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Powers se reúne con el coproductor de Heaven Is a Junkyard, Rodaidh McDonald, para el nuevo sencillo, “Football”. La canción llega acompañada de un vídeo de Caleb Halter y un vinilo de 7″ edición limitada.
Redacción InPerfecto / @InPerfectoMx
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Vinilo limitado de 7″ ya disponible a través de Fat Possum Records
“Una gran canción de Youth Lagoon es majestuosa en miniatura, y las del último álbum de Trevor Powers suenan como un pequeño pueblo de casas victorianas vacías”. — Pitchfork, 50 mejores álbumes de 2023
“Las delicadas canciones de Heaven Is a Junkyard son una forma experimental, deformada pero ornamentada, del género Americana”. — The Ringer, Mejores álbumes de 2023
“Se siente correcto decir que el mundo necesita a Youth Lagoon ahora más que nunca”. — Paste, 50 mejores álbumes de 2023
El año pasado, Youth Lagoon, el querido proyecto de Trevor Powers, regresó con Heaven Is a Junkyard. El primer álbum de Youth Lagoon en ocho años fue elogiado por medios como Pitchfork (“nunca ha sonado tan seguro o en paz consigo mismo”), NPR Music (“su mejor álbum”), Billboard (“la marca de un narrador eficaz, confiado en su oficio”), y más.
Inmediatamente después del hito de 2023, Powers se reúne con el coproductor de Heaven Is a Junkyard, Rodaidh McDonald, para el nuevo sencillo, “Football”. La canción llega acompañada de un vídeo de Caleb Halter y un vinilo de 7″ edición limitada.
Como lo describe Powers, “’Football’ es realmente una celebración del fracaso. La sociedad tiene la terrible costumbre de reconocer únicamente los logros mientras disimula la grandeza en las sombras. Estamos tan distraídos tratando de ganarnos amor y valor que olvidamos que es algo que ya tenemos inherentemente. Quería jugar con esta idea a través de la lente de los deportes porque, en muchos sentidos, los deportes son la religión más verdadera. Cuando era joven, era la única manera que tenía de conectar con mi papá. No teníamos mucho en común, pero ambos sabíamos lanzar el balón. Había reglas y rituales en los que podíamos estar de acuerdo. No tuvimos que discutir sobre quién tenía razón o quién no. La diferencia en mi familia era que no importaba lo bueno que fuera. El simple acto de lanzar una pelota era la comunión. No importaba si lo atrapaba. Amo a mi papá por eso”.
