#Sexualidad
…Todo el mundo merece un final de historia, pero, en la era del tinder, se escriben muchísimos principios, pero se dejan inacabados los finales…
Viridiana Martínez.
lachula.viridiana@inperfecto.com.mx / https://www.facebook.com/enchulamesta/
El breadcrumbing, , curving, ghosting benching… son la fuente de inspiración de todas aquellas canciones dolorosas y rasposas que escuchaban nuestros padres, abuelos, tíos, etc. Cuántas veces no veíamos en las telenovelas como el corazón de la o el protagonista vomitaba a aquellos personajes secundarios cada vez que eran correspondidos por el galán o la belleza en cuestión, los infortunios del destino los separaban, y para no aburrirse o quedarse “solx” aplicaba breadcrumbing que hace referencia al clásico “dar migajas de pan “, y consiste en la técnica en la que el breadcrumbeador envía señales mínimas de atención o de amor al breadcrumbeado, para que éste mantenga el interés. El migajeador da señales de vida con cuentagotas, dejando pasar días o semanas entre una conversación y la siguiente. Las señales son contradictorias, un día parece que el migajeador adora al hambriento, pero, al siguiente, le resulta totalmente indiferente. Jumbo no se equivocaba al cantar:
“Siento que me quieres hoy
creo que mañana ya no
no quiero que me quieras hoy
quiero que mañana
sea igual que hoy”
El curving es una táctica a través de la cual los curvers dejan o ignoran a los curveados, no desean que nos ofendamos o tal vez, tengan miedo al conflicto, pero en concreto, les falta el valor–tanates u ovarios sea el caso–para decirnos “no me gustas”, así que, en vez de expresarlo directamente, nos lo hacen saber a través de una actitud de poco interés. El estilo de comunicación en el ámbito del curving es el siguiente: el curver nunca inicia una conversación, sino que es el curveado quien las empieza, recibiendo respuestas esporádicas y poco emotivas.
Por esta situación todas y todos hemos sido víctimas y victimarios, a manera de desahogo, confieso que yo lo he sido curver porque de alguna manera alimentaba mi ego, ¡lo sé, soy nefasta! pero la feminidad que me enseñaron consistía en ser una niña caprichosa, déspota, un poco tonta, egoísta y eso si “muy guapa”. Un modelo femenino basado en el victimismo romántico, tus lagrimas como curveada pueden conmover al curver y “te dicen que quieren quedar, pero lo cancelan en el último minuto “. Aprendemos que la única forma de conseguir victorias en el terreno romántico es a través del chantaje emocional, pero no se preocupen, ahora poco a poco me he liberado de este masoquismo romántico poniendo el foco en el placer y el disfrute de mi sexualidad y erotismo, lo que me ha permitido evitar aquellas relaciones envueltas de dramas y sufrimientos. Nunca nos enseñan que “el rechazo” no tiene que ver con nuestro valor como persona. El no gustarle a quien nos gusta no dice nada sobre ti. Así son los vínculos, todo bien con no ser correspondidas o no correspondidos.
Goshting viene de la palabra inglesa ghost, que significa fantasma. Esta táctica es la expresión máxima del Hijoputismo de siempre, solo que como estamos en la versión 2.0 pues se le ha acuñado el término de Goshting, sucede cuando, después de haber tenido una o varias citas con una persona desaparece de tu vida convirtiéndote, así, en el ghosteado; no vuelves a tener noticias de él o de ella, ya que corta de raíz toda comunicación contigo, provocando que te formules la siguiente pregunta: ¿QUÉ HE HECHO MAL?
Empiezas a enlistar todos tus defectos, reales o imaginarios, para llegar a una conclusión necesaria para dar en el clavo. Como habría de esperarse, este minucioso análisis de tus posibles taras físicas, psíquicas o emocionales puede dar lugar a una disminución de tu autoestima bastante importante. De ahí comienza una investigación minuciosa en redes sociales y demás para saber o tener una pista del Goshteador, pero te das cuenta de que es una persona tan cobarde y/o vaga, que ni siquiera finaliza una relación cara a cara, un mutilado emocional un completo hijo(a) de puta.
Pero todo esto no termina aquí, el benching hace referencia a la acción de tener a una persona en la banca o de reserva. Sucede cuando el individuo que te toca la campanita te mantiene calentando para sacarte a jugar cuando se aburre, o para cuando necesita llenar el vacío de un sábado por la noche en la que sus mejores opciones le han fallado; el benchineador te mantiene benchineando, y para ello sólo le hace falta tener breves conversaciones contigo por whats, o darte laikis, o enviarte una canción que tú pienses que es ”nuestra canción “… es decir, llevando a cabo las acciones mínimas para que sean su continuo Plan B, Nunca plan A.
Estas nuevas formas de psicopating, afirman que el benching es propio de personas manipuladoras y egoístas. Además, para la víctima, ésta práctica resulta mucho más dolorosa que el ghosting ya que, mientras en el ghosting la otra persona desaparece por completo haciendo más fácil su olvido, en el benching la persona va y vuelve, provocando que nunca puedas olvidarte de ella. Así como dice ese cumbión de Los Askis “Vienes, vienes y te vas”.
Son los finales abiertos o inconclusos los capaces de generar ansiedad e inseguridad, y los que provocan que dudemos de nosotros mismos y de nuestro valor. Todo el mundo merece un final de historia, pero, en la era del tinder, se escriben muchísimos principios, pero se dejan inacabados los finales. Estamos rodeados de amor líquido como lo ha nombrado Zygmunt Bauman, estas relaciones están caracterizadas por falta de solidez, se tiene miedo a “atarnos a los demás” por ello desarrollamos conexiones medio chambonas, sin ningún tipo de compromiso. Pero somos tan hipócritas con nosotros mismos, por un lado, deseamos estrechas vínculos pero a la vez deseamos mantenerlos flojos o “abiertos” para poder desafanarnos de ellos cuando las cosas no son como las pensábamos o engañarnos que así sufriremos menos y por obvias razones en esta liquidez ¡Quien se enamora pierde!
El Amor verdadero genera paz, mientras que el ficticio (el que acaba en ing; el amoring) provoca angustia, obsesión, inseguridad, y nerviosismo. El Amor nos hace mejores, mientras que el amoring nos convierten en seres débiles, obsesionados y tristes. Soñar con otras formas de amarse y quererse es fácil; lo difícil viene cuando entramos en una lucha constante entre la teoría y la práctica, pues intentamos ser coherentes con nuestros discursos, sentimientos, ideas y comportamientos. Pero todo depende de lo que uno se crea merecer.