anuncio de los ochenta que decía ¡aléjate y cuéntaselo a quien mas confianza le tengas! Seguro en este punto te estas riendo, pero puedo asegurarte que muchas hemos estado en ese momento incómodo y seguramente hay quienes han cedido a la presión del momento y muchas otras que quizás si han dicho no. Y ojo que aquí no estamos juzgando a nadie, tu cuerpo es tuyo y tú decides sobre el pero el meollo del asunto es justamente tú decides, no la otra persona, ni sus argumentos. Tu poder de decisión esta en saber cuáles son tus límites.
Así que la invitación del día de hoy, es a que te cuestiones cuáles son tus límites en temas sexuales, en la cama pues. ¿Te gusta tener sexo sin protección? ¿Con que prácticas sexuales te sientes cómoda? ¿acostarte con alguien a la primera o después de cuantas veces? Inclusive conocer tu cuerpo y saber qué es lo que te gusta y cómo te gusta.
Tener claridad de lo que te hace sentir segura y cómoda contigo misma te ayudará a no traspasar tus limites y a no dejar que otros los hagan. El problema con traspasar tus limites es que te quedas con una sensación de haberte traicionado a ti misma, de haber ido más allá de donde no querías y te hace sentir sin control sobre tus decisiones.
Así que aprende a decir no, a pensar primero en ti y en tus necesidades, a poner límites de manera amable. Nadie tiene que gritar, ni enojarse, basta con decir, lo siento pero ese es un límite para mi y no quiero hacerlo. Si la otra persona se enoja, ese es su problema, no el tuyo y como dijera un famoso tik toker piensa en el cucaracho que te has ahorrado.
Nos leemos en quince días, y recuerda que la vida no admite ensayos así que vive hoy.
Duls
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