Cultura

Los monstruos de la literatura de terror (III)

#Cultura
“Última entrega de los protagonistas de nuestros peores miedos.”

 

Fernanda S. Weffru / @alomosdedragon
fernanda.s.weffru@inperfecto.com.mx

 

SBOOKY OCTOBER #4

 

Hoy es la última entrega del Sbooky October y con ésta finaliza el recorrido por los protagonistas de la literatura de terror. Es preciso empezar con las villanas por excelencia en muchísimas obras literarias: las brujas. La figura de la bruja ha ido enriqueciéndose y metamorfoseando a través de los años, como sucede con la de los hombres lobo y vampiros. Las cualidades de las brujas dependen del folklore y la cultura de un país, por ejemplo, en México las brujas se quitan alguna extremidad y la dejan en casa como garantía para volver a su forma humana una vez que abandonan la animal; se dedican a hacer el mal y en su mayoría carecen de belleza. Por otro lado, en Europa y Norteamérica, la visión de la bruja es mucho más parecida a lo que vemos en películas como “The Witch” o “La bruja de Blair”. Es importante que estemos conscientes de la diferencia entre una bruja, una maga y una hechicera pues, aunque las líneas divisorias que se establecen entre sí pueden ser algo borrosas, sí delimitan sus diferencias. De las magas es importante resaltar que se trata de los personajes fantásticos propios de los cuentos de hadas que realizan actos maravillosos y transformaciones fantásticas; mientras tanto, las hechiceras son mujeres que conocen el futuro y las cosas o situaciones que están fuera del alcance de los sentidos y la inteligencia humana y ejerce un poder sobrenatural, generalmente maléfico, sobre cosas o personas valiéndose de palabras, signos y objetos extraños. 

 

 

Finalmente, la bruja es una persona a la que se le atribuyen poderes mágicos, generalmente malignos y debidos a algún pacto con el diablo; mujer vieja, de mal carácter y de rasgos repugnantes. Otra de sus tantas características es la de encantar al hombre con una falsa hermosura para volverlo su presa, o bien, se dedican a raptar bebés en su forma “natural” con el mismo fin de comerlos. Son expertas en las artes oscuras, brujería y magia. Incluso, en varios sitios de Centroamérica y Sudamérica, las brujas se transforman en bolas de fuego que truenan y chispean; sus flamas suelen ser de colores azulados y naranjas.

 

En la literatura, existen muchísimos ejemplos de brujas, desde libros que están muy lejos de ser catalogados como literatura de terror, entre los cuales tenemos varios títulos dentro de la recopilación folclórica de los cuentos de los Hermanos Grimm y en libros como: Las Crónicas de Narnia: El león, la bruja y el ropero, Macbeth. El Señor de los Anillos, El maravilloso Mago de Oz, por mencionar unos cuantos. Y es que la figura de la bruja se asocia en mayor medida con la Edad Media, sin embargo, aparecen en textos antiguos como La Biblia, La Odisea y Medea, en donde figuras como Circe, Lilith y Medea son descritas como mujeres “malas” que utilizan su poder para cumplir sus deseos y caprichos. El origen de las historias y testimonios de brujas resultan interesantes porque son relatados en su mayoría por hombres y ya es prácticamente imposible conocer el punto de vista de ellas, así que sólo conocemos una cara de la moneda.  

 

La recomendación literaria con una bruja como protagonista hoy será una que pertenece a la literatura hispanoamericana:

 

1. Aura de Carlos Fuentes.

 

La historia comienza cuando Felipe Montero, un joven historiador inteligente y solitario que trabaja como profesor con un sueldo muy bajo, encuentra en el diario un anuncio que solicita un profesional de sus cualidades para un trabajo con un muy buen sueldo. El trabajo, en la calle Donceles 815, consiste en organizar y escribir las memorias de un coronel francés y traducirlas al idioma español para que puedan ser publicadas. En dicha casa habitan la viuda del coronel, Consuelo Llorente, y su sobrina Aura. La novela transcurre alrededor de Aura, dueña de unos impresionantes ojos verdes y una gran belleza, y su extraña relación con su anciana tía. Felipe se enamora de Aura y quiere llevársela de allí porque piensa que Aura no puede hacer su vida por Consuelo que la tiene atrapada. Al adentrarse en las fotografías y escritos del coronel y la viuda, Felipe pierde el sentido de la realidad y encuentra una verdad que supera la fantasía y amor. (Lecturalia, s.f.)

 

Ahora hablemos de los fantasmas y demonios, otros protagonistas populares en la literatura de terror, estos suelen venir “en paquete” pues la gente suele confundirlos bastante dentro de los relatos de lo extraño/paranormal. Las diferencias entre ambos son muy notables, pues mientras que los fantasmas son espíritus de algún ser vivo que trascendió los límites de la muerte, de aspecto pálido y semitransparentes, los demonios son sombras más oscuras que la noche y que adquieren distintas formas y capaces de pronunciar sonidos y mover objetos. Estas dos últimas características son muy importantes, pues los fantasmas sólo aparecen y se dice que no pueden hacer ninguna de las dos, pues en ese caso son demonios intentando confundir al espectador. En lo único que estos dos seres coinciden es en provocar horror en quien los perciba o haya tenido la mala suerte de atraerlos. 

