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La acumulación de agua pluvial es uno de los pocos aspectos positivos de los aguaceros que causaron la muerte de al menos 20 personas, derrumbaron laderas y dañaron miles de viviendas.
AP
Mientras los californianos hacen recuento de los daños causados por las tormentas recientes, algunos están haciendo un buen balance del agua de lluvia que recolectaron cisternas, pozos, cuencas subterráneas y otros sistemas de captación, muchas de ellos construidas en los últimos años para aliviar a un estado sumido en décadas de sequía.
La acumulación de agua pluvial es uno de los pocos aspectos positivos de los aguaceros que causaron la muerte de al menos 20 personas, derrumbaron laderas y dañaron miles de viviendas.
El condado de Los Ángeles, que tiene 88 ciudades y 10 millones de habitantes, recolectó suficiente agua de las tormentas para abastecer a unas 800.000 personas durante un año, informó el director del departamento de Obras Públicas del condado, Mark Pestrella.
En los cuatro años desde que los californianos aprobaron una iniciativa de ley para invertir cientos de millones de dólares anuales en la construcción de proyectos de infraestructura pequeños y medianos para la recolección de agua de lluvia, los expertos dicen que el avance ha sido gradual, pero no insignificante.
En Santa Mónica, un nuevo proyecto capturó casi 7.600 metros cúbicos (2 millones de galones de agua) de escorrentía que, una vez tratada, se usa para necesidades domésticas, irrigación o se bombea de vuelta al acuífero de la ciudad.
Sunny Wang, gerente de recursos hídricos de la ciudad, aseguró que al final el proyecto ahorrará un promedio de alrededor de 151.000 metros cúbicos (40 millones de galones) por año.
La gran mayoría del agua de lluvia que cae en las ciudades de California desemboca finalmente en el océano. En Los Ángeles, un complejo sistema de represas y canales de control de inundaciones pavimentados desvían el agua de los caminos y las construcciones hacia el mar lo más rápido posible. La infraestructura centenaria fue diseñada para evitar inundaciones urbanas.
Sólo desde el río Los Ángeles —con un cauce revestido de concreto que comienza en el Valle de San Fernando y termina en el océano en Long Beach— se enviaron al mar 71,54 millones de metros cúbicos (58.000 acres-pie) de aguas pluviales durante las tormentas recientes, informó Kerjon Lee, vocero del Departamento de Obras Públicas del Condado de Los Ángeles. Eso equivale aproximadamente al 20% de la asignación a Nevada del río Colorado cada año.
“Es un gran volumen el que estamos captando, pero es un pequeño porcentaje de la cuenca”, afirmó Wang. “Miles de millones de galones de aguas pluviales ingresan a la Bahía de Santa Mónica cada año, por lo que 40 millones (de galones ahorrados) parece mucho, pero es apenas un primer paso hacia más inversiones que debemos hacer”.
Santa Mónica dice que su Proyecto de Infraestructura de Agua Sostenible es el primero de su tipo en California. Seguramente la mayoría de la gente ignora que existe.
Oculta bajo un estacionamiento recién pavimentado junto a un juzgado del condado, la planta de tratamiento de aguas residuales las filtra y purifica junto a la escorrentía para producir un agua tan potable que excede las regulaciones estatales y federales.
Los funcionarios del condado dicen que el agua que se ahorra es importante, no sólo para reforzar los suministros hídricos, sino también para evitar que los contaminantes recogidos por esa agua pluvial fluyan hacia el Océano Pacífico.
Pestrella, el jefe de obras públicas del condado, dijo que las aguas pluviales captadas en las últimas semanas podrían ser suficientes para evitar que el Distrito Metropolitano de Agua del Sur de California, que abastece a Los Ángeles, San Diego y otros principales centros urbanos, imponga restricciones de agua más estrictas en la primavera y el verano próximos.
Para escapar de la sequía, agregó Pestrella, “necesitamos al menos tres años de este tipo de lluvia”.
La mayor parte del agua de Los Ángeles no proviene de su propia cuenca, sino de un vasto sistema de almacenamiento y suministro que transporta la nieve derretida desde la cordillera de la Sierra Nevada en el norte de California y el río Colorado hacia el este.
Los funcionarios del condado dicen que el gobierno ha invertido 400 millones de dólares de los esfuerzos estatales para aumentar los suministros de agua locales mediante la captura de agua pluvial en más de 100 proyectos regionales, la mayoría de ellos nuevos, durante los últimos dos años. Las autoridades dijeron esperar que los proyectos en el sur de California se completen dentro de ocho años y que podrían proporcionar suficiente agua para 500.000 personas más en el condado de Los Ángeles.
El objetivo a largo plazo del condado, durante los próximos 30 años, es recolectar 370 millones de metros cúbicos (300.000 acres-pie) de agua pluvial, lo suficiente para atender hasta 900.000 hogares anualmente.
Bruce Reznik, director ejecutivo de la organización ambiental sin fines de lucro Los Angeles Waterkeeper (Guardianes del agua de Los Ángeles), calificó la ampliación de los proyectos de captura de agua pluvial en la ciudad como “una carrera contra el tiempo”, debido a la sequía y las fuentes de agua sobreexplotadas del estado. Dijo que un lento proceso de permisos es culpable en parte.
“Estamos comenzando a avanzar, pero obviamente debemos hacerlo mejor”, agregó Reznik. “En los últimos años, la gente se ha vuelto cada vez más seria”.
En el área de Willowbrook, en el sur de Los Ángeles, el parque Earvin “Magic” Johnson se creó en un antiguo campo de almacenamiento de petróleo que luego se convirtió parcialmente en un proyecto habitacional. Ahora, el parque de 42 hectáreas (104 acres) con dos lagos, un patio de recreo, equipo de ejercicio y un centro comunitario también recoge la escorrentía de las tormentas.
La renovación se terminó en 2021. Para la mayoría de las personas que caminan alrededor de los lagos, el parque es simplemente un lugar agradable para caminar. Los patos nadan por el lago mientras unos gansos canadienses graznan desde un islote.
“Es seguro, bastante pacífico y simplemente hermoso”, comentó Barbara Washington Prudhomme, una jubilada del servicio postal.
Ella no estaba enterada de los otros beneficios del parque, como la existencia de una pequeña estructura cerca del lago que recicla la escorrentía de aguas pluviales sucias capturadas de los desagües pluviales y que de otra manera habrían desembocado en el mar. Esas aguas se usan ahora para llenar el lago o regar el césped cuando es necesario.
Cuando supo que el diseño del parque le permite capturar y desviar hasta 15.000 metros cúbicos (4 millones de galones) por tormenta, quedó impresionada.
“Ese es un buen sistema si es que funciona”, opinó.