Editorial

EL “TREND” DE LA HIPOCRESÍA

#InPerfecciones
“La oportunidad de la juventud está en renovar la mentalidad política; remplazar la corrupción con la honestidad, el cinismo por el compromiso y el amor incondicional al país por el inmoral fanatismo.” 

 

 

Pablo Ricardo Rivera Tejeda / @PabloRiveraRT
pricardo.rivera@gmail.com

 

La Cámara Baja estaba haciendo historia. Las propuestas de jóvenes legisladores por fin habían sido tomadas en cuenta. Tan pronto se hizo noticia la reforma, funcionarios y personajes de redes sociales no dejaban de mostrar alegría y supuesto entusiasmo por el “futuro de México”. Al fin los jóvenes podrían actuar de manera palpable sin tener ningún impedimento, porque claro, hoy, a México lo domina más la impulsividad que la razón; igual que a sus políticos. Es parte de nuestro léxico de a pie la trivial frase: “el que no conoce su historia está condenado a repetirla”, aun así, parece que no conocemos del todo lo que el verde, blanco y rojo ocultan tras la bandera.

 

La iniciativa de ley que reformará los artículos 55 y 91 de la Constitución, será uno de los proyectos emblema de los diputados morenistas. La propuesta de poder ser votado como legislador –en este caso como diputado– a los 18 años no es una idea reciente, es una supuesta meta que se tenía desde hace tiempo y que, desde la óptica de aquellos que la proponen, es un gran paso para las juventudes mexicanas. ¿Lo será?

 

En una columna anterior en este mismo espacio me dediqué a comentar de manera concreta la propuesta de ser votado y votar a los 16 años, propuesta que se habría hecho pública por parte de Miguel Torruco en su evento: “Relevo Generacional”, acompañado claro por una de las frescas figuras mediáticas que no por fresca deja de ser hipócrita: Gerardo Vera. Curiosamente la propuesta del evento juvenil, además de ser presentada en un evento que se enfocaría únicamente a formar jóvenes sin introducir ninguna ideología partidista, daría una cantidad impresionante de votos a favor de Morena. ¿De verdad seguimos idealizando a los políticos de hoy? No es triste, es vergonzoso y patético que la mayoría de aquellos que se sientan cómodamente en sus escaños o curules lo hagan mediante el engaño; la verdad, al igual que el servicio hacia los demás han quedado opacados por la sombra del corrupto egoísmo. 

 

Ahora bien, en este caso la propuesta de ser votado como legislador desde los 18 años puede –al igual que la de votar a los 16– sonar prometedora, pero es nuestro deber analizarla críticamente. Andrea Chávez, una de las jóvenes joyas de Morena, fue una de las promotoras de dicho proyecto en Diputados. Es curioso que Andrea –reconociendo que su habilidad al micrófono es una digna de aplaudir–, quien es una de las legisladoras más famosas por sus ataques al sexenio de Calderón y su fiel apego a la ideología de Palacio Nacional, sea al mismo tiempo una de las diputadas que menos propuestas ha presentado y que tiene una importante cantidad de proyectos no votados o desechados, sin decir claro que ha habido nulo progreso en sus comisiones. 

 

Ahora bien, sería relevante cuestionarse si queremos a jóvenes que como Chávez que no busquen un progreso objetivo para el país sino una fama apabullante que alimente el afán por el poder. El “relevo generacional” no debe ser jamás uno forzado, debe de ser gradual, pero al mismo tiempo debe atender a las problemáticas con las que nos topamos en la esquina de cada calle. La oportunidad de la juventud está en renovar la mentalidad política; remplazar la corrupción con la honestidad, el cinismo por el compromiso y el amor incondicional al país por el inmoral fanatismo. Nicolás Márquez, jurista y pensador de derecha expresa lo anterior con una frase esclarecedora: “no hay que confundir el amor a la patria con el amor al Estado”. 

 

A pesar de todo, la propuesta fue aprobada en la Cámara de Origen, restando únicamente el Senado para que la misma entre en vigor. Es en estos momentos cuando una vez más vemos lo enclenque que puede ser el supuesto bloque de contención. En la discusión y votación no hubo tan siquiera un voto en contra de la propuesta. ¡Por Dios!, es bien sabido que varios legisladores de la oposición no estaban de acuerdo con el proyecto, sin embargo, la oposición no puede apartarse del camino de sus progenitores: harán todo cuanto les convenga políticamente incluso si eso implica menoscabar sus principios y olvidar el contrapeso que representan. Es nauseabundo pensar que sólo en lo que es mediático la oposición se muestra rebelde, al final, a juzgar por los hechos, ambas fuerzas políticas del país son iguales; desposeídas de una ideología auténtica y cobardes con la verdad.

