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REPRESORES DE CLOSET.

#InPerfecciones
“Tantos años escuchando las consignas y cantaletas libertarias para terminar lustrándole la bayoneta al poder castrense”.

 

 

Carlos Rosas Cancino / @CarlosRosas_C
carlos.rc@inperfecto.com.mx

Y de un momento a otro, todo es desorden, no es que estuviéramos acostumbrados a la pulcritud exuberante del ejercicio de Gobierno, sería muy pretencioso y arrogante aseverar que el tiempo pasado fue mejor, que todo fuera aparentemente más discreto es otro cuento, por supuesto que nos hemos dado cuenta de las implementaciones y maniobras del Gobierno, porque las hemos tenido que resistir y nos hemos tenido que adaptar, hemos tenido que asumir las pérdidas.

 

Pero como siempre, el gran vencedor termina siendo el oficialismo, ese gran manipulador de la narrativa, al que todo le sale bien, el que siempre encuentra una ventana de oportunidad para desmarcarse de los errores que cuestan vidas, empleos, seguridad y por supuesto, calidad de vida; sin embargo, irónicamente, esa discreción con la  que se implementaban las medidas de control social cambiaron su modalidad de implementación directa para utilizar el argumento de la gentileza macabra apoyada en una supuesta empatía social hacia lo que llaman los profesionales de la política el pueblo.

 

El intercambio de favores económicos por votos que legitima al grupo en el poder les permite disponer de un amplio sector de la población civil para adjudicarse la potestad de tomar decisiones “ad hoc” para controlar el destino de un país, le llaman libertad al derecho de poder elegir a presidentes, gobernadores, legisladores y otros cargos de elección popular, le llaman democracia a la elección de un fetiche populista que a través del carisma vende cuentas de vidrio como pildoritas para tontos, desafortunadamente, la libertad y la democracia, son conceptos tan torcidos, qué, se ha terminado por pensar que esa libertad y esa democracia son concesiones que tenemos los ciudadanos gracias a la benevolencia de un grupo de bien intencionados servidores públicos amantes de los más desposeídos, ese grupo de emuladores hipócritas de las glorias de la Madre Teresa de Calcuta, santurrones manipuladores impulsores de un pensamiento moralino que prohíbe lo que ellos se permiten de manera cínica.

 

Nada es gratis, porque el costo de la manutención del Aparato de Estado descansa sobre la espalda de los ciudadanos, todas las ocurrencias, los programas sociales, desfalcos, errores, ofensivos sueldos y prestaciones, excesos, etcétera. Nos cuestan a todos, pero la narrativa es tan sutil y poderosa, qué, ha logrado hacer creer a los esclavos de la ideología transformadora que existe una caja mágica de la que brota dinero y resulta paradójico y kafkiano que se le agradezca  más a los políticos que a la clase trabajadora y resulta todavía más kafkiano que la clase trabajadora se encuentre en un trance de confrontación estéril mientras la clase política -que no trabaja- cómodamente se encuentra sacándose la pelusa del ombligo.

 

El peligro que representa la clase política para los ciudadanos va quedando cada vez más y más de manifiesto, porque las decisiones que se venden como la panacea no tienen empacho alguno en sacrificar personas, ¿que importa si unos cuantos se mueren porque hubo un accidente en el transporte? ¿que importa si los pacientes que esperan tratamiento se mueren en el transcurso de esa espera? ¿que importa si hay víctimas colaterales del crimen organizado? ¿que importa si hay trata y violencia contra las mujeres? No, lo importante es el aseguramiento de la continuidad del grupo en el poder, al fin que son bien populares, al fin que son bien carismáticos, al fin que las encuestas dicen que el Presidente y sus cómplices son los mejor evaluados del mundo mundial.

 

Por eso se pueden dar el lujo de tratar a la población civil como impedidos intelectuales, en principio porque el poder que dicen que les ha otorgado el pueblo les hace creer que tienen la suficiencia moral para balbucear estupideces y difundirlas como axiomas, por eso se dan el lujo de apoyar abiertamente a magistrados mentirosos, secretarios mafiosos, militares de oscuro pasado y feligreses incapaces, y lo hacen no solo porque pueden, sino porque la estrategia está basada en el control de todos los reductos ciudadanos a través de la vigilancia de actos, organizaciones, sindicatos, ideología y narrativa; crear problemas para vender soluciones es la mejor estrategia, si el problema es la corrupción, inseguridad, educación, salud y economía, porque han dejado de funcionar correctamente, el descontento se soluciona con una narrativa en la que el sabotaje va por delante y el sabotaje se combate con los  ejemplares del control social por excelencia, es decir, los militares.

 

Tantos años escuchando las consignas y cantaletas libertarias de los hoy transformadores, que en el ejército fincaron sus críticas más recalcitrantes hacia el Gobierno, con denuncias por represión en manifiestos ideológicos de ímpetu muy estudiantil, y todo para terminar lustrándole la bayoneta al poder castrense una vez que asumieron el poder estos escandalosos grilleros represores de closet, represores escandalosos que fustigan con encendidos discursos al imperialismo “yanqui” pero que optan por mamar de la ubre del capitalismo y terminar implementando medidas muy capitalistas con gobiernos maquillados como progresistas pero perfectamente ensartados en la dinámica posneoliberal que sigue fomentando la pobreza y la desigualdad; la libertad y la democracia para la población, bajo este escenario, no es más que una vaga ensoñación, la deuda que tienen los profesionales de la política con la sociedad civil es tan grande que han implementado los mecanismos discursivos más elaborados para evadir su responsabilidad trasladándola hacia un enemigo imaginario que son ellos mismos.         

#InPerfecto

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