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En su peregrinar con la imagen del santo -cuya fiesta se celebra este 15 de mayo-, el sacerdote ha insistido en orar por la lluvia, para que los ríos y las presas vuelvan a cobrar vida.
Con información de EL UNIVERSAL
Bajo la sombra de dos fresnos, habitantes del ejido Cruz y Carmen, del municipio de Hidalgo, Tamaulipas, improvisan un rústico altar para que el padre Isidoro Martínez celebre misa. Atrás de él, dos huertas de naranjas son el marco para recordar a San Isidro Labrador, patrono de los agricultores y campesinos, y a quien piden con desesperación un poco de lluvia.
En las últimas semanas, el sacerdote católico no ha parado de visitar todas las comunidades que pertenecen a la parroquia Nuestra Señora del Carmen, en el municipio de Güémez.
Con fervor, el religioso pide a los creyentes que sigan el ejemplo de San Isidro, “porque oraba con mucha devoción”.
En su peregrinar con la imagen del santo -cuya fiesta se celebra este 15 de mayo-, el sacerdote ha insistido en orar por la lluvia, para que los ríos y las presas vuelvan a cobrar vida.
El padre Isidoro inició su recorrido el 1 de mayo por ejidos y pueblos que pertenecen a los municipios de Güémez e Hidalgo. Forman parte de la comarca citrícola más importante de Tamaulipas, con producción principalmente de naranja, toronja, mandarina y limón.
Luego de una larga sequía, recientemente las lluvias han llegado a la región, “pero aún nos falta mucho más”, coincidieron algunos habitantes. Por ello recurren a su fe.
“San Isidro siempre antes de ir a su trabajo asistía a misa y oraba con mucha devoción y fe. En la tierra que él trabajaba las cosechas siempre eran las más abundantes. Sigamos su ejemplo”, expresa ante los feligreses.
Las escenas se han repetido en los días recientes, con celebraciones al aire libre, en algunos lugares con escenarios de mezquites, o parcelas de maíz y en otros rodeado de naranjos.
Desde la sede parroquial, en el poblado El Carmen, el padre sale diariamente a recorrer una o dos comunidades, en ocasiones solo, y a veces acompañado de un guitarrista o dos ayudantes.
Gloria, una de las asistentes de la parroquia, relató que el 2 de mayo el presbítero celebró la misa en José María Morelos, una de las comunidades más alejadas, conocida como Mapaches. “Para llegar tenemos que cruzar el vado de un río, en una ocasión nos tocó que iba crecido y nos tuvieron que rescatar con un tractor, y en el lugar solo viven como tres familias, pero el padre igual los visita, siempre tiene disposición”, explicó la joven.
Se refirió también al afecto que se ha ganado por este tipo de pastoral del padre, “lo estiman mucho nunca se niega a llevar misa, visitar enfermos o bendecir las huertas, por acá tiene mucho valor que él tenga tiempo para comer con las familias, siempre refleja humildad”.
La principal fuente de abastecimiento de agua de todos los pueblos de la región es el cauce del río Purificación, el cual nace en la Sierra Madre y desemboca en la Presa Vicente Guerrero, pero actualmente muestra uno de sus peores momentos. Se encuentra seco.
Al respecto, uno de los productores de cítricos de la región, Fernando Hinojosa, consideró que a pesar de la incredulidad de algunas personas, los creyentes católicos continuarán con esta tradición que ha impulsado el padre Isidoro: “Dios nos debe bendecir con más lluvias, con la intercesión de San Isidro, es algo muy bonito que salgamos a recorrer el campo con su imagen y porque necesitamos que nuestro río vuelva a tener una fuerte crecida”.