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Durante varias semanas, los cada vez más frustrados residentes de la populosa Ciudad de México han estado protestando por la escasez de agua.
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Durante varias semanas, los cada vez más frustrados residentes de la populosa Ciudad de México han estado protestando por la escasez de agua, mientras que autoridades han advertido que en el principal sistema de abastecimiento de capital las presas presentan niveles bajos “sin precedentes”.
La llamada Zona Metropolitana de la Ciudad de México -una de las mayores concentraciones urbanas del mundo con unos 21 millones de habitantes de la capital y de estados adyacentes- está pasando apuros después de años de escasas precipitaciones atribuidas al cambio climático, así como a un crecimiento urbano caótico y una infraestructura obsoleta.
En la comunidad de Acambay, en el Estado de México y a unos 130 kilómetros de la capital mexicana, los manifestantes forzaron las puertas de una oficina de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), rompieron ventanas y arrancaron tejas del techo en una protesta reciente, informaron medios locales.
Y en Azcapotzalco, una de las demarcaciones de Ciudad de México, residentes llenaron sus botes, algunos usados para basura, para llenarlos de agua que repartía un camión.
Maribel Gutiérrez, residente de esa zona, dijo que llevaba más de un mes sin agua en su casa. Los vecinos han comenzado a pelear por los suministros limitados, relataron los residentes.
Creo que deben ser empáticos”, dijo la mujer sobre los funcionarios del gobierno. “Entendemos también nosotros que en la Ciudad de México hubo un grave problema de agua (…) Sin embargo, comprendan que el agua es vital para todos”.
La capital mexicana, situada en un valle a gran altitud y construida sobre el antiguo lecho de un lago, ha luchado durante años para abastecer a sus residentes. Depende principalmente del agua bombeada desde su acuífero subterráneo y embalses fuera de la ciudad, para satisfacer la demanda.
Funcionarios de la empresa de agua de Ciudad de México, SACMEX, han dicho que el Sistema Cutzamala, una red de plantas de bombeo, presas e instalaciones que conforman la fuente de agua para unos seis millones de personas, está más estresado que nunca. Han pedido a los vecinos que cambien sus hábitos para conservar la mayor cantidad de agua posible.
“Por la cantidad de agua que obtenemos de los distintos sistemas (de abasto de agua) y por el número de habitantes, más la población que entra a trabajar a nuestra ciudad, es una condición inédita. Es algo que no habíamos vivido durante esta administración, ni en las administraciones anteriores”, dijo Rafael Carmona, director de SACMEX.
El Sistema Cutzamala estaba al 39.7% de su capacidad el 29 de enero, frente al 41% en diciembre y al 54% por esta época el año pasado, según datos oficiales.
La capital recibe al menos la mitad de sus precipitaciones anuales del monzón norteamericano entre mayo y agosto. Con las últimas temporadas más secas de lo habitual, los embalses de la ciudad ahora están agotados y no hay posibilidad de recuperarse hasta los meses de verano, dijo Andreas Prein, científico atmosférico del Centro Nacional de Investigación Atmosférica de la NSF en Boulder, Colorado.
“En México, hay que esperar hasta mayo o junio hasta que realmente pueda obtener un aumento significativo de las precipitaciones para tener la oportunidad de recuperar agua en los embalses”, afirmó.
La situación pone a Ciudad de México y a otras grandes capitales del mundo en riesgo de sufrir el llamado “efecto latigazo”, dijo Prein, cuando una ciudad experimenta un cambio rápido hacia condiciones húmedas que pueden provocar inundaciones.
“Las oscilaciones son cada vez más extremas debido al cambio climático”, agregó el experto. “Esto es lo que vemos a escala global”.