#Sexualidad
Decido hablar conmigo como la amiga que lleva años a mi lado, le pregunto cómo salir del alboroto, o si acaso lo disfruta.
Alba Luz Cano Zapata (Antel tejedora de palabras)
sexualidad@inperfecto.com.mx
Y DIOS ME HIZO MUJER
Y Dios me hizo mujer,
de pelo largo,
ojos,
nariz y boca de mujer.
Con curvas
y pliegues
y suaves hondonadas
y me cavó por dentro,
me hizo un taller de seres humanos.
Gioconda Belli
ATRAPADA
Nadie dijo que este asunto
de vivir fuera sencillo
o el trayecto hacia el final
sería un limpio vergel
decorado con anturios.
Nadie dijo que el sol seria
el huésped eterno de tus días
ni el cielo siempre azul
o perenne la presencia
de un halo de luceros.
Nadie hablo de una inacabable estación
bordeada de claveles
la vida de una dalia es fugaz…
Su aroma equivale a un suspiro.
La vida es un paisaje
poblado de matices tornasoles
a veces punzante cardo
a veces sorprendente cicuta
la ternura jamás será constante
por eso libérate del mundo que te atrapa.
Ella piensa en medio de su perturbación: Cuando el alma se desordena se desboca todo en mí, soy entonces incapaz de poner freno a mis instintos. Suele suceder que nada haga, nada exprese. Sin embargo el alma deja un indefinible barullo. Es cuando en medio del caos me observo a mí misma como a la mujer que pasa por mi lado sin peinarse, su faz sin maquillaje, un traje semi sucio, un blazer sin botones, con la urdimbre de su tejido algo deshilachada, el calzado bastante desgastado. Paro en seco a la espera de la calma. La mente en blanco se catapulta en el tumulto de emociones reprimidas, ahí, quieta cual estatua percibo no tener tiempo para deshacer los pasos, menos aún para detener todo el desajuste que se ha formado desde cuando el alma decidió adentrarse en tal fárrago. Desespero por enfilar hacia el orden perentorio mientras apretado mi pecho quiere dejar de latir. De repente pasa de nuevo por mi lado aquella mujer que soy o tal vez fui alguna vez ¿irá a su paso dejando estelas del milagro tan soñado? Tal vez hasta hoy no fui consciente de la angustiante fatiga que deja la mezcolanza de perturbaciones deshacedoras de estructura. Me orienta a pensar en cuánto importa nuestra armonía, en el valor del amor, en la belleza de las frases tiernas dichas al descuido, tatuadas en el ser. Decido hablar conmigo como la amiga que lleva años a mi lado, le pregunto cómo salir del alboroto, o si acaso lo disfruta. Ella me responde como siempre: “son cosas de la vida… siempre lo serán”. No ayuda a aclarar mis ideas. Acomodaticia tal vez pone un velo a sus ojos para no ver como el desorden del alma se lleva el brillo de la vida, la libertad, los sueños, la alegría, se lleva incluso el amor. Dejo de platicar con mi amiga interior para hacer uso de la razón. Comprendo que un día gris es un día gris así yo busque bañarlo de rayos de sol, pero igual recuerdo que siempre habrá un nuevo amanecer por ende el alma será exactamente lo que debe ser y morirá el caos.