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Con 1,5 millones de votantes, Iztapalapa uno de los 16 distritos de la capital, es un microméxico que podría inclinar la balanza.
AFP
Un sinfín de casas variopintas se extiende hasta donde la vista alcanza. Populosa, insegura y pobre, Iztapalapa será crucial para que la izquierda conserve el poder en Ciudad de México.
Las encuestas prevén un cabeza a cabeza con la oposición conservadora el 2 de junio, cuando también se elegirá al nuevo presidente mexicano.
Santiago Taboada, de una coalición integrada por los partidos PRI, PAN y PRD; y Clara Brugada, abanderada de Morena, el movimiento del mandatario Andrés Manuel López Obrador, son los favoritos de esta lucha.
Con 1,5 millones de votantes, Iztapalapa uno de los 16 distritos de la capital, es un microméxico que podría inclinar la balanza. Desde 1997, cuando el jefe de gobierno capitalino se empezó a elegir por voto popular, la izquierda siempre ha ganado.
Para ampliar la hegemonía, Brugada apela a los proyectos sociales que desarrolló durante tres períodos (entre 2009 y 2024) al mando del distrito más poblado de Ciudad de México.
“Iztapalapa tiene corazón de Morena”, dice a la AFP Antonieta García, de 56 años, mientras prepara tacos en la central de abasto, considerada una de las más grandes de Latinoamérica.
Esta madre soltera asegura haber visto cómo el distrito se transformó en los últimos años con “museos”, transporte público y “mucha ayuda” como los subsidios que le permitieron sacar adelante a cuatro hijos.
Claudia Sheinbaum, de Morena, es la favorita para convertirse en la primera gobernante de México. Pero de perder la capital, que Sheinbaum gobernó entre 2018 y 2023, sería una victoria agridulce para la izquierda que llegó a la presidencia por primera vez con López Obrador en 2018.
El laberinto de callejones de Iztapalapa es escenario de una álgida campaña con afiches y mitines por doquier.
Su nombre en náhuatl significa “sobre la loza en el agua”, una paradoja en una demarcación donde cerca de un cuarto de la población sufre por escasez del recurso hídrico de manera sistemática, según expertos.
Germán Ramírez (71) se queja de los deplorables servicios públicos, infraestructura y seguridad que le llevarán a votar por “el cambio”.
“Los gobiernos pasados prometían y prometían y nunca hacían nada”, explica el electricista junto a su bicicleta en un mitin de Taboada en Iztapalapa.
– Utopías –
El lema “de Iztapalapa para el mundo” se hizo famoso en la voz de sus hijos predilectos, la agrupación popular Los Ángeles Azules. A ritmo de cumbia llevaron a escenarios internacionales la esencia de esta demarcación, con canciones sobre sus tradiciones y vida popular.
Desde lo alto, Iztapalapa es una postal de murales en un valle nebuloso por la contaminación que afecta a la megaurbe, de 9,2 millones de habitantes.
A lo largo de 10,6 kilómetros, uno de los teleféricos más largos del mundo transporta a miles de pasajeros diariamente hasta sus confines.
Cada tanto se avista alguna de las doce “utopías”, como son conocidos los inmensos centros donde los vecinos pueden ejercitarse, recibir atención médica, tomar clases y dejar por unas horas a niños o ancianos al cuidado de funcionarios.
“Si la gente tiene bienestar está mucho más lejos de la violencia”, explica la diputada oficialista Ana Francis en la Utopía Meyehualco.
Brugada planea replicar este modelo en 100 puntos de la ciudad.
“Estoy feliz aquí (…) se me va el día como agua, miro y digo ¿ya son las cinco? Yo no me quisiera ir”, dice la pensionada Senaida Flores, de 67 años, que asiste casi a diario.
– “Enorme parte del pastel” –
En entrevista con AFP, Brugada dijo que confía en su gestión en Iztapalapa para sellar un triunfo: “Esta ciudad es progresista, esta ciudad tiene el corazón puesto a la izquierda y (…) el sentimiento es de que siga siendo una ciudad de derechos, de libertades, de no retrocesos”, sostuvo.
Con un índice de pobreza de 44% y hastiada de homicidios y robos, un sector de Iztapalapa considera que los problemas de fondo no fueron resueltos por la izquierda.
“La política vieja no nos interesa, pues traen ideas muy arraigadas”, asegura el comerciante Uriel Ramírez (31), para quien Taboada representa mejor “a los jóvenes”.
Ciudad de México “se ha convertido en uno de los escenarios más importantes de disputa, no solamente por lo que aporta en materia electoral”, sino porque en la capital “además se disputa una enorme parte del pastel” económico, explica el analista Gustavo Urbina, del Colegio de México.
En las calles a medio pavimentar, la profesora Ana Venegas (30) vende helados durante su tiempo libre para sobrevivir.
Con frecuencia teme no llegar “a salvo”, pues ha sido “víctima de la delincuencia” en la segunda alcaldía más golpeada por delitos en abril (2.626).
Pero reconoce que “sí ha habido un cambio, no mucho pero sí (…) Ya no es tanta la preocupación”.