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EN BÚSQUEDA DE LOS MAESTROS MARCO VITRUVIO POLIÓN parte 32

#Arquitectura
Después que el Sol ha entrado en Escorpión, al declinar las Pléyades, reduce la duración de los días según avanza hacia el sur.

 

 

Carlos Rosas C / @CarlosRosas_C   
carlos.rc@inperfecto.com.mx

 

El libro IX de los Diez Libros de Arquitectura es por demás interesante, el conocimiento y manejo de la astronomía parecería en este momento para el oficio de la arquitectura un instrumento en desuso, sin embargo a lo largo de esta obra podemos obtener muchas pruebas de lo contrario.

 

El movimiento de los astros representa no solo una maravilla en el imaginario colectivo, la utilidad que representa se podrá comprobar a lo largo de este libro, Vitruvio ha legado su conocimiento no solo para el deleite, sino para todo aquel que desee interesarse y voltear al cielo para conectar y materializar el conocimiento. 

 

Nos acercamos al desenlace de una obra extraordinaria llena de conocimiento. Sigan con nosotros en el especial de arquitectura “En búsqueda de los maestros” sobre los Diez Libros de Arquitectura de Marco Vitruvio Polión. 

 

LIBRO IX

CAPITULO SEGUNDO

FASES DE LA LUNA

 

He aquí la teoría de Beroso, que llegó desde la ciudad o país de los caldeos y divulgó en Asia la ciencia de su propia ciudad natal: la Luna es un globo mitad luminoso y mitad de color azul oscuro; cuando completa su recorrido y pasa bajo el disco del Sol, en ese momento es atraída por los rayos, y la fuerza del calor del Sol -debido a la potencia de la luz Solar- hace girar su parte luminosa hacia la luz del Sol. 

 

GRABADO, FASES DE LA LUNA

 

Cuando la Luna sufre esta atracción y su parte superior queda orientada hacía la esfera del Sol, entonces su mitad inferior -que carece de iluminación parece oscura, por analogía con el aire que la rodea. Cuando la Luna se sitúa en perpendicular a los rayos del Sol, toda la luz queda exclusivamente en su cara superior y en esa situación se llama «primera Luna» (Luna nueva). 

 

Cuando la Luna, siguiendo su curso, llega a la parte oriental del cielo, disminuye la atracción del Sol y el borde extremo de su parte luminosa emite hacia la Tierra un resplandor que tiene la forma de una línea muy tenue; de aquí que se llame «segunda Luna». Según va retrasando su rotación diaria, sucesivamente se denomina «tercera Luna», «cuarta Luna». En el séptimo día, cuando el Sol está situado en el occidente, la Luna ocupa la región intermedia del cielo, entre el oriente y el occidente y, al distar del Sol un espacio igual a la mitad del universo, la Luna presenta a la Tierra la mitad de su parte brillante. 

 

Pero, cuando entre la Luna y el Sol media una distancia equivalente a todo el universo y cuando el Sol, situado al occidente, está opuesto o en frente del principio de las fases lunares, la Luna brilla a gran distancia libre de los rayos solares y, en el día decimocuarto, formando un círculo completo, emite el esplendor de todo su disco; según van decreciendo los días siguientes hasta completar el mes lunar, la Luna vuelve de nuevo a situarse bajo el disco y los rayos solares y así va completando el cómputo de los días del mes.

 

GRABADO, FASES DE LA LUNA

 

Pasaré a exponer ahora lo que nos ha transmitido Aristarco, matemático de Samos y de aguda inteligencia, sobre este mismo tema, en sus obras sobre las fases de la Luna. Todos coinciden en afirmar que la Luna no tiene luz propia, sino que es como un espejo que recibe la luz de la energía del Sol. 

 

De los siete planetas, la Luna es la que describe la órbita más próxima a la Tierra y la que completa el periplo más corto en sus movimientos. Durante un solo día al mes, antes de pasar bajo el disco y los rayos del Sol, queda oscurecida y oculta. Cuando está situada en conjunción con el Sol se llama «Luna nueva». Al día siguiente, que es cuando se llama «segunda», al sobrepasar al Sol, aparece como una tenue muestra de su borde circular. 

