Sexualidad

Noches de luces y esferas

#Sexualidad
Llegamos a el último mes del año en compañía de letras internacionales, como siempre una Literatura InPerfecta.

 

Rosario Aguilar / @rosariogaguilar
rosario.aguilar@inperfecto.com.mx

 

Cada semana leemos a escritores y escritoras que nos acompañan de diferentes lugares, y sus sentimientos escritos podemos sentirlo al leerlo, y nos invitan a adentrarnos en sus sentimientos.

*

 

Te esperaba…

Adormecida sobre las olas de mí mar te esperaba,
con el cuerpo tatuado de flores,
no, no hubo sorpresa alguna cuando llegaste, ya te esperaba…
Temblando, delirante,
tus manos y tu boca deseaba.
Con tu lengua una a una las flores de mi cuerpo desnudo empezaste
a quitar,
la pasabas haciendo que mi cuerpo se estremeciera y se llenara
de deseo,
pidiendo a gritos, placer, pasión,
tus manos experimentadas
hacían su labor acariciando mi cuerpo en partes delicadas, sensibles al tacto varonil,
mi cuerpo, fue subiendo de calor hasta el punto de arder,
ahí entró tu lengua sabía
para el placer,
Junto con tus labios
se prendieron a mis senos
después de besar mis labios
y cuello a la vez,
sentí un gozo que me hacía decir palabras y sonidos extraños,
más, cuando bajaba a mi monte
de Venus y entrar en él,
sensaciones nuevas
y deliciosas me hicieron
gritar a la vez,
cuánta dicha sentía al juego
que hacías allí,
ya no aguantabas tampoco
y como un tigre a su presa,
saltaste sobre mi,
penetrandome hasta el alma
lo sentí.
¡Que movimientos felinos!
¡que jadeos de fiera tenías!
me exitaban al máximo,
me sentía delirada,
y pedía más y más
y eso te excitaba tanto
que tu fuerza aumentaba,
como locos vueltas
dimos en la cama,
hasta sentir la entrega total. Gritamos al unísono de la música del viento,
que fuertemente soplaba afuera como cómplice de nuestro amor.
Al llegar al clímax tocamos el cielo
y tomados de la mano bajamos a la tierra…
para después quedar abrazados, exhaustos, besándonos, acariciandonos,
mirándonos a los ojos,
para reconocernos siempre
en cualquier otra dimensión…

  • Lucy Medina
    Avefenix.luciernaga
    Carmen, Campeche, México
    Noviembre 2020

 

*

Me abrazaría a tus lunares
Me embriagaría con tu boca dulce
Y nadaría en el color de tus ojos
Me hospedaría en la ternura de tu voz
Tu barba sería mi puerto
y tus abrazos la historia que siempre esperé
Amaría tus gestos y los guardaría en mi memoria
y cada voto estaría en la esquina de la noche
Para amarrarme a tu cuerpo y deslizar mí esperanza
En la finura de tu rostro.
Amontonaría las horas, desplegaría este sentir
en cada hoja en blanco de este libro de mi vida
que ahora retomo, para escribir cada letra de tu nombre.

LORE
Medellín, Colombia
Tomado de la página facebook.com/otalvarog
@deletreandoel.amor.lore

*

 

LLUVIA Y FUEGO

 

Gotas de lluvia resbalan por mis pechos al sentir el Vaivén de tu cuerpo en fuego.
Te toco y te siento ardiendo, ven a jugar con mi sexo para apagar el deseó

En ti voy a subir y bajar y con lujuria extrema te voy a saciar para tu cuerpo calmar,

Mis piernas cansada están…
En tus hombros déjalas reposar para tú sexo gozar y mis ganas extasiar
Tus besos ardientes encienden mi locura y hacen que pierda mi cordura

Mi humedad…
Tu temperatura quiere bajar anda ¡Provocame más! Que mi manantial en tí quiero derramar.

Cabalga en mi cuerpo de ceda, pues con besos y jadeos construiremos un infierno en nuestro cielo para saciar el deseó,

Acelera un poco más que la lluvia está por llegar para apagar el fuego de nuestro ardiente cuerpo..

* Mi lluvia y tú fuego la mezcla perfecta para conjugar los deseos *

Sool Castebar.
México.

**

 

LONGEVOS.

Casi octogenarios de la vida,
no importa…
Que estén más cerca del final
que del lugar de partida.

Siempre que estén llenos de vibra
el sexo también será su compañía.
No percibamos su existencia longeva,
valoremos sus experiencias acumuladas
y decenios pasionales.

Hoy su actos son igual de excitantes,
el joven pasado…
sigue ahí, como sus pilares.
Honrosamente su sudor
los hace sentir más que inmortales.

Poseedores de una vejez
y a la misma vez
de juventudes con andanzas varias.
Hacer el amor a esas edades
no tiene nada de reprobable.

Adamantio
Germán Vivían
Uruguay

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*

UN CONTINENTE HERIDO

 

El fin de semana pasado escuché, por esos azares del destino, la canción “hasta la raíz”, de la artista mexicana Natalia Lafourcade (quien es la primera persona en ser educada musicalmente con el Método Macarsi), en la pieza había un acápite que me llamó mucho la atención, pues decía algo como : “(…) Cuando miro al cielo, en la forma cruel de una nube gris, aparezcas tú, una tarde suba una alta loma, mire el pasado, sabrás que no te he olvidado”.

En América del sur, existe una gran variedad de países, todos tan diferentes y repletos de idiosincrasia, pero con historias de dolor en común, desde dictaduras, desapariciones, golpes militares, terrorismo, grupos armados, crisis económicas, muertes de inocentes, hasta la actual xenofobia que parece reinar, como si olvidáramos por un instante que todos habitamos en un mismo continente, herido y desgarrado.

No se puede hablar de cifras exactas cuando de personas desaparecidas en nuestro continente se trata (pues son más que una vil estadística), sin embargo, sentí al escuchar la canción antes mencionada, la desesperación de los miles de padres que buscaron en anfiteatros, fueron por barrancos, basureros, hospitales y carreteras, cerros, montañas, ríos y mares, en busca de sus hijos; y murieron con la ilusión de encontrarlos. Ellos desaparecieron también sin un rastro de esperanza.

En Colombia, las desapariciones no son un tema superado, actualmente no podemos determinar un número preciso de personas, sin embargo, se estima que entre 1996 y 2005 fueron desaparecidas 32.249 personas; otras fuentes, como el Centro de Memoria Histórica (CDMH), hablan de 120.000 desaparecidos por causas atribuibles al conflicto armado. Lo único cierto, sin duda, es que Colombia tiene más desaparecidos que las dictaduras de Argentina (8.960), Chile (1.100) y Guatemala (40.000) juntas.

La “más antigua democracia de Sudamérica” no es más que un inmenso panteón donde los genocidas aún campan libres y orondos. Incluso ponen presidentes y son senadores. Sin duda, la mayor desgracia en Colombia es la falta de empatía.

-Esta columna de opinión se realizó en memoria de aquellos que nunca tuvieron nombre, personas sin un destino fijo-.

*

Adenda: En Colombia, uno no sabe quién lo va a matar, si los policías, el ejército, las guerrillas, los paramilitares, los carteles mexicanos, los carteles colombianos, los colombianos que se creen mexicanos, las disidencias, el crimen organizado, etcétera.

Por: Nicolas Escobar Bejarano

Nescobar216@unicauca.edu.co

 

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