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“Es imposible comprender el Arte y la gloria de su historia sin reconocer la espiritualidad religiosa y las raíces míticas que nos conducen a la propia razón de ser del fenómeno artístico”.
Carlos Rosas C / @CarlosRosas_C
carlos.rc@inperfecto.com.mx
El Premio Pritzker de Arquitectura se entrega anualmente para condecorar la destacada carrera de los arquitectos alrededor del mundo. Entregado por La Fundación Hyatt, fundada por el empresario estadounidense Jay Pritzker, propietario de la cadena hotelera Hyatt en el año de 1978, el Premio Pritzker se otorga a un arquitecto que haya demostrado a través de su talento y creatividad, una significativa contribución, una mayor riqueza del acervo humano.
El honor del Pritzker tocó al Arquitecto mexicano Luis Barragán, jalisciense que dejó una marca indeleble en la arquitectura mundial con su inigualable manera de plasmar la mística de su pensamiento que ha influido a generaciones enteras dedicadas a este oficio. El color, la luz, la sencillez y el juego formal permiten percibir el silencio a través de un legado artístico que con mucha justicia fue premiado aquel verano de 1980.
Continúen con nosotros en este Especial de Arquitectura dedicado al primer Premio Pritzker -1980-, el Arquitecto Luis Barragán, orgullosamente mexicano y actualmente el único connacional condecorado con éste laurel.
LUIS BARRAGÁN, PREMIO PRITZKER 1980.
ARQUITECTO MÍSTICO.
3 de junio de 1980, las palabras del fundador del Premio Pritzker son contundentes, “Estamos honrando a Luis Barragán por su compromiso con la arquitectura como un acto sublime de la imaginación poética”, dijo Jay Pritzker durante la ceremonia de premiación en 1980, segundo año en que se realizó el evento.
Algunas de las edificaciones que fueron contempladas para darle el premio, en la actualidad pueden ser visitadas por el público en general. El jurado del Premio las calificó como metafísicos.
“Ha creado jardines, plazas y fuentes de belleza inquietante, paisajes metafísicos para la meditación y el compañerismo. Una aceptación estoica de la soledad como el destino del hombre impregna el trabajo de Barragán”, comentó Pritzker.
Nacido el 9 de abril de 1902 en Guadalajara, México. Su formación profesional fue en ingeniería, resultando en un título a la edad de veintitrés años. Sus habilidades arquitectónicas fueron autodidactas. En la década de 1920, viajó extensamente por Francia y España y, en 1931, vivió en París durante un tiempo, asistiendo a las conferencias de Le Corbusier. Su paso por Europa, y posteriormente en Marruecos, estimuló el interés por la arquitectura autóctona del norte de África y el Mediterráneo, que relacionó con la construcción en su propio país.
A fines de la década de 1920, se asoció con un movimiento conocido como Escuela Tapatía o Escuela de Guadalajara, que abrazó una teoría de la arquitectura dedicada a la adhesión vigorosa a las tradiciones regionales. Su práctica arquitectónica estuvo basada en Guadalajara desde 1927 hasta 1936 cuando se mudó a la Ciudad de México y permaneció hasta su muerte. Su trabajo ha sido llamado minimalista, pero no obstante es suntuoso en color y textura. Planos puros, ya sean muros de estuco, adobe, madera o incluso agua, son sus elementos compositivos, todos interactuando con la Naturaleza.
Barragán se autodenominó arquitecto paisajista, escribiendo en el libro Contemporary Architects, (Muriel Emanuel (ed.) Publicado por St. Martins Press, 1980), “Creo que los arquitectos deben diseñar jardines para ser utilizados, tanto como las casas que construir, para desarrollar un sentido de la belleza y el gusto y la inclinación hacia las bellas artes y otros valores espirituales”. Y además, “Cualquier obra de arquitectura que no exprese serenidad es un error”.
Hombre religioso, Barragán y su obra han sido calificados de “místicos” a la par que serenos. Su capilla para las sacramentarias de las Capuchinas es testimonio de ambas cualidades. Debido a su interés por los caballos, diseñó muchos establos, fuentes y abrevaderos que manifiestan muchas de estas mismas cualidades.
En su aceptación del Premio Pritzker de Arquitectura, dijo: “Es imposible comprender el Arte y la gloria de su historia sin reconocer la espiritualidad religiosa y las raíces míticas que nos conducen a la propia razón de ser del fenómeno artístico. Sin el o por el otro no habría pirámides de Egipto, ni las del México antiguo. ¿Habrían existido los templos griegos y las catedrales góticas?
