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La cantidad de dinero que las fundaciones y organizaciones benéficas dieron en respuesta al COVID-19 es impresionante en comparación con el pasado.
AP
La pandemia de COVID-19 aceleró los donativos de fundaciones y organizaciones benéficas para la salud y los desastres naturales, según un análisis de Chronicle de nueve años de datos.
El 90% de los 5.200 millones de dólares donados en 2020, el año más reciente del que hay datos disponibles, se destinó a atender necesidades inmediatas ante desastres. En otros años, esa cifra correspondía a casi la mitad de las subvenciones. El resto se destinó a ayudar a las comunidades a prepararse para huracanes, sequías, propagación de enfermedades que amenazan la vida y otros problemas, así como a la recuperación y reconstrucción.
La cantidad de dinero que las fundaciones y organizaciones benéficas dieron en respuesta al COVID-19 es impresionante en comparación con el pasado. Las cifras de 2020 son 15 veces más que las contribuciones de 2019.
Según los datos revisados por el Center for Disaster Philanthropy y Candid, una organización que da seguimiento a las donaciones de todo tipo, las fundaciones privadas y comunitarias, junto con United Ways y otros grupos, donaron 5.200 millones de dólares para ayuda en casos de desastre en 2020 en comparación con 352 millones en 2019, principalmente debido a la urgencia y la gravedad de la pandemia.
“No hay nadie que no se haya visto afectado de alguna manera por la pandemia”, dice Tanya Gulliver-Garcia, directora de aprendizaje y asociaciones del Center for Disaster Philanthropy. “Y creo que la filantropía vio eso como un momento para dar un paso adelante, hacer un cambio y responder”.
El dinero se destinó a una amplia variedad de esfuerzos de ayuda debido al coronavirus, como la investigación de vacunas, el alivio del hambre y los pagos directos en efectivo a las personas necesitadas.
Otras epidemias importantes han provocado picos en las donaciones en los últimos nueve años: la segunda más alta fue después del brote de ébola en África occidental en 2014, que atrajo 158 millones de dólares.
Los datos de nueve años muestran que los desastres naturales, en particular las tormentas, también generaron donativos. La financiación se disparó en 2017, después de los huracanes Harvey, Irma y María en Estados Unidos y el Caribe.
Las emergencias humanitarias como las crisis de refugiados y las guerras, que obtienen fondos gubernamentales sustanciales, y los accidentes causados por errores humanos, como los derrames de productos químicos, recibieron la menor cantidad de dólares filantrópicos.
La Fundación Bill y Melinda Gates ha donado más que nadie, excepto en 2017 y 2018. La Fundación Howard G. Buffett ocupó el puesto número uno en 2017 al otorgar dos subvenciones por un total de 38,1 millones de dólares para apoyar la remoción de minas terrestres en Colombia. Y en 2018, la Fundación OneStar superó a la de los Gates en 2018 cuando recolectó y distribuyó dinero para los esfuerzos de ayuda del huracán Harvey.
En 2020, la Fundación Bill y Melinda Gates donó seis veces más que el año anterior. Contribuyó con 485,9 millones para apoyar la investigación de pruebas, tratamientos, vacunas y otros esfuerzos por el COVID.
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El Center for Disaster Philanthropy y Candid utilizaron varias fuentes de datos, incluyendo formularios de impuestos. Las organizaciones de investigación advirtieron que algunos datos de 2019 y 2020 están incompletos debido a retrasos en la presentación de informes de subvenciones, especialmente por el procesamiento de formularios fiscales.