 

Cuando se encuentra a tres días de distancia del Sol, la Luna está en fase creciente y recibe más cantidad de luz. Se va alejando paulatinamente día a día, y cuando se encuentra a siete días, su distancia respecto del Sol, que está ocupando el oeste, es aproximadamente la mitad del espacio celeste; en ese momento deja ver la mitad resplandeciente de su disco, que es la parte iluminada ya que está orientada hacia el Sol. En el día decimocuarto, cuando su distancia respecto del Sol es igual al diámetro de todo el universo, la Luna alcanza su plenitud y sale cuando el Sol está situado en el occidente; por tanto, como la Luna está en una posición diametralmente opuesta al Sol, queda situada frente a frente de él y recibe el esplendor del disco entero del Sol, por la energía que emana de él. 

 

GRABADO, FASES DE LA LUNA

 

En el día decimoséptimo, al amanecer, la Luna se encuentra próxima al occidente. En el día vigesimoprimero cuando despunta el Sol, la Luna ocupa más o menos la región intermedia del cielo y su parte orientada hacia el Sol queda iluminada; las restantes partes quedan a oscuras. Así, recorriendo su curso día a día, atraviesa bajo los rayos del Sol el día vigesimoctavo y, completa el total de días del mes.

 

A continuación describiré cómo el Sol aumenta y disminuye la duración de los días y de las horas cada mes, conforme va recorriendo los distintos signos.

 

CAPITULO TERCERO

EL CURSO DEL SOL A TRAVÉS DE LOS DOCE SIGNOS

 

Cuando el Sol entra en el signo de Aries y recorre ocho grados, señala el equinoccio de primavera. Cuando el Sol alcanza la cola de Tauro y la constelación de las Pléyades, de las que sobresale la mitad anterior de Tauro, sigue avanzando un poco más de la mitad del firmamento, dirigiéndose hacía el norte. Cuando sale de Tauro y penetra en Géminis, justo en el momento que aparecen las Pléyades, aumenta su presencia sobre la Tierra y prolonga la duración de los días. 

 

RECORRIDO SOLAR CON RESPECTO DE LAS CONSTELACIONES

 

Después, desde Géminis dirige su curso hacia Cáncer, signo que ocupa un espacio muy pequeño del cielo; cuando alcanza el octavo grado, señala el solsticio de verano; avanzando llega a la cabeza y al pecho de Leo, pues estas partes se atribuyen al signo de Cáncer.

 

Después de salir del pecho de Leo y de los límites de Cáncer, inicia su recorrido por las restantes partes de Leo; reduce la duración del día y de su órbita y adapta su trayectoria a la que recorría en el signo de Géminis. Desde Leo pasa al signo de Virgo y, avanzando hasta el pliegue de su túnica, va acortando su trayectoria circular y adecua su curso al que tenía cuando pasaba por Tauro. Sale de Virgo recomiendo su pliegue, que ocupa los primeros grados de Libra, y al alcanzar el octavo grado de Libra, determina el equinoccio de otoño; este trayecto es igual al que recorría cuando ocupaba el signo de Aries.

 

RECORRIDO SOLAR CON RESPECTO DE LAS CONSTELACIONES

 

Después que el Sol ha entrado en Escorpión, al declinar las Pléyades, reduce la duración de los días según avanza hacia el sur. Cuando, en su curso, sale de Escorpión y entra en Sagitario hasta alcanzar sus muslos, recorre un camino diario pero ya es más corto. Cuando, desde los muslos de Sagitario -parte que se atribuye a Capricornio-, inicia su recorrido hasta alcanzar el octavo grado, su trayectoria por el cielo es muy corta.

 

CAPITULO CUARTO

LAS CONSTELACIONES SEPTENTRIONALES

 

La constelación del septentrión (Osa Mayor) -en griego «arctum», o bien, «helicen»- tiene situado a sus espaldas un guardián (constelación del «Boyero»). No muy lejos aparece la figura de Virgo y sobre su hombro derecho brilla una estrella muy luminosa, que nosotros llamamos «Vendimiadora», y los griegos «protrugeten»; todavía más brillante es la estrella «Spica» (la «Espiga»); de vivos colores es otra estrella situada en frente de ella, entre las rodillas del Boyero, y es la estrella de Arturo, de suave color.

