#InPerfecciones
Hoy por la noche la cancha del Estadio Azteca será la sede para un enfrentamiento más entre las selecciones de futbol de México y Estados Unidos. En el papel se trata de otro partido entre ambas escuadras, pero ¿hay algo más?
Jorge García Vielma
jorge.garcía@inperfecto.com.mx
Esta semana parecía que lo único nuevo que traería sería una entrada más de la primavera, se agradece que nuevamente haya días despejados y con el sol haciéndose notar en su máxima expresión. Aunque bueno, también hace unos días se llevó a cabo la magna inauguración del nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), celebridades del actual gobierno federal y otras personalidades afines a este, se dieron cita para presenciar un día histórico, o al menos así lo ha presentado la 4T. ¿Podría haber algo más? Sí, hoy las selecciones de futbol de México y Estados Unidos se ven las caras en la mítica grama del Coloso de Santa Úrsula, uno de los últimos obstáculos para que ambas escuadras estén en la próxima justa mundialista Catar 2022.
Existen múltiples casos donde está presente la narrativa de sufrimiento sobre compartir espacios con personas no del todo gratas para un bienestar particular, es decir, vecinos incómodos; dicha relación se hace notar desde dimensiones micro hasta visualizarlas a gran escala. Esta premisa se puede corroborar al momento de poner bajo la lupa lo que ocurre entre México y Estados Unidos, ambos países con un destino totalmente marcado para siempre porque es inevitable que dejen de compartir frontera. Pero los lazos no son meramente geográficos sino abarcan todas las latitudes que se puedan llegar a imaginar y la balanza siempre suele inclinarse del lado estadounidense, existe el sentimiento de aspiración para algún día poder ser como ellos o mínimo estar a su altura.
Una de las bondades que brinda el deporte es poder enfrentar a rivales con disparidades bastante notorias en cuestiones externas al ámbito deportivo, y en muchas ocasiones el oponente que en el papel arranca como víctima resulta salir airoso ante su contrincante. La hegemonía de los Estados Unidos es notoriamente abismal casi en todos los aspectos de la vida, pero ¿qué hay del futbol? Hace algunos años la pluma de Juan Villoro dejó una frase que reflejaba la normalidad en cuanto al balompié y su nexo con el país norteamericano, dice así: “Entre otras cosas, el futbol vale la pena porque Estados Unidos es un eterno principiante”. El mundo sabía que los de las barras y las estrellas podrían ocupar el rol de favoritos en cualquier comparación a la que fueran sometidos, pero había una pequeña rendija donde la ecuación era diferente, se trataba del futbol; ahora parece que la vida les vuelve a sonreír y han evolucionado para poder discutir de tú a tú frente a cualquier combinado internacional.
24 de marzo, Estadio Azteca: México vs Estados Unidos, ¿algún otro escenario se le asemeja? Probablemente hay eventos que lo superan, pero con base en la costumbre de los eventos que alberga este recinto deportivo, el partido de hoy está por encima de los encuentros de cada ocho días. Una parte de la sociedad mexicana ve más allá de un partido de futbol, piensan que es la oportunidad perfecta para demostrar que en algo sí se le puede vencer a los norteamericanos, básicamente un sector importante de la afición asume que se pueden perder casi todos los partidos pero menos éste contra el vecino del norte. Quizá para ellos, el Team USA, el momento en que el respetable haga sonar su ocarina simplemente se está tratando de un partido más de futbol, pero para algunas mexicanas y mexicanos ocurre una sensación difícil de explicar, por momentos parece que se tratara de un juego donde la vida de la nación estuviera en riesgo o inclusive se jugara por recuperar aquellos territorios perdidos.
Aunque en un mundo ideal los combinados nacionales se deben conformar por personalidades diversas que representen a la nación, esto no ocurre al pie de la letra pero por momentos la afición mexicana sí otorga de esta atribución a los once mexicanos que brincan al terreno de juego. Hoy por la noche habrá un nuevo episodio entre México y Estados Unidos, un partido de futbol es una de las representaciones más fieles a lo que podría ser una verdadera batalla, sumado a que de igual forma se presenta como otra oportunidad para el país azteca de derrotar al gigante que suele recurrir a todo su arsenal para dictar los caminos de la vida diaria en este suelo, y en muchos otros a nivel mundial.
El calendario marca el día de hoy como un requisito más para tener certeza de la presencia del tricolor en la próxima Copa Mundial de la FIFA, pero las emociones, percepciones y sensaciones no se pueden resumir solo a esto, los aficionados saben que aquí hay algo más que tres puntos en juego; se juega por el orgullo, si es que esto es posible. Finalmente, es el mismo Villoro quién desde hace unos años parece contar con un pronóstico para este tipo de enfrentamientos: “Si Estados Unidos tiene terror al empate, México considera que la igualada sorpresiva es una forma secreta del triunfo”.
Rueda el balón, rueda la vida.