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Equipos de rescate trataban de llegar a pueblos y localidades del norte de Italia que siguen aislados por las fuertes lluvias e inundaciones, mientras que la cifra de muertos por las tormentas aumentó a 13.
Con Información de EL UNIVERSAL
Equipos de rescate trataban el jueves de llegar a pueblos y localidades del norte de Italia que siguen aislados por las fuertes lluvias e inundaciones, mientras que la cifra de muertos por las tormentas aumentó a 13 y las autoridades empezaron a elaborar los planes de limpieza y reconstrucción.
Las condiciones meteorológicas extremas detrás del desastre de esta semana —una prolongada sequía acentuada por 36 horas de lluvias intensas, dos semanas después de otros aguaceros— provocaron el desbordamiento de más de una veintena de ríos y afluentes. La fuerza del agua hizo que torrentes de lodo arrasaran ciudades enteras de Emilia-Romaña, inundando negocios y sótanos.
Los alcaldes locales advirtieron que algunas localidades seguían aisladas por completo debido a los aludes que habían cortado el paso en las carreteras, y que seguían sin tener servicio de telefonía. Ello ha impedido que los equipos de rescate lleguen a los residentes y que las autoridades conozcan el alcance total de sus necesidades, indicó Monica Rossi, alcaldesa de Mercato Saraceno.
“Si llueve más, la situación será trágica”, advirtió Rossi en la televisora Sky TG24, mientras estaba de pie sobre una carretera a la que le faltaba un pedazo debido a un alud.
La cifra de muertos aumentó a 13 luego de que se encontraron más cadáveres el jueves en la azotada provincia de Rávena, reportó la televisora estatal RAI, con base en datos proporcionados por el gobierno local. Entre los decesos estaba una pareja de unos 70 años que fue encontrada sin vida en su apartamento inundado de Russi después de que su hijo reportó que había perdido contacto con ellos.
Para el jueves por la mañana, algunas partes de la ciudad de Faenza seguían bajo el agua, había automóviles sumergidos y sótanos anegados por un lodo espeso y viscoso. Una familia que estaba en su balcón dijo que no tenían electricidad, ni gas, ni comida. Otros residentes se refugiaron en un gimnasio local, donde los soldados colocaron catres en una cancha de baloncesto para los recién llegados.
“En un momento dado nos dijeron que abandonáramos la zona, y una hora más tarde escuchamos un fuerte estruendo”, comentó Claudia, de 29 años, residente de Faenza, recordando cuando el cercano río Lamone se desbordó el miércoles por la mañana. “El agua lo inundó todo”.
Más de 10.000 personas tuvieron que abandonar sus hogares, y algunas de ellas tuvieron que ser sacadas de techos o balcones por helicópteros de rescate, mientras que otras fueron transportadas en botes. Una familia con un bebé de 20 días de nacido fue rescatada el jueves por la mañana, de acuerdo con el alcalde de Cesena, Enzo Lattuca. Otra colocó sus pertenencias en una alberca inflable que llevaron por el río de lodo que antes era una calle.
Pero los residentes de otras ciudades, como Castel Bolognese, empezaron a limpiar a medida que las aguas retrocedían, sacando con palas el lodo de sótanos y negocios.
La región ya había estimado en 1.000 millones de euros las pérdidas ocasionadas por las lluvias torrenciales de principios de mes, pero el presidente regional, Stefano Bonaccini, dijo que las pérdidas alcanzaban ahora varios miles de millones, debido a los daños generalizados en tierras de cultivos, negocios e infraestructura.