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La construcción y mantenimiento de infraestructura en México es uno de los retos que enfrentan tanto el gobierno actual como la administración entrante.
Con información de EL ECONOMISTA
La construcción y mantenimiento de infraestructura en México es uno de los retos que enfrentan tanto el gobierno actual como la administración entrante; sin embargo, expertos en ingeniería afirman que este rubro ofrece una gama de oportunidades para impulsar el desarrollo económico y social, promover la sostenibilidad y fomentar la innovación.
De acuerdo con Cedric Iván Escalante Sauri, asesor técnico del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT), el país enfrenta un déficit de equipamiento ferroviario, eléctrico, hídrico, turístico, habitacional y de transporte, que debe atenderse a la brevedad para asegurar el potencial de crecimiento ante fenómenos como el nearshoring (relocalización de empresas).
“Se habla de alrededor de 300,000 millones de dólares de inversión llegando al país, pero falta invertir otro tanto igual para facilitar los flujos de bienes y personas a partir del nearshoring. México es el lugar 48 en términos de competitividad y el puesto 54 en materia de infraestructura a nivel global. Esta calificación nos indica que no tenemos la infraestructura suficiente en todas las áreas”, comentó el experto.
Durante una mesa de diálogo llevada a cabo en el Colegio de Ingenieros Civiles de México (CICM), Escalante explicó que, entre los principales retos de infraestructura para los próximos años, destacan:
Rehabilitación y mantenimiento de más de 100,000 kilómetros de líneas de transmisión de red eléctrica.
Construcción de alrededor de 40,000 cuartos de hotel y más de 1 millón de viviendas.
Desarrollo de, al menos, una gran presa.
Rehabilitación y mantenimiento de 1,350 plantas potabilizadoras.
Conservación y mantenimiento de más de 400,000 kilómetros de carreteras y caminos de todo tipo.
Instalación de un estimado de 3,000 kilómetros de vías férreas.
“Todo esto es un desafío, pero también nos da un potencial de crecimiento. La inversión en infraestructura tiene un efecto multiplicador en la economía, genera empleo, atrae inversión y mejora la calidad de vida”, sostuvo Escalante.
Asimismo, el ingeniero refirió que México puede aprovechar este momento de planeación hacia el futuro para construir infraestructura resiliente al cambio climático, promover el uso de energía renovable y fomentar la innovación tecnológica para mejorar la eficiencia y reducir costos.
“La expansión de la infraestructura de transporte y comunicaciones puede integrar mejor las regiones del país, facilitar el comercio y reducir las desigualdades”, apuntó.