 

 

Los ejemplos de fantasmas en la literatura también, como en el caso de las brujas, son muchos, pero por mencionar algunos muy buenos tenemos primero La casa encantada de Shirley Jackson, que fue una de las novelas del siglo XX más reconocida por grandes escritores de terror. En esta historia un grupo de jóvenes llega a una casa embrujada con el propósito de realizar un experimento paranormal, el relato narra situaciones en donde los protagonistas se enfrentarán a espíritus malignos que les provocarán muchísimo terror. Otro de los ejemplos más comunes dentro de las historias de fantasmas es La dama de Negro de Susan Hill, una novela gótica en donde el terror ha encarnado en la forma de una mujer vestida de negro que aterroriza un pequeño pueblo inglés.

 

La recomendación norteamericana con esta temática es:

 

2. El traje del muerto de Joe Hill.

 

Jude Coyne es una estrella de rock, al estilo de Marilyn Manson, ya retirada. Vive en una apartada mansión, con la única compañía de su representante y una novia mucho más joven que él. Lo único que aún le divierte es coleccionar objetos relacionados con lo sobrenatural. Rizando el rizo, decide pujar por un fantasma que se subasta por Internet y, días después, recibe una extraña caja en forma de corazón que contiene el traje del muerto. 

Al poco tiempo, el espectro, Craddock, se le aparece, de forma muy sutil al principio y, enseguida, terriblemente amenazador. Cuando su asistente se suicida, Jude y su novia deciden abandonar la mansión y emprender una desesperada huida para salvar sus vidas… pero resulta muy difícil escapar de un fantasma, y mucho más si éste viene directamente del propio pasado. (Casa del Libro, s.f.)

 

Es inevitable pensar en La Biblia cuando se habla del demonio o demonios en la literatura, pero existen muchos otros títulos en donde los demonios tienen un protagonismo distinto al que tuvieron en dicha obra religiosa. En la literatura del siglo XX aparece Lo que el diablo me dijo de Giovanni Papini en donde la figura del diablo ya no es la criatura con patas de cabra, torso de hombre y cabeza de macho cabrío, sino un hombre burgués, elegante, educado y sensible. Quizá, para los mexicanos esta descripción nos parezca conocida, pues en nuestro país el diablo se ha descrito por mucho tiempo (y hasta ahora) de tres formas: como un anciano barbón muy delgado, feo y con cara cruel, y por el otro lado como un charro negro que monta un corcel grande del mismo color y con ojos rojos y, por último, como un catrín elegante y muy apuesto. 

 

 

La recomendación demoniaca de hoy es de un escritor indobritánico:

 

3. Los versos satánicos de Salman Rushdie.

 

Un avión secuestrado estalla a gran altura sobre el canal de la Mancha. Dos supervivientes caen al mar: Gibrel Farishta, un legendario galán cinematográfico, y Saladin Chamcha, el hombre de las mil voces, autodidacta y anglófilo furibundo. Consiguen llegar a una playa inglesa y notan unos extraños cambios: uno ha adquirido una aureola y el otro ve con horror cómo crece el vello de sus piernas, los pies se le convierten en cascos y las sienes se abultan…  (Amazon Libros)

 

Por último, no podíamos cerrar este Sbooky October sin mencionar aquellas criaturas que no son nada, pero a la vez lo son todo y es precisamente esta característica que genera tanto terror. J.K. Rowling en su famosa saga Harry Potter creó una criatura llamada Boggart, se trata de un ente que no tiene forma hasta que se encuentra con una persona y adquiere la forma de su mayor miedo. ¿Te suena de algo? Bueno, uno de los monstruos más temidos de la literatura es, sin duda, Pennywise o Eso, de la novela con el mismo nombre o It en inglés. Este monstruo es capaz de cambiar de forma física y adaptar la forma del temor más grande de las personas, además de despertar cuando en el pueblo acontecen eventos trágicos y mueren muchísimas personas.

 

Sin embargo, Pennywise no es la única criatura en la literatura que no tiene forma específica y que ha generado tanto terror, el escritor Guy de Maupassant escribió un relato corto en 1882 titulado “El Horla” y hoy en día cuenta con tres versiones diferentes, la última (1887) es la más consultada actualmente y también la más larga. El Horla es una criatura invisible “a simple vista”, sin embargo, es capaz de hablar y mover cosas, ¡incluso beber agua! Quizá lo más terrorífico es que posee una consistencia casi material pero que nadie es capaz de determinar su forma. 

 

¿Conocías alguno de los monstruos mencionados anteriormente? ¿Te atreverás a leer algo sobre ellos? Ya que es Halloween y pronto será el día de las brujas, no pierdas la oportunidad de leer alguna de las obras antes mencionadas, si eres fanático del terror no dudes mencionar alguna criatura o monstruo que no apareció en este recuento y recomendar algún título también.

 

 

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