Sexualidad

SEXUALIDAD EN TIEMPOS DE LOS MILLENIALS

#Sexualidad
Para ser romántico no es necesario caer en el mito del amor romántico, aunque aún se sigue confundiendo y aplicando….

 

 

Alba Luz Cano Zapata (Antel tejedora de palabras)
sexualidad@inperfecto.com.mx

 

 

ENTRE EL YIN Y EL YAN

 

SEXUALIDAD EN TIEMPOS DE LOS MILLENIALS

 

“Esto ya no es lo que era”, es una de las frases que suelo escuchar últimamente en mis tertulias. Por supuesto, quien la realiza suele tener más de 37 años y se lamenta de cómo está ‘el mercado del ligoteo’ para encontrar pareja.

La cultura ‘Hook up’, propia de los millenials, nacidos entre 1980 y 2000, ha revolucionado las fórmulas para seducir. Su formato consiste, básicamente, en dejar a un la lado el juego de la seducción tradicional y apostar abiertamente por encuentros fugaces, sin necesidad de preámbulos ni vínculos emocionales. Vendría a ser como ‘picotear’, pero en el campo de la sexualidad. De hecho, la traducción de ‘Hook up’ sería algo similar a ‘engánchate’, para hacernos una idea de qué representa.

¿Dónde deja eso el coqueteo, las estrategias de seducción y el romanticismo?

Se agota el romance ¿Genera más placer un buen juego de seducción que ir directos al grano? ¿A todas las personas nos gusta que nos cuiden, nos regalen los oídos y la vista con detalles físicos y emotivos antes de pasar al plano físico o sexual? ¿Se puede seducir sin caer en los típicos tópicos, el sexismo y el mito del amor romántico. La activación erótica que genera la fase de cortejo nos ayuda a despertar el deseo y a motivarnos por conseguir nuestro objeto de deseo, o sujeto, pues nunca hay que olvidar que, aunque juguemos, no se trata de un juguete sino una persona con sentimientos. Por tanto, la empatía y el respeto serían fundamentales. Además, los juegos de seducción nos ayudan conocer un poco condiciones o fórmulas se han modificado y se aplican de manera diferente.

El primer aspecto a destacar es que “el romanticismo es una actitud más presente en quien busca relaciones estables que en relaciones casuales”, afirma Javier Santoro, sociólogo experto en seducción en Egoland. De hecho, prosigue, “la aplicación del romanticismo en quien desea relaciones sin compromiso puede asustar, ya que hace pensar que la otra persona busca ‘algo distinto'”. En su opinión, es una pena que se viva así, pues “se puede resolver con comunicación, por ejemplo, aclarando que preparar una cena especial no significa que quiera casarme contigo”.

Para ser romántico no es necesario caer en el mito del amor romántico, aunque aún se sigue confundiendo y aplicando, sobre todo entre relaciones heterosexuales. Utilizar roles diferenciados entre hombres y mujeres, genera expectativas sexistas y relaciones dependientes, basadas en conceptos tradicionales de relación. Esta confusión hace que muchas personas renieguen del romanticismo por no caer en una relación de héroe salvando a princesa indefensa. Pero ser romántico no implica estos roles necesariamente. El romanticismo igualitario sería la clave. ¿Por qué ha de ser él el que pague la cena si la mujer también puede y desea hacerlo? ¿Por qué no podemos las mujeres sorprender con detalles románticos a nuestras parejas hombres? ¿Qué hay de malo en que sepan que también nosotras queremos cuidarles y mimarles? Aunque nos cueste cambiar tantas convenciones sociales, al menos, pensemos un rato sobre el tema y valoremos bajo qué pilares vamos a construir nuestra relación y cuáles pueden ser las consecuencias de nuestra elección. 

Ser una persona romántica no debería ir en función de este mito ni de un sexo o género, sino del deseo por agradar, cuidar y mimar a la otra persona, ofreciendo una relación basada en el buen trato. Y que cada uno elija su dosis de romance, que a nadie le amarga un dulce pero no a todas las personas nos gusta la melaza. Además, el clásico romanticismo en su esencia, basado en el ‘sin ti no soy nada’ y ‘si no me quieres me muero’ o te mato, que es mucho peor, ya nos ha generado demasiados problemas. 

Pero lo que queda muy claro, es que las condiciones para seducir en la actualidad han cambiado, como afirma Santoro, “la  seducción se da ahora en un ambiente con un nivel de competitividad inimaginable hace un poco más de 20 años. Antes, esa persona que nos gustaba, a la vez podría tener a otras dos personas de su entorno interesados por ella. Ahora, si dicha persona tiene Tinder o Instagram, por ejemplo, es probable que al intentar ligar con ella estemos compitiendo con decenas.” Puede ser una especie de eufemismo decir que el romanticismo decae  pero no muere.

 

Por tantas lluvias que han caído dentro de los ojos
por tantos ojos que la lluvia ha recorrido como un camino final
o como esa flor que en el silencio da sentido a la vida
vulnerando el poder de la muerte,
diáfana materia de tristezas
donde ríe aun el labio caído, lejos de mí;
extraño al deterioro que llego como necesaria invasión del enemigo.

Por esas lluvias que caen de improviso desde la soledad
y tanto celaje sin confín,
por ese orden inmutable donde no cabe ya
ni la pálida luz que me precede ni el corazón por el cual
se me asigne un lugar entre los hombres.

Si el licor impregnado de un recuerdo
hace fugaz lo que consideraste ya adquirido
vuelve los ojos a la mañana inicial,
al rio que estaba en la mansión del placer
ya lo veras y espejeante dará noticias
de una mañana sin rostro conocido,
de un umbral sin día definido
de una tormenta huérfana de lluvias
de esa región donde se ha extinguido
y cual maleza crece en sus aguas
el canto de la melancolía.

 

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