Editorial

MILITARES AL PODER.

#InPerfecciones
“El pacifista más puritano que lustra la bayoneta del ejército es el enemigo por antonomasia de la democracia y la libertad de pensamiento”.

 

 

Carlos Rosas Cancino / @CarlosRosas_C
carlos.rc@inperfecto.com.mx

El chiste se cuenta solo cuando una receta que no funciona se elige como receta para solucionar lo que provocó la elección de una receta fallida, y no, no es un chiste, lo importante es como se trató de argumentar con altas dosis de demagogia la justificación sobre la permanencia de las Fuerzas Armadas en labores de seguridad pública hasta el 2028 en México, el oficialismo sonríe y pone buena cara porque le representa la satisfacción del deber cumplido y así evitar el regaño, la persecución y la exhibición de parte del patrón de sus voluntades.

 

El tiempo de las definiciones llegó a un momento cumbre, atrás quedaron las consignas en contra de la militarización y control castrense de todos los aspectos de la vida pública del país, para los políticos, el olvido, los ideales y la voluntad tienen precio, finalmente el poder corrompe a los débiles, prostituye y rebaja a lambiscones y arribistas y termina doblegando a los hipócritas que nunca han estado dispuestos a honrar su palabra.

 

Qué repugnante es el ciudadano que rinde pleitesía al político al que le ha otorgado la potestad de ser dueño de su voluntad y destino, qué repugnante es el político que se rinde y entrega al poder castrense; el ejército, es el que ha perseguido y asesinado a estudiantes, maestros, campesinos, obreros y disidentes, es el que ha violado mujeres, el que ha trasgredido cualquier cantidad de veces los derechos civiles plasmados en la Carta Magna, sin embargo, la transformación ha llegado para dotarlo de perdón y olvido que revive la persecución y el asesinato de esos estudiantes, maestros, campesinos, obreros y disidentes; el poder civil que fomenta la impunidad de los militares representa una amenaza velada sobre los que tengan el atrevimiento de criticarles, el pacifista más puritano que lustra la bayoneta del ejército es el enemigo por antonomasia de la democracia y la libertad de pensamiento, es el que se disfraza de izquierda pero fustiga y niega a la izquierda que no se ciñe a sus enaguas, es el que monopoliza la protesta, las consignas y la narrativa violenta que criminaliza al que cuestiona al líder beato, el cobarde que levanta muros y vallas, es el que aplaude la polarización de la población civil, es el que premia a los ignorantes y serviles, es el que está dispuesto a sacrificar a muchos por un supuesto beneficio para todos. La izquierda que hoy detenta el poder se convirtió en una derecha chiquita, represora y militarista,

 

Resulta irónico que en el Gobierno del “pueblo” el poder no se encuentre en manos del “pueblo bueno” que tanto ama y consiente el Presidente, el chiste se cuenta solo cuando ese poder se encuentra en manos de los militares, la férrea crítica al pasado por lo insano que resultó la concentración del poder en un selecto grupo de potentados de la oligarquía nacional, se convirtió en otro chiste que se cuenta solo cuando la concentración del poder se encuentra manos de un selecto grupo de militares de alto rango pertenecientes a la oligarquía militar.

 

Desde luego que la narrativa para lustrar el nombre y la imagen del Ejército no podría estar en mejores manos que las manos del santísimo e indulgente líder de la transformación que junto con un equipo de especialistas, al más puro estilo del mítico rey Midas trabaja horas extra para convertir en oro el camino por donde marcha el Ejército entregándole como tributo recursos, infraestructura, negocios y todo un marco jurídico que agasaja a toda la cadena de mando del Ejército.

 

Lo visto la noche del 4 de octubre de este 2022 quedará en la memoria como uno de los actos más vergonzosos en la historia de las administraciones de este país, un espectáculo en el que los actores principales fueron los Senadores que se trenzaron en una discusión estéril, pueril y simplista, porque todo estaba decidido desde el domingo 2 de octubre cuando las comisiones terminaron por ponerse de acuerdo para militarizar la seguridad pública del país.

 

Los que dicen ser representantes de los ciudadanos se convirtieron en voceros y ejecutores de una política de seguridad desesperada que si bien en el dictamen aprobado acota la actuación del Ejército en las calles, termina por dejar un vacío legal porque hay que recordar que los militares que incurren en ilícitos son juzgados por una ley militar que habrá de fomentar la opacidad y la impunidad por la que tanto se ha desgarrado las vestiduras la izquierda oficialista; si de algo podemos estar seguros es de que si en México alguien no está dispuesto a cumplir con lo ofrecido es históricamente el oficialismo. El dictamen de 2019 que tanto celebraron las bancadas sobre la Guardia Nacional y su flamante mando civil en manos de un militar retirado, fue la advertencia que los legisladores evadieron para tapar el sol con un dedo, era cuestión de tiempo que la Guardia Nacional habría de convertirse en apéndice de la SEDENA, la ausencia de un marco normativo y operativo para la Guardia Nacional y la copiosa incorporación de militares a este cuerpo de “seguridad civil” fueron los focos rojos que se encendieron desde la creación de la insustancial Guardia Nacional.

 

No debe sorprender a nadie que la narrativa que señale en su momento como todo un éxito la presencia militar en las calles para dotarle de un nuevo periodo más allá del 2028 es un escenario posible no solo por la virtual victoria electoral del oficialismo en 2024, no parece descabellado, sobre todo cuando en el dictamen aprobado por los Senadores se habla de una “fuerza militar permanente”, después de todo el precio de las voluntades políticas ya se encuentra bien definido.

 

La normalización de la presencia militar en labores de seguridad pública en México terminará normalizando la persecución y el espionaje, la violación de los derechos humanos, la desarticulación del sistema electoral y desde luego la concentración de los negocios entre militares y políticos sin importar su filiación de derecha o izquierda; con la robustez de recursos y marco jurídico blindando al poder castrense, lo que se ve en el horizonte es a los farsantes demagogos que utilizarán como pisapapeles la Constitución; la victoria del oficialismo la noche del 4 de octubre de 2022 irónicamente es el inicio de una noche más larga en materia de derechos civiles, libertad de expresión y pensamiento.

#InPerfecto