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Netanyahu, calificó de “infractores” a los miles de manifestantes que este miércoles bloquearon calles del país para protestar contra varias medidas de su Gobierno.
EFE
El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, calificó de “infractores” a los miles de manifestantes que este miércoles bloquearon calles del país para protestar contra varias medidas de su Gobierno, incluyendo un polémico proyecto de ley que socavaría la independencia de la Justicia.
“El derecho a la protesta no es el derecho a la anarquía”, dijo Netanyahu a través de un comunicado, en el que advirtió que no tolerará los bloqueos de carreteras y la violación flagrante de las leyes estatales.
Al grito de “Democracia” o “Israel no es una dictadura”, decenas de miles de personas, incluidas familias con niños, se manifestaron en varias ciudades para protestar contra el Gobierno de Netanyahu, el más derechista de la historia del país, y especialmente contra una reforma judicial que socavaría la independencia de la Justicia.
También han tenido lugar huelgas temporales en varios lugares de trabajo y escuelas, así como protestas frente a las casas de los legisladores y ministros de la coalición.
De su lado, la Policía ha usado gases lacrimógenos, bombas de estruendo y desplegó caballería y tanques de agua para reprimir las protestas, que entre banderas israelíes, del colectivo LGTBI+ y pancartas anti Netanyahu, bloquearon la autopista Ayalon, una de las principales vías de Tel Aviv.
El primer ministro manifestó “total apoyo” a su ministro de Seguridad Nacional, el extremista Itamar Ben Gvir, quien calificó a los manifestantes de “anarquistas”, a pesar de que no se han registrado actos de vandalismo por parte de ellos.
“Les dije a los policías que debería haber tolerancia cero hacia los anarquistas que atacan a los policías, rompen las barreras policiales y provocan el caos”, escribió en Twitter el ultranacionalista Ben Gvir, condenado en el pasado por incitación al racismo, vandalismo y apoyo a una organización terrorista antiárabe.
Según los organizadores de las protestas, unas 20 personas han sido detenidas y los agentes policiales han usado bombas aturdidoras fuera de los protocolos oficiales, pues fueron disparadas demasiado cerca de la gente.
“Normalmente, muchas familias con niños acuden a las protestas, pero ya se han retirado de las calles para protegerlos”, indicó a Efe Ron, un trabajador del pujante sector de la alta tecnología, que pidió mantener su apellido en el anonimato.
“Como ciudadano israelí de 60 años no puedo recordar algo así, que la Policía esté contra mí, contra los ciudadanos”, subrayó sobre lo ocurrido hoy en las protestas de Tel Aviv.
Por la tarde, se prevé que las protestas se concentren en Jerusalén, frente a la Knéset (Parlamento israelí), donde se reanudarán los debates sobe la polémica reforma judicial, en concreto sobre la llamada “cláusula de anulación”, que logró luz verde esta mañana en el comité parlamentario de Constitución, Ley y Justicia.
Esa clausula permitiría que una mayoría simple de diputados en el Parlamento pueda derogar los fallos emitidos por Supremo, lo que socavaría la independencia y politizarla de la Justicia, lo que ha provocado un amplio rechazo de amplios sectores de la sociedad israelí e incluso la comunidad internacional.
Cuando termine la sesión plenaria en la Knéset, los manifestantes también tienen previsto protestar frente a la residencia particular de Netanyahu, para luego marchar hacia la residencia oficial del presidente Isaac Herzog.
Estas protestas, que se suceden desde hace dos meses y congregaron a unos 300,000 participantes en todo el país el sábado, según los organizadores, muestran el rechazo a la línea política de Netanyahu, procesado actualmente juicios por fraude, abuso de confianza y aceptación de sobornos, y de sus socios ultraortodoxos y ultranacionalistas.