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Expropiaciones

#InPerfecciones
“Todo lo que sofoca la individualidad humana es despotismo, sea cualquiera el nombre con que vaya disfrazado.” John Stuart Mill

 

 

Pablo Ricardo Rivera Tejeda / @PabloRiveraRT
pricardo.rivera@gmail.com

 

El domingo pasado, como es costumbre en los recientes fines de semana de los mexicanos de a pie, tuvo a lugar otra marcha por motivos que son “dignos de celebrar”. La expropiación petrolera, impulsada de manera primordial por el expresidente Lázaro Cárdenas, se conmemoró de la mano de los bellos y elocuentes discursos de Ejecutivo. Al menos así lo describireron una gran cantidad de medios de comunicación. A diferencia de la marcha ciudadana en contra de la Reforma Electoral y el Plan B, éste movimiento fue uno que hasta el mismísimo Martí Batres, quien nos había dejado con dudas sobre su habilidad para contar, aplaudió.

 

Sin embargo, ante todo este tipo de eventos, debemos de reflexionar sobre qué tan necesarios son y si de verdad hay algo que debamos de festejar.

 

A López Obrador le quiero preguntar si, además de la expropiación petrolera –que en la medida de lo más mínimo fue un logro suyo–, hay algo que México debería de aplaudir. ¿Será que debemos aplaudir a uno de los artífices que han permitido la muerte de más de ciento cincuenta mil mexicanos? Las familias que lloran por sus muertos no van a marchas, porque nunca son escuchados.

 

A López Obrador le quiero preguntar si, además de su “maravilloso aeropuerto”, ha hecho algo para contener la inconmensurable desigualdad que se demuestra mediante un 45.4 en el coeficiente de Gini –índice que mide la desigualdad–. ¿Le dirá a los pobres y a aquellos que les quitó el Seguro Popular que vayan a marchar?

 

Recientemente éramos testigos del colapso de tres bancos en Estados Unidos; haciendo énfasis en el Silicon Valley Bank (SVB). Cuando éste se declaró en bancarrota, muchos de los empresarios que tenían ahí gran parte de sus fondos quedaron horrorizados, sin embargo, ese temor no fue nada comparado con el recelo de los ciudadanos que tendrían que pagar las pérdidas del séctor privado dado a que los bancos tienen la facilidad de recurrir –en Estados Unidos– a la Reserva Federal, la cual, claro, no viene de otro lugar más que de los ciudadanos. Es cierto que el capitalismo, al menos si así podemos entender el sistema económico de nuestros vecinos yankees, es uno que ha contribuido al desarrollo de la globalización, la mejora nacional en tecnologías y el desarrollo empresarial, empero, no debemos olvidar uno de los elementos fundantes del Estado; la población. En el sistema actual estadounidense, la deuda privada no hace más que convertirse en deuda pública –tal como en México, el FOBAPROA–, sin embargo, ésto no es lo más preocupante, sino que los ricos socializan la riqueza y los pobres viven un capitalismo individualista.

 

Es cierto que a veces, los efectos de tan complejos sistemas económicos no culimnan en otra cosa más que un fracaso social; como la crisis económica social de EUA, sobre todo después de la pandemia y como continuación de la sonada crisis del 2008. Luego, las expropiaciones, incluso como se estipula en la Constitución, a veces son necesarias y dignas de aplaudir. Pero, sin temor a equivocarme no deben ser estandarte de un gobierno que ni ha particiado en una de éstas ni ha mejorado las condiciones sociales como tanto se prometió en las campañas morenistas. Si el partido en el poder fuera verdaderamente de izquierda, entonces el enfoque primordial sería el pueblo. Incluso, Marx sñalaría que debemos de superar el capitalismo, no simplemente vomitarlo. No obstante, no ha habido ni rechazo ni pelea, sólo abrazos para con éste sistema en lo que llevamos de sexenio.

 

Así que, la próxima vez que marchemos por algo que aporta al “Bien Común”, pensemos primero en lo que hemos podido lograr, y no aplaudamos, como ovejas cegadas por su pastor, cada trozo de carnada que se nos de. Pensemos, seamos críticos, pues el cáncer de la corrupción es poco piadoso ante la indiferencia. 

 

Te mando un fuerte abrazo.

 

#InPerfecto

 

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