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Otis, después de Norma, es el segundo huracán devastador que golpea las costas del Pacífico mexicano.
Con información de RFI
En México, el balneario de Acapulco, en la costa del Pacífico, fue literalmente devastado por el huracán Otis en la noche del martes. La población y las autoridades se vieron sorprendidas por la violencia de este fenómeno que, en un solo día, pasó de la categoría de tormenta tropical a la de huracán de categoría 5, la más alta. Al menos 27 personas han muerto y otras cuatro están desaparecidas, anunció el jueves el Gobierno mexicano.
Otis, después de Norma, es el segundo huracán devastador que golpea las costas del Pacífico mexicano. En la madrugada del 25 de octubre, los vientos a 280 kilómetros por hora de Otis destruyeron la infraestructura del puerto de Acapulco que vive del turismo. Tras un primer tiempo en que el Gobierno mexicano no podía dar información sobre el número de muertos, ya que las carreteras y las comunicaciones seguían cortadas, anunció este jueves que al menos 27 personas han muerto y otras cuatro están desaparecidas.
Daños catastróficos
Las ráfagas de viento de 280 kilómetros por hora derribaron árboles, rompieron todas las ventanas y el furioso mar llevó a los automóviles a los lobbis de los hoteles de lujo. El aeropuerto internacional de Acapulco está inundado y las torres de control aéreo están fuera de servicio.
En los días previos les habían advertido de una tormenta tropical, pero al final fue un huracán de categoría 5 el que golpeó de lleno la ciudad. Para colmo de males, el desastre llegó poco antes de las festividades de Día de Muertos que garantizaban visitantes del 1 al 5 de noviembre.