InPerfección Principal Nacional

“Otis” devasta Acapulco con fuerza histórica

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Desde la Autopista del Sol se comienza a ver la devastación: árboles arrancados desde la raíz, como si los hubiera sacado un gigante.

 

 

Con información de EL UNIVERSAL

El huracán “Otis”, con categoría 5, devastó Acapulco. La ciudad está severamente dañada. Hay caos, rapiña, desolación, destrucción. Está incomunicada: no hay servicio de telefonía, internet ni luz eléctrica, tampoco transporte público. Los comercios están cerrados, al igual que las gasolinerías.

Llegar a Acapulco fue una odisea. Desde la Autopista del Sol se comienza a ver la devastación: árboles arrancados desde la raíz, como si los hubiera sacado un gigante. Derrumbes. Se puede avanzar sin problemas hasta el kilómetro 360, ya muy cerca de Acapulco. Ahí, un alud de tierra expandido en unos 500 metros impide el paso.

Soldados con pala y pico intentaron liberar la vía, pero no le hicieron nada a toneladas de tierra. Desde las 14:00 horas habilitaron el carril del sentido Acapulco-México; la prioridad fue el paso de camiones de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y los convoyes del Ejército, que en tráiler transportaban maquinaria pesada. A las 20:00 horas de este miércoles seguían llegando a Acapulco camiones de la CFE.

Conforme se avanza, se ve la fuerza con la qué pasó Otis. Árboles inmensos arrancados desde la raíz y coches aplastados por postes o anuncios.

Unos kilómetros de tranquilidad se encuentran en el Maxitunel, pero cuando se sale… nuevamente el desastre: árboles caídos, negocios destrozados, tráficos, caos y gente raqueando.

De inmediato se toma la avenida Farallón hasta la Diana, en la Costera Miguel Alemán.

Aquí la imagen es devastadora, la principal avenida del puerto se encuentra estrujada, desfigurada.

No luce espléndida, como en sus mejores tiempos. Turistas deambulan, unos no saben dónde dormirán, otros buscar salir. Árboles caídos por donde sea, las fachadas de negocios destruidas.

Así sólo está la Costera, las colonias deben estar igual. La noche cayó y Acapulco se quedó en la penumbra.

“El impacto fue muy grave porque no esperábamos esto. Era una tormenta tropical que se convirtió rápidamente en huracán categoría 5 y que además llegó seis horas antes de lo esperado. Los daños son incuantificables porque no hay comunicación”, dijo a El Universal Jorge Laurel González, presidente de la Asociación de Hoteles y Empresas Turísticas de Acapulco.

“No podemos todavía hacer un cálculo de los daños, pero sí te puedo decir que este impacto es más grande que el del huracán Paulina o el del huracán Manuel”, agregó el empresario.