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Nigeria y sus mitos de origen literario

#Cultura
“… lo tenemos con la fusión de la mitología africana con el islam y el cristianismo.”

 

Luis Ricardo Sandoval / @LuisRSandoval5
luizandcar18@gmail.com

 

Cuando hablamos de Nigeria, normalmente nos imaginamos a tribus, el desierto y su imponente calor, la sabana africana, los leones y demás animales cuyos hábitats se encuentran al otro lado del charco. Para los más deportistas, tenemos a la selección de futbol, que en los mundiales suele dejar una gran sensación por su despliegue táctico ofensivo, así como, muchas veces su mal llamada “inocencia”, aunque para Catar 2022 no estén clasificados. Con tres campeonatos de la Copa Africana de Naciones en su palmarés, siendo la última en el 2013, además de ser una de los equipos que ha ganado el oro en los Juegos Olímpicos de Atlanta, 1996 y la de plata en Beijing 2008.

 

A su vez, Nigeria se caracteriza por ser uno de los países del continente africano en adoptar el inglés como su idioma oficial. Solo que como lo vemos lejos, las noticias de allá, aunque sean por internet, suelen ser muy escasas. Por ese motivo de la lejanía, es que no se le suele dar mucha importancia al país multiétnico. Ubicado en el occidente del continente, es considerada como “El gigante de África”, no solo por su extensión territorial, sino por su población que es de más de 200 millones de habitantes. En esta ocasión hablaremos sobre Nigeria, pero la parte desconocida, la que no llega mucho a estos lares y esa es su historia literaria.

 

A través de su larga historia tribal, donde se presentan tres principales que son: el Hausa, el Yoruba y el Igbo. La manera en cómo transmiten sus historias, sus mitos y leyendas era por la vía oral. La escritura era inexistente y como tal, el folclore y el proverbio nacieron para esta comunicación.

 

Los Orishas (Dioses) son los protagonistas de las historias. De acuerdo a la tradición Yoruba, ellos son descendientes de los Orishas. Dentro de este conjunto, llamado Itan, se definen sus mitos, canciones, además de tener un sistema de adivinación, llamado Ifa, cuyo oráculo recitaba dicha adivinación en forma de poemas. Dependía de la persona a la que le contara dicho poema formar su propia interpretación y seguir o no el camino que le marcaron los Orishas.

 

El pueblo Hausa fue de los primeros en recibir la escritura por allá del siglo XV, gracias a los comerciantes musulmanes que visitaban la zona. Dicho esto, para el siglo XIX, la  expansión de lo escrito ya estaba dentro de las fronteras nigerianas, esta vez ocurrida por los misioneros europeos durante la conquista de África.

 

En 1789 se publica la primera novela escrita por un nigeriano y es en idioma inglés. La interesante narración de la vida de Olaudah Equiano”, escrito por Olaudah Equiano, nos narra su vida de esclavo y la posterior liberación de su persona, siendo un gran éxito en Europa como en África.

 

Aunque la travesía para la literatura nigeriana y africana en general, suele ser exclusiva para ellos o no se dé a conocer al público de otras partes del mundo, ha sido de gran importancia para su propio continente. Hay una mezcla entre la tradición y lo moderno. Sus mitos y la tecnología se unen, así como las distintas religiones que componen a este país.

Un ejemplo de esto, lo tenemos con la fusión de la mitología africana con el islam, el cristianismo. A diferencia del mundo occidental, donde hay claras marcas y diferencias entre las religiones, en Nigeria ocurre lo contrario. Toda esa multiculturalidad, las tensiones políticas que ha vivido el país hacen a esta literatura luchar contra la censura, contra la pobreza, las dictaduras, los golpes de estado que abundan ahí para el beneficio de unos pocos.

 

Una sociedad que ha sido, desafortunadamente, injuriada, lastimada, afectada por el racismo tiene en sus letras las raíces de un pueblo que busca ser libre, de mantener en equilibrio sus tradiciones con la actualidad.

 

Retomando el ejemplo del párrafo anterior, Wole Soyinka (13 de julio de 1934), es uno de sus máximos representantes literarios. Él ha sido ganador del Premio Nobel de literatura en 1986. Usa la violencia sistemática y política para crear poesías que van más allá de versos y rimas asonantes y consonantes.

 

La propia página del Nobel de Wole Soyinka menciona que: “quien en una amplia perspectiva cultural  y con poética, hace modelar el drama de la vida”. (https://www.nobelprize.org/prizes/literature/1986/summary/ ).

 

Cabe resaltar que el propio Wole Soyinka estuvo preso durante la década de 1970 por oponerse ante el régimen y la guerra civil que se vivía en ese país. Sus memorias se narran en el libro titulado El hombre ha muerto. Nos describe, con lujo de detalles y algo de ficción, cómo pasaba el tiempo inventando métodos para saber lo que ocurría afuera de las paredes del reclusorio, incluso, sobre cómo se burlaba de otros reos o carceleros que querían sacarle algo de información.

 

La lucha por la esperanza, por la vida, ante las injusticias, ante la violencia, incluso, ante la caza furtiva que afecta no solo al país sino a todo el continente hace que el poeta se fortalezca y haga una poesía que debe ser admirada por todo el mundo; aunado al hecho, de que la poesía es el género por excelencia por los motivos comentados al principio del texto.

 

Otros escritores nigerianos como: Odia Ofeimun (sí, su nombre es Odia), autora de A handleof for the flautist, A feast of return y under African skies. Sus obras se pueden conseguir, hasta el momento en inglés.

 

Por otra parte, tenemos a un polaco, que escribe sobre el golpe de estado ocurrido en 1966. Esta persona de nombre Ryszard Kapuscinski, reportea, escribe y cuenta sus pensamientos más íntimos sobre la realidad de la guerra mientras sobrevive en un piso de Lagos, capital de Nigeria mientras curiosea sobre la cultura ancestral africana.

 

Para saber un poco de sus raíces místicas, les recomiendo buscar el libro La máscara de África de V.S. Naipaul. Ahí, Naipaul visita los lugares mágicos, recónditos y ocultos de la hechicería africana. “Lugares sagrados” es la parte dedicada a Nigeria. En sus ensayos indaga a las personas, sus vidas y su árbol familiar y hasta psicológico. Describe los lugares, las creencias de los africanos a sus Dioses, a los adivinos y a los rituales tradicionales.

 

Concluyendo, un escritor de origen Angoleño, José Eduardo Agualusa, menciona que “La literatura nigeriana es un buen ejemplo para el resto de África”. (https://www.elespectador.com/el-magazin-cultural/la-literatura-nigeriana-es-un-buen-ejemplo-para-el-resto-de-africa-article-877193/)

 

¡Hasta la próxima!

 

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