Editorial

El tratado global de los océanos aun espera, pero al planeta le urge.

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La investigación y la protección de los océanos que requerimos para contrarrestar el cambio climático en ellos es multimillonaria, pero con pequeñas acciones podemos enfrentarlo desde casa.

 

 

Roehinics / @roehinics
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La investigación y la protección de los océanos que requerimos para contrarrestar el cambio climático en ellos es multimillonaria, pero con pequeñas acciones podemos enfrentarlo desde casa.

La vida misma en todo el planeta depende del constante monitoreo de los océanos, como algo lineal y permanente para contrarrestar efectos negativos en los diferentes sectores como lo es el turismo, la salud y las actividades dependientes del mar.

En este sentido hace casi un mes en New York, se reunieron del 7 al 18 de marzo, algunos miembros de las Naciones Unidas para negociar un tratado global sobre los océanos, la IGC4 forma parte de largo proceso de Biodiversidad Marina más allá de la jurisdicción Nacional, para regular también aguas internacionales y esto permita a los organismos influir en un instrumento jurídico más rígido y que contemple estas aguas como parte también de la jurisdicción del tratado.

Vuelvo a recordar que la importancia de valorar y proteger los océanos y su biodiversidad es sustancial para poder establecer parámetros que permitan salvaguardar y medir su deterioro y enforcarse en su mitigación o su adaptación.

Los logros alcanzados hasta ahora en esta cumbre en particular muestran un importante avance, como los del objetivo 30×30  que es la protección de 30% de los océanos para el inicio de la década de 2030, sin embargo este esfuerzo no encuentra la voluntad política y económica necesaria para lograr fraguarse.

 El tratado global que es el objetivo primordial de la IGC4 no se consiguió en esta ronda de negociaciones, aunque algunos países se muestran convencidos, la mayoría que tiene litorales comprometidos con las amenazas latentes y muy reales ya con el cambio climático no logra convencer a aquellos que pueden marcar la diferencia y lograr el objetivo de la IGC4.

Sin embargo, el tiempo corre rápidamente y el tiempo para tomar medidas se agota,

En este pasado 22 de abril día internacional de la tierra, el mundo conoció muchas imágenes que a través de Google las Naciones Unidas compartieron de partes de la tierra vistas de satélites de alta resolución de casi 30 años a la fecha de como algunas partes del mundo han modificado por completo su entorno desde los glaciares hasta las sabanas y las zonas con mayor concentración de fauna, estas comparativas sirven de base para medir que se ha perdido a lo largo de estas tres décadas, que si comparamos con otras etapas históricas estaríamos ante un espectro muy negativo, de cómo los aspectos de la tierra se han modificado gracias a las practicas humanas y su casi nulo cuidado para proteger los ecosistemas rodeantes.

 En síntesis, nuestra tarea como cohabitantes de la tierra es mucho mayor, debemos estar preparados para realizar pequeñas grandes acciones que ayudaran a mitigar el impacto y nuestra huella en el planeta sin embargo lo titánico en este sentido será convencer a gobiernos y empresas de hacer lo propio aun no se han convencido que el océano representa mas de la mitad de oxigeno que existe en el planeta. 

Y esta situación puede incrementar su deterioro con el paso de los años. 

Con suerte y un poco de acciones podremos contribuir a cuidar a nuestro hogar y a nuestros grandes océanos.

Les comparto algunas de las acciones que podemos realizar desde casa para sumarnos a cuidar a nuestro hogar.

  • Apagar una luz en casa si no se ocupa
  • Desplazarse caminando, en bicicleta o en transporte público
  • Comer más verduras
  • Considerar los desplazamientos y, cuando se pueda
  • Tirar menos comida
  •  Reducir el consumo, reutilizar, reparar y reciclar
  • Aprovechar la luz solar siempre

 

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