 

Aristóteles sería incisivo al mencionar que la democracia resultaba una forma de gobierno desvirtuada de su fin auténtico. Es curioso como el Filósofo no criticaba la democracia como hoy la malentendemos; para él, la democracia era el gobierno de los pobres únicamente en favor de los pobres. Extrapolemos la definición. La democracia deja de ser virtuosa cuando se utiliza el discurso de la mayoría para el beneficio de unos pocos, la democracia pierde su valor cuando bajo el argumento de la participación ciudadana, el engaño hace que sólo unos cuantos sean recompensados. Del mismo modo, Rousseau no erraría al decir que el progreso ilustrado –todo aquello que pudiera parecer conveniente o novedoso a la luz de la razón– no era más que una exageración desproporcionada que en varias ocasiones culminaba en el actuar impulsivo de aquellos en el poder para alimentar su obsesión por el control. Ante proyectos como el de ser elegio a los 18 años, el interés de unos pocos se disfraza con el atuendo del progreso, prometiendo el cielo y entregando el infierno. 

 

Recientemente tuve la fortuna de organizar un evento emblemático de la comunidad de la Universidad Panamericana: el Congreso de los Jóvenes. El evento consiste en un par de días donde acuden expositores de distintos ámbitos para dejar un mensaje positivo en los arquitectos del futuro. Con un foro de más de dos mil personas, el Congreso es una clara demostración de la unión juvenil y el compromiso con el mañana. Uno de los rasgos esenciales del proyecto es que es organizado completamente por jóvenes para jóvenes. Lo que quiero decir es que durante toda la organización –que he de decir fue desgastante pero no por eso insatisfactoria–, fui testigo del potencial que tienen los jóvenes cuando tienen un objetivo en común. La juventud es innovadora, creativa, resiliente, apasionada, pero, sobre todo, persistente con aquello que se propone. ¿Por qué buscamos desvirtuar ese anhelo tan bello de las futuras generaciones con los vicios de la vieja clase política? Es falso que no podamos actuar desde distintos frentes. Es falso que no podamos alzar la voz si no ocupamos un cargo político, es sólo cuestión de valentía y voluntad entender que para lograr ser partícipes de la historia no se necesita de un traje y un séquito de fanáticos.

 

En ese mismo evento, que se supone debe ser una oportunidad para impulsar el hoy y formar el mañana, algunos de los políticos que asistieron, en especial el alcalde de la Benito Juárez, de quien no diré su nombre, no hizo más que aprovechar el espacio que se le dio y la ilusión de los jóvenes para hacer campaña para su posible candidatura para la jefatura de gobierno. Es repulsivo ver cómo los jóvenes lo siguen enardecidos, sin darse cuenta del gran daño que su falta de crítica le produce al país entero. ¿Cómo aspiramos a una juventud renovada cuando el mandato en muchos hogares es odiar al presidente y amar al PAN… o viceversa?

 

Para algunos tiktokers como Vera, es crucial que podamos ser votados y que tengamos una injerencia directa en el rumbo del país. Si bien es cierto, no somos conscientes de que eso sólo haría más daño a la estabilidad del país. Primero, porque la impulsividad de estas figuras públicas no logra comprender que la inexperiencia es una de las causas por las que México sigue con un constante sufrimiento en lo político, económico y social. También, debemos garantizar educación y formación a los actores del mañana, y en el mismo sentido, mencionaba que estas figuras mediáticas son hipócritas pues promocionan eventos de “aprendizaje y formativos” cuando lo único que hacen es ser fieles seguidores de diputados como Miguel Torruco. No podemos aspirar un cambio si los que dicen ser el cambio son igual de hipócritas que aquellos a quienes critican desde su supuesto trono de la honestidad. ¿Por qué no es tan difícil entender que en varias ocasiones la paciencia es una de las virtudes que pueden construir un mejor mañana? ¿Cómo aseguramos que si ser votado a los 18 es aprobado los candidatos no utilicen su fama para encubrir su ineptitud?

 

Hablar de estos temas nunca será del todo sencillo, pero, ante todo, seamos críticos con lo que buscamos para el país. Seamos conscientes de las muchas deficiencias que tiene México y de lo irrisorio que una propuesta tan bella puede significar en un país donde todavía no han desaparecido los dinosaurios del jurásico. No marchemos ni defendamos a quienes no les importamos, seamos nosotros mismos defensores aguerridos de nuestros principios, pues sólo así, con determinación y convicción, podremos pintar un paisaje con más colores que los que por más de un siglo hemos visto. Tengamos fe –alimento de la esperanza– para construir un mañana cimentado en la verdad y el servicio.  

 

Por último, quiero felicitar a Inperfecto y a todo el equipo por su quinto aniversario. No podría estar más contento de formar parte de esta familia crítica con el presente y prometedora con el futuro. Por muchos años más siendo un medio de comunicación valiente y lleno de bellas inperfecciones ¡Muchas felicidades! 

 

#InPerfecto