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“Es un río constante de gente”: El flujo migratorio desborda la frontera México-EE.UU.

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En junio pasado el condado de San Diego declaró emergencia porque la Patrulla Fronteriza había dejado en las calles a unos 14.000 migrantes que cruzaron por las inmediaciones de San Ysidro.

 

 

EFE

A Manilal, un migrante de India, le tomó solo unos segundos trepar una roca del tamaño de un camión en la frontera de México con California y saltar al otro lado, y ya estaba en Estados Unidos, en el rancho de Brian Silvas.

El hombre de 33 años le dijo a EFE que voló de India a Londres y, con escalas, a San Salvador, donde no necesitó visa. Después fue más fácil recorrer Guatemala y México hasta llegar a la frontera con California.

Manilal, miembro de la minoría religiosa sij, explicó que el grupo de cinco familiares y conocidos con los que viajó conocía desde India el recorrido que haría, medidas de seguridad, e incluso el punto exacto por el que cruzaría de México a Estados Unidos, en Jacumba, unos 120 kilómetros al este de San Diego.

Aseguró que el único guía que al que le pagó en todo el recorrido fue un hombre que recogió a su grupo y a migrantes de otros países cerca de la central de buses de Tecate, Baja California (México), y los condujo unos cuantas kilómetros al punto de cruce.

Manilal es uno entre decenas de miles de migrantes de todo el mundo que desde septiembre pasado han cruzado la frontera hacia California, principalmente por ese mismo lugar, una zona apartada del municipio de Tecate donde grandes rocas impidieron la construcción de un muro fronterizo.

Los vehículos camuflados como el que condujo al grupo de sijs al punto de cruce llegan a las inmediaciones constantemente, a intervalos aproximados de 10 minutos, a través de un camino de arena con altos matorrales.

Silvas, el propietario de las tierras donde está el punto de cruce, dijo a EFE que “es una avalancha de gente; es como un río constante de gente, de día y de noche”.

El ranchero, un veterano de las Fuerzas Armadas, compró 323 hectáreas de terreno en la frontera de California con México, “en parte porque era un paraje solitario y pensé que encontraría paz”.

“Pero esto ha sido todo lo contrario. Entiendo que tienen razones para venir, pero es gente que ha llegado de todo el mundo a mi propiedad”, declaró.

A Manilal y su grupo los recogió momentos después un oficial de la Patrulla Fronteriza, quien dijo que tienen prohibido entrar a propiedad privada como la de Silvas.

“Por eso he dicho que si tuviera dinero levantaría mi propio muro”, dijo el ranchero.

Flujo incesante

El flujo de migrantes por la frontera de California no cesa. En junio pasado el condado de San Diego declaró emergencia porque la Patrulla Fronteriza había dejado en las calles a unos 14.000 migrantes que cruzaron por las inmediaciones de San Ysidro.

Las autoridades mexicanas levantaron obstáculos para que los migrantes no cruzaran por ahí, pero varias semanas después el flujo de personas aumentó por el sector de Tecate.

Según datos del condado de San Diego, de septiembre a diciembre pasaron por Jacumba unas 42.000 personas que la Patrulla recogió de esa zona semidesértica y dejó en las calles de San Diego.

El flujo de personas rebasó a la Patrulla Fronteriza, que a lo largo de este año ha reiterado que carece de infraestructura y de agentes para procesar a tanta gente. Deja a la gente en las calles y organizaciones de la sociedad civil asumen la responsabilidad de ayudar.

La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés), a la que pertenece la Patrulla, cerró el Paso Peatonal Oeste del cruce de San Ysidro para destinar las instalaciones al procesamiento de migrantes.

En otros estados la agencia tomó medidas similares, cerrando el paso fronterizo en Lukeville, Arizona, y los puentes de cruce internacional ferroviario en El Paso y Eagle Pass, Texas, con el fin de emplear al personal para procesar migrantes. En Eagle Pass más de 4.000 migrantes esperaban a ser procesados ayer martes tras cruzar el fronterizo río Grande (río Bravo en México).

Para el director ejecutivo de la Cámara de Comercio de San Ysidro, Jason Wells, el que la CBP cierre la garita que más usan los consumidores mexicanos para cruzar la frontera hacia Puerta de las Américas, el mayor centro comercial en toda la frontera, denota discriminación.

“¿Por qué no traen agentes de los grandes aeropuertos donde tienen tanto personal, o de los puertos marítimos? Te diré por qué. Porque ahí afectan a los europeos, al comercio asiático. Pero ellos (la CBP) saben que esta es nuestra mejor temporada de ventas en el año”, dijo Wells a EFE.

Para el director del Comité de Servicios de los Amigos Americanos en San Diego, Pedro Ríos, la crisis que hoy vive la frontera es el resultado de décadas de políticas enfocadas únicamente en reforzar las detenciones de migrantes.