Sexualidad

Una charla con la muerte.

#Sexualidad
La vida a veces nos empuja a bordes donde solo se ve el vacío como salida, no siempre hay que mirara hacia abajo, la respuesta esta arriba.

 

Sebastián Jiménez 
sexualidad@inperfecto.com.mx

 

Ahí estaba yo, caminando sin un rumbo fijo y desorientado, de mi vida había perdido el norte, me sentía fracasado.
Gran parte del amor, la salud, la felicidad de mis manos se habían esfumado.
Así que corrí desesperado y busqué una cima para saltar al vacío, desaparecer del mapa y así solucionar todos mis líos.
Llegué a una cima cercana, me acosté, cerré mis ojos y con lágrimas brotando de tristeza y desesperación pedí perdón a los más allegados en mi imaginación, sabía que les causaría un gran dolor.
Recordé algunos eventos del pasado, unos felices y otros no tanto, hasta lo que me hacía sufrir y lleno de rabia e impotencia, me levanté y salté al vacío.
Con gran velocidad me acercaba al suelo y de repente estaba sumergido en una oscuridad total, un silencio absoluto, sentí miedo, más que en mi vida, empecé a sentir la sensación de que un frío congelador subía poco a poco por mis pies, era como si me estuviera sumergiendo en agua a punto de congelarse, despojado de la luz y el calor, me sentí más perdido que nunca, mi corazón latía a mil y mi respiración se aceleró, como si fuera poco sentí que el aire se agotaba, como todos alguna vez, en un gran sufrimiento me pregunté:
¿Por qué a mí? ¿Qué hice para merecer esto? De repente una voz con la potencia y furia de un trueno habló, diciendo, -renunciaste a la vida y ella es luz, calor, movimiento, amor, energía y tu condena al despreciar la existencia es seguir viviendo aquí, entre el dolor y la pena.

En ese momento comprendí que suicidarme era la peor decisión que había tomado, estallé en llanto y en un murmullo que ni se entendió, exclamé.
“Supongo que de nada sirve el arrepentimiento”, cuando terminé de decirlo, sentí una mano cálida en mi hombro derecho, impregnada de tranquilidad cariño dulzura, una voz me susurro al oído:
Deja de llorar mi niño amado, suelta esa carga que tanto a tu alma ha lastimado.
Esa voz, esa voz, sabía que la conocía, esa voz me hacía sonreír de niño, me alegraba la vida, ¡claro! recordé que era una de las personas que más quise de niño, pero que ya había muerto, me aferré al calor de su mano y le pedí perdón por mi acto, rogué que me sacara de ese frío y oscuridad que tanto me atormentaban.
Mi niño, no puedo sacarte de un lugar que tú mismo creaste, la oscuridad es tristeza, el amor y felicidad irradian luz.
Recuerdas cómo te encantaba salir al parque, intentabas atrapar un pájaro.
¡Sí! Pero nunca lo atrapé.
Pero siempre fuiste feliz.
De repente la oscuridad empieza tener un tono gris.
Sigue así mi niño, recuerda lo hermoso de la vida.
Recordé la belleza de un amanecer, la naturaleza y su variedad de colores y formas que maravillan, la sonrisa de los seres que amamos cuando felicidad a ellos aportamos, el brillo en los ojos del ser que nos ama, la dicha de levantarnos y luchar por nuestras metas y con ellas un mejor porvenir, la melodía los pájaros y la misma música, el arte que es amor vida y belleza condensada en inspiración, el cariño sincero de los amigos y mascotas que se alegren con nuestra presencia, el amor, que no se trata de buscar quien nos ame sino de compartir el amor que nos tenemos y a otros ofrecemos.
Recordando todo eso hermoso de la vida, el lugar ya estaba casi todo iluminado y noté algo extraño, no había fuente de luz, no existía la sombra, era como un hermoso jardín, sin cielo ni suelo, todo parecía emanar su propia luz y resplandecía con una inimaginable belleza.

 

– ¡Qué lugar tan hermoso!
-Así es mi niño, este lugar es hermoso y todo resplandece con luz propia y así debe ser la vida.
No busques el amor, la felicidad, la riqueza, el bienestar y todo lo que amamos de la vida fuera de ti, porque ahí es cuando te pierdes, pues todo está dentro de ti y de cada uno, porque todos tenemos el potencial para brillar como estrellas, con luz propia.

La belleza de la vida
se encuentra en los pequeños detalles
en la salida del sol cada día
en el viento y las nubes que recorren lo hermoso de las montañas y los valles.

En el sonido de un te amo
y el silencio de un beso
en la belleza de un ramo
en el nacer, crecer y su proceso.

En lo que hacemos con pasión
durante el camino a la meta,
en la comida y su sazón
en el abrazo de un amigo que con cariño aprieta.

La dicha de la vida está ahí latente
al alcance de nuestros sentidos
más allá de la lógica y la mente
en el corazón y en sus latidos.

En la ternura de un bebé
y la sabiduría de un abuelo
en el agua que bebes
en la tierra, el mar y el cielo.

Está en la estrella que somos
cada uno de nosotros
en la luz que emanamos
cuando nos amamos
cuando lo mejor de nosotros
al mundo entregamos.
al ser, creer y crear juntos como hermanos.

Como siempre son tan sabias tus palabras, te hubiese escuchado antes de tomar mi fatal decisión, pero al menos fui buena persona y me gané el cielo.
¿El cielo dices?, Mi Niño.
-Sí, un lugar tan hermoso como este no puede ser más que el cielo.
-Te equivocas mi niño, estás en tu corazón.
– ¿En mi corazón? Ese lugar oscuro y frío no era el infierno, – no, era tu corazón también, solo en ausencia de amor, por eso en tinieblas estabas, porque habías olvidado la alegría de la vida que está en lo intangible y sin precio.
Se acercó, me dio un abrazo lleno de amor y me susurró al oído:
¡Despierta!

*****

Surca la nostalgia en mi interior, como una golondrina que ha perdido su norte, su parvada.
Vuela solitaria, cansada y con dolor, siente el peso de avanzar abandonada.
Ya no canta en su vuelo bajo arreboles, no quiere dedicarle a la tristeza más canciones, ni descansa para cubrirse de la lluvia, ya le es familiar ese frío, lo lleva en su interior, esa tormenta continúa que hizo de su vacío un mar, una tormenta que el mundo no logra escuchar, porque encontró en el silencio, su forma de llorar.
Ella avanza, todos lo días, sin parar, con la fuerza que le da la esperanza, que al menos la muerte, la venga a buscar.

 

Sebastián Jiménezz

*****

Quiero danzar en tu ser,
dejando mis huellas en la arena de tu piel.

Quiero nadar en el mar de tu alma,
y explorar el océano de tu corazón.

Naufragar en las islas de tus labios,
y perderme en los laberintos de tu pasión.

Quiero morder las frutas prohibidas,
Que habitan en tu boca,
con besos sabor a deseo.

Aprenderme de memoria,
y caminar con los ojos vendados,
los caminos desérticos de tu cuerpo.

Quiero cruzar en una barca,
ese río que me lleve a tu infierno, para así arder juntos.

Quiero que entre llamas,
puedas hacer nuestra cama, decorando con rosas negras.

Para así entregarme,
no solo en cuerpo,
sino tambien en alma.

Para que no te quede duda,
que sólo a mi lado,
puedes encontrar la felicidad y la calma que por tanto tiempo buscabas.

🖤🥀Black Rose 🥀🖤

 

#InPerfecto