Cultura

Día mundial del libro en México

#Cultura
Aficiones hay muchas, muy caras, que necesitan de su tiempo e inversión

 

 

Ricardo Sandoval / @LuisRSandoval5
luizandcar18@gmail.com 

 

Como en cada mito de origen suele ser algo extraordinario para llamar la atención o antes, que se usaba como una justificación para saber de dónde venimos, quiénes fueron nuestros posibles ancestros. Este es el caso del Día internacional del libro. Dicho mito, de acuerdo a varias investigaciones de la UNESCO, se debe a que el día 23 de abril, murieron tanto William Shakespeare, Miguel de Cervantes y Garcilaso de la Vega. Una coincidencia que tres de los más grandes escritores de la literatura occidental ha dejado, hayan fallecido el mismo día, aunque de distintos años.

Incluso, para añadir más mito al origen de esta fecha hay quienes dicen que fue en 1988 cuando se instauró, de manera oficial esta celebración. Por su parte, hay quienes mencionan que fue en 1995. Independientemente de si las fechas, tanto de los fallecimientos de los escritores, mismo día pero en diferentes años, y la del nacimiento de esta festividad sean correctas o no, es una fecha muy importante para los lectores.

Esto abre de nueva cuenta la pregunta de qué leer, si es mejor la cantidad de libros a la calidad de ellos. En México, de acuerdo a datos del INEGI, para el pasado años 2022, se leían cuatro libros al año. Es un aumento exponencial a lo que se venía registrando en años y décadas anteriores.

Hay quienes dirán que este aumento se debe al internet ya la facilidad de encontrar libros gratuitos en formato PDF, ya que los libros físicos cuestan mucho dinero. Y es de aquí donde me voy a agarrar para decirles que, como hobby tienes que invertir tu dinero para comprar los ejemplares, clásicos, de primera edición o no, de determinado autor, hombre o mujer, tiempo, viajes, kilómetros, tanto de manera literal al hacer trasbordos en el transporte público como metafóricamente con los personajes, si dicho libro se trata de una novela o un cuento.

¿Cuántos miles de pesos no se gasta una persona en una afición, digamos, comprar las playeras de futbol del equipo al que le va? O mejor aún, aquel fanático de los carros Hot Wheels que busca al carro denominado como santo grial que va a completar su gran colección de autos dentro de sus empaques. Ya si nos vemos muy mundanos, cuantos miles de pesos se gasta una persona en una de las llamadas “pedas” (borracheras) en el antro, sean hijos de papi o no. Incluso aquel mamador de las películas de “culto” que critica en su canal de YouTube o de TikTok, tuvo que gastar de su tiempo y su dinero para ver las dichas películas. 

Aficiones hay muchas, muy caras, que necesitan de su tiempo e inversión. Argumentos y contra argumentos también existen. “Es que los libros salen muy caros en las librerías”, bueno, existen los mercados donde hay al menos una persona que pone su puesto de libros a un precio accesible. “Es que cuesta mucho y es una inversión inútil, mejor vete de peda con eso que te cuesta tu librito”. ¿Cuánto cuesta una playera, original, de las grandes marcas o si es una prenda deportiva de un equipo reconocido? Se me hace una manera muy básica de atacar a los libros y a la lectura en general.

Pero suficiente de quejas y lugares comunes que no llevan a ninguna parte y regresemos al tema principal. Disminuye la población lectora en México pero aumentan los libros leídos al año. Puede sonar desconcertante y confuso esta situación. ¿Cómo es posible que disminuya la población lectora y aumenten la cantidad de libros que se lee al año?, bueno esto tiene una denominación muy sencilla de responder: qué se lee.

La página del INEGI (https://www.inegi.org.mx/programas/molec/ ) , nos dice: << El Módulo sobre Lectura (MOLEC) comenzó a levantarse a partir de 2015, los meses de: febrero, mayo y agosto; a partir de 2017, una vez al año en el mes de febrero. El MOLEC tiene el propósito de generar información estadística sobre el comportamiento lector de la población mexicana de 18 años y más, con la finalidad de proporcionar datos útiles sobre las características de la lectura de la citada población y proporcionar elementos para fomentar el hábito de la lectura.>> 

De acuerdo a datos del INEGI, en su apartado de Módulo sobre la lectura, antes mencionado, el porcentaje de personas mayores de 18 años que se considera lectora, es de 68.5%, siendo el más bajo en los últimos siete años. Ocho de cada diez personas entre los 18 y los 34 años de edad (en tono de burla voy a decir que me siento un poco discriminado en este rango de edad), las personas mayores de 65 años leen seis de cada diez personas, donde con mucho orgullo, una de esas personas que leen es mi papá.

Otra pregunta importante es ¿qué leen los mexicanos?: la misma página del INEGI lo menciona: 40.8% de los lectores leen libros, mientras que el 37.7% leen páginas de internet, foros, blogs. Un dato alarmante es que los lectores de periódicos y revistas disminuyó 17.9 y 28.1%, respectivamente. De esa población lectora leen por entretenimiento (un 44.6%), y en segundo lugar está el trabajo, el estudio, por cultura general e incluso, por motivos religiosos. En el año 2022 se leyeron casi cuatro libros al año, porcentaje que bajó en este 2023 a 3.4%, pero superior al 3.1% del año 2018.

Aún está en marcha el proyecto 21 para el 21, donde se publicarían un gran tiraje que llegaría a los lugares más recónditos del país. Aunque esté a favor de muchos de los proyectos del presidente López Obrador, la cultura ha sido uno de los temas pendientes de este inicio de la llamada 4T.

De dicho proyecto 21 para el 21 no se ha sabido nada y una rápida investigación en el navegador de búsqueda predilecto arroja aún los resultados de aquel septiembre del 2021. Pero con los números mencionados por la propia página del INEGI, el futuro de la lectura en México es preocupante.

En uno de mis textos anteriores mencioné que, palabras más palabras menos, tardará este proyecto en echar raíces porque fueron décadas y décadas de menosprecio a la inteligencia lectora de los mexicanos. Porque no es únicamente lanzar libros a lo loco, es el acceso a la educación, a la alfabetización, la traducción a las lenguas originarias, más allá del maya o el náhuatl. Es fomentar desde la niñez las actividades culturales y enseñarles a las infancias que no tiene que ser una tarea o una obligación ir al teatro, leer un libro acorde a su edad.

Es estar luchando contra un sistema salvaje como el capitalista y cultural como el pensamiento de “debes estar haciendo algo más productivo que leer”. Es también una lucha contra aquellos que quieren cambiar o quitar partes porque no van de acuerdo a su pensamiento, supuestamente abierto, porque esta generación “woke” se siente ofendida. Si esta descenso sigue, la lectura en México se convertirá en un mito.

Por eso, considero, que este 23 de abril del 2023, realmente, no tenemos nada que celebrar en torno a la lectura.

#InPerfecto