Además, calificó de “alarmante” que las publicaciones dedicadas a la arquitectura parecieran haber desterrado las palabras “Belleza, Inspiración, Magia, Encantado, Encantamiento, así como los conceptos de Serenidad, Silencio, Intimidad y Asombro”. Se disculpó por no haber hecho tal vez justicia a estos conceptos, pero dijo que “nunca han dejado de ser mis guías”. Al cerrar sus comentarios, habló del arte de ver . “Es esencial para un arquitecto saber cómo ver, ver de tal manera que la visión no sea dominada por el análisis racional”.
Para llegar a ser el hombre libre que fue, tuvo que experimentar una evolución a través de periodos claramente marcados. El primero, del regionalismo tradicional, al regresar de su primer viaje por Europa a su natal Jalisco, realizando casas residenciales con una fuerte tradición constructiva y estética local con algunas reminiscencias de ciertos elementos vistos en sus travesías, hay referencias visuales prácticamente iguales en la arquitectura tradicional árabe y en los jardines de Ferdinand Bac.
El segundo periodo, el del desarrollador de un estilo funcionalista e internacional, tras el regreso de su segundo viaje a Europa, inspirado por la obra de arquitectos del movimiento moderno como Le Corbusier o la Bauhaus.
El primero de sus proyectos fue la modificación de la casa del abogado Emiliano Robles León, en el centro de la capital.
El estilo libre y orgánico con el que ejecutaba sus obras le valió el reconocimiento de su ciudad natal y el ser publicado en medios internacionales como el Architectual Record de los Estados Unidos. En 1936, seis años después de que la muerte de su padre lo obligara a hacerse cargo de los negocios familiares, Luis Barragán se trasladó al barrio de Tacubaya, en la Ciudad de México, donde reformaría un antiguo terreno y lo convertiría en un espacio donde se acumulaban sin compromisos elementos tradicionales propios de nuestra arquitectura vernácula, con ideales recogidos por el arquitecto durante sus viajes.
El lugar, hoy conocido como Casa Estudio Luis Barragán sería reconocido por la UNESCO como Patrimonio Mundial en 2004.
Ya instalado en la capital del país, Barragán dedicó sus días a la construcción de diversos conjuntos habitacionales y edificaciones especiales que dieron identidad a la ciudad durante la última mitad del siglo XX. El más famoso de ellos fue el proyecto Jardines del Pedregal de San Ángel, proyectado para convertirse en un fraccionamiento con grandes jardines y obras ornamentales, buscando conservar un ambiente armónico en términos arquitectónicos sin destruir la belleza natural del lugar.
El proyecto lo mantuvo ocupado hasta 1952, año en el que dejó la asociación creada junto a al empresario José Alberto Bustamante para enfocarse en otros proyectos. Entre 1955 y 1979, Barragán diseñó el Fraccionamiento residencial Jardines del Bosque en Guadalajara; supervisó la construcción de los jardines del hotel Pierre Marques de Acapulco; promovió el proyecto de planificación del fraccionamiento residencial de Las arboledas, ubicado en Tlalnepantla, Estado de México; proyectó el Faro de Comercio de Monterrey, Nuevo León; se involucró en la creación del fraccionamiento de Lomas Verdes, también al norte de la Ciudad de México; construyó la Casa Gilardi, una vivienda unifamiliar de la colonia San Miguel Chapultepec con sus emblemático uso del color. Además, diseñó juntó al escultor Mathias Goeritz las famosas Torres de Satélite, símbolo que marcaría el inicio del suburbio de Satélite, en el Estado de México.
Los trabajos realizados por Luis Barragán, así como su uso de estilos, colores, texturas y disposiciones de espacio en sus diseños, lo convirtieron en uno de los arquitectos más renombrados de la escena mundial.
Otras obras importantes con las que el Arquitecto Luis Barragán cuenta en su haber y de extraordinaria belleza que bien vale la pena mencionar como la Casa Gálvez en Chimalistac, Casa Gilardi, Casa Meyer, Casa Ortega y Casa Prieto López. El arquitecto Barragán falleció un 22 de noviembre de 1988, otros premios que le fueron otorgados son los siguientes:
1976 – Premio Nacional de Ciencias y Artes, México.
1985 – Premio Anual de Arquitectura Jalisco.
1987 – Premio América de Arquitectura.
FUENTES
THE PRITZKER ARCHITECTURE PRIZE
Luis Barragán 1980 laureate.
https://www.pritzkerprize.com/laureates/1980
REVISTA OBRAS
En el camino al Pritzker, tres obras por las que Luis barragán ganó el galardón.
27 febrero 2020
REVISTA OBRAS
Barragán, una arquitectura que encontró la libertad.
30 marzo 2017
GATOPARDO.COM
El arquitecto sin compromisos.
22 noviembre 2018
https://gatopardo.com/perfil/luis-barragan/