 

MAPA ESTELAR DE LAS CONSTELACIONES SEPTENTRIONALES

 

En frente de la cabeza de la Osa y oblicuo a los pies de Géminis se encuentra el Auriga, en lo más alto de un cuerno de Tauro. En la punta del cuerno izquierdo está el Auriga quien, a su vez, tiene una estrella a un lado de su pie. Las de las manos del Auriga se llaman las «Cabrillas». La «Cabra» está situada sobre su hombro izquierdo. Por encima de Tauro y de Aries aparece Perseo; su pie derecho sirve de soporte para las Pléyades y en su pie izquierdo aparece la cabeza de Aries; con su mano derecha se apoya en la constelación de Casiopea y con la izquierda sujeta la cabeza de Gorgona, por encima de Tauro, que la sitúa a los pies de Andrómeda.

 

CONSTELACIÓN DE LA OSA MAYOR

 

Sobre la constelación de Andrómeda se halla Piscis; uno de ellos sobre su vientre y el otro sobre la espina dorsal del Caballo (Pegaso); una estrella muy brillante delimita el vientre del caballo de la cabeza de Andrómeda. La mano derecha de Andrómeda está situada sobre la constelación de Casiopea y la izquierda sobre el Piscis boreal. La constelación de Acuario queda sobre la cabeza del Caballo, cuyos cascos están próximos a las rodillas de Acuario. Casiopea ocupa la parte intermedia. Por encima de Capricornio, en lo más alto, aparecen el Águila y el Delfín Detrás de ellos la Flecha. A continuación sigue la constelación del Ave, cuya ala derecha toca la mano y el centro de Cefeo y la izquierda reposa sobre Casiopea. Los cascos del Caballo se ocultan bajo la cola del Ave.

 

CONSTELACIÓN DE TAURO
CONSTELACIÓN DE PEGASO

 

Siguen a continuación las constelaciones de Sagitario, Escorpio y Libra y debajo de éstas la Serpiente, que toca la Corona con la punta de su cabeza. Ofiuco -Serpentario- tiene en sus manos esta Serpiente hacia la mitad de su cuerpo y con su pie izquierdo pisa exactamente en medio de la frente de Escorpio. No lejos de la parte que ocupa la cabeza de Ofiuco, está situada la cabeza de la constelación que se llama el Arrodillado (Hércules). Son bastante fáciles de distinguir las nucas de sus cabezas pues están plasmadas con brillantes estrellas.

 

CONSTELACIÓN DE ANDRÓMEDA
CONSTELACIÓN DEL DRAGÓN

 

Un pie del Arrodillado se apoya sobre las sienes del Dragón, cuyos anillos enroscan la Osa Menor, llamada Septentrional. El Delfín se mueve ligeramente entre ellos. Frente al pico del Ave se encuentra la Lira. Entre los hombros del Boyero y del Arrodillado está configurada la Corona. En el círculo polar están situadas las dos Osas, con sus espaldas en contacto, pero con sus pechos orientados hacia puntos opuestos. Los griegos llaman «Cinosura» a la Osa Menor y «Hélice» a la Osa Mayor. Sus cabezas miran en dirección opuesta; sus colas, opuestas a sus cabezas, aparecen también en sentido contrario y sobresalen a lo alto, hacia la cima del cielo.

 

CONSTELACIÓN DEL BOYERO

 

A lo largo de sus colas, en el punto más elevado – según dicen- se extiende el Dragón y, en torno a la cabeza de la Osa Mayor, brilla una estrella que se llama «Polar»; está muy cerca del Dragón y rodea su propia cabeza; a la vez hace un movimiento en torno a la cabeza de la Osa Menor y alcanza las proximidades de sus pies. El Dragón, con sus giros y repliegues, se yergue y se gira desde la cabeza de la Osa Menor hacia la Mayor, bordeando su hocico y su sien derecha. Los pies de Cefeo están colocados sobre la cola de la Osa Menor. Y allí, en el punto más alto, brillan unas estrellas que configuran un triángulo equilátero sobre el signo de Aries. Muchas estrellas esparcidas comparten a la vez la Osa Menor y la constelación de Casiopea.

 

CONSTELACIÓN DE CASIOPEA

 

He descrito y explicado las constelaciones que quedan a la derecha de la parte oriental, entre el Zodíaco y el Septentrión; pasaré a exponer ahora las que, de manera natural, quedan distribuidas a la izquierda de la parte oriental, en la zona del mediodía.

 

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