#Cultura
“Se cree que los libros clásicos tienen palabras y frases complicadas.”
Ricardo Sandoval / @LuisRSandoval5
luizandcar18@gmail.com
Ahora sí, ya para finalizar y dejar descansar a nuestro no tan querido Ítalo Calvino, viene la última parte que constará de cuatro puntos. Como se ha venido diciendo a lo largo de estos textos, la importancia de si leer o no leer los libros clásicos tradicionales, personas, escritores y críticos decidieron que son los que cada quien debe de leer al menos una vez en la vida. A su vez, se ha demostrado que no siempre es posible, ya sea por motivos personales, laborales, familiares o hasta sociológicos.
Por otra parte, un clásico puede ser cualquiera que no entre en los cánones del siglo XX, ya que estando en una era donde el internet y el acceso a la información es prácticamente ilimitada, se vuelve irónico que la misma limitante seamos nosotros; sí, sonó como un libro de autoayuda.
En el actual siglo XXI, los cánones han cambiado, pero mantienen en una especie de misticismo a libros como la Ilíada y la Odisea de Homero, mantenemos y recordamos leyendas como la de Aquiles, el Ulises de James Joyce, libro que he mencionado en varias publicaciones anteriores y que si hablo sobre este complicado libro, lo usaré como parte de mi investigación para la tesis (inserte risas de programa de televisión de los 70-80´s).
Por otra parte, el crítico literario, Harold Bloom, escribió un libro con los cien libros (occidentales) que leer antes de morir. Él se enfocaba en “libros que son importantes para la formación de las personas, y a los que el ciudadano medio no ha tenido acceso”. Entre estos libros (100 títulos en total que nos da el crítico estadounidense), se encuentran clásicos griegos como La Odisea de Homero, El Banquete, de Platón, Las Metamorfosis de Ovidio, pasando por la edad media con las Confesiones de San Agustín, el Poema del Mio Cid, La Divina Comedia de Dante y un larguísimo etcétera, ya que el crítico pasa por toda la historia escrita, tanto eurocentrista como latinoamericana.
Pero como se ha mencionado en anteriores entregas, el tener su top de libros “clásicos” depende de cada uno de los lectores y estas listas pueden o no, incluir las obras maestras de la literatura.
En el párrafo anterior tiene mucho que ver con el punto número nueve que Ítalo Calvino nos dice en su prólogo de ¿Por qué leer a los clásicos? Dice así: 9) “Los clásicos son libros que cuanto más cree uno conocerlos de oídas, tanto más nuevos, inesperados, inéditos resultan al leerlos de verdad.”.
Ahora bien, en el punto número 10 dice: “Llámese clásico a un libro que se configura como equivalente del universo, a semejanza de los antiguos talismanes”. Antes de continuar, voy a escribir el punto número 11: “Tu clásico es aquel que no puede serte indiferente y que te sirve para definirte a ti mismo en relación y quizás en contraste en él.”.
Estos dos puntos, vitales, son la causa de que está permitido tener oposición crítica hacia un determinado autor, por más que lo admiremos. La crítica es bienvenida, la discusión, la contradicción. No tiene nada de malo y se podría solucionar con un simple “no voy a leerlo”, pero como estamos en una época en la cual todo se critica, aunque no haya fundamentos o dichas bases sean débiles, uno “siempre debe tener la razón”. En la época actual la crítica está mal vista, se confunde con que hay que destruir al otro.
Hay que mencionar, además a Tzvetan Todorov, que en su libro Crítica de la crítica, apenas en el primer párrafo de sus Explicaciones Preliminares, dice lo siguiente: “Los franceses no leen, según parece. Y eso que, al establecer estadísticas tan descorazonadoras, agrupamos confusamente alta literatura y literatura menor, guías turísticas y libros de cocina.” Es decir, que se contrapone a lo que dice Ítalo Calvino, que básicamente menciona que cualquier libro de cualquier género puede ser el indicado en que lo llamemos clásico.
Por lo que se refiere a la crítica, como se mencionó con anterioridad, se tiene la mala fama de que un “crítico” es alguien que te va a destruir tus sueños y esperanzas. Sin embargo, es la cara oculta de aquello que vemos superficialmente, pero que la lógica mundana es más fuerte que el análisis. Pero entonces, ¿está bien si critico algo o a alguien sin saber que hay detrás? Es un tema muy complicado de responder, pero que haré lo mejor posible para darme a entender.
Cada época que ha vivido la humanidad es distinta. Las opiniones que antes se tenían, ahora se ven obsoletas, anticuadas. ¿Ahora está bien “criticar” (atacar) a alguien por hacer un dibujo (bien llamado fan art), sobre la última película de Disney, Encanto, por ser considerado que “así no somos (en el color de piel), los latinoamericanos” por los estadounidenses? este punto de vista pudo haber hecho molestar a algunos de ustedes y es entendible si no les doy bien el contexto de lo ocurrido.
Conviene subrayar que, un usuario en Twitter, subió un hermoso fan art sobre dicha película del ratón y entre los comentarios, saltaron varios estadounidenses diciéndole que su dibujo “estaba mal porque la piel latina es más oscura”, como si creyeran que el tono de piel debe ser como ellos mandan. De ahí nació un movimiento para defender al creador del dibujo de los ataques supuestamente críticos de los estadounidenses (a los que me rehúso a llamarlos “americanos”). Si se tiene un pensamiento así de cerrado, por ende, el mundo, la vista, la razón se limita y ya no se valoraría nada.
Si bien el punto de vista es importante, la crítica se tiene que hacer con bases sólidas. Esto es fundamental porque sino, se pierde una curiosa tradición que ha venido desde que se inventó la crítica literaria: todo está relacionado, tanto la sociología, la política, la literatura y hasta los deportes. Debido a que vivimos en una era digital, comentarios como los anteriormente vistos se multiplican y se enmascaran como si fuera “la verdadera crítica”. Pero algo a tener en cuenta es que dicha crítica vive de la época y su función es para contrarrestar eventos que estamos pasando.
Pero queda una duda ¿cómo explicar ambos temas al mismo tiempo sin perder el hilo conductor? Mucho tiene que ver el lenguaje. Se cree que los libros clásicos tienen palabras y frases complicadas. Su estructura está llena de figuras retoricas. Los libros clásicos de la humanidad tienen un lenguaje muy sencillo.
Regresando a Calvino y enfocándonos en aquel punto número once dice así: “Tu clásico es aquel que no puede serte indiferente y que te sirve para definirte a ti mismo en relación y quizás en contraste con él.” Continúa con el punto número doce: “Un clásico es un libro que está antes que otros clásicos; pero quien haya leído primero los otros y después lee aquél, reconoce en seguida su lugar en la genealogía.”.
Un libro se hace clásico en la medida que se asemeje a la sociedad actual, que traspase los límites del tiempo. Claro, hay que verlo como una obra de ficción y no siempre refleja a la sociedad actual, sino a la sociedad de cuando fue escrita. Pueden existir similitudes entre aquella época y la que estamos viviendo, pero siempre hay que leerlo desde esa perspectiva. Si bien es complicado determinar qué hace un libro clásico, aún queda una pregunta por responder: ¿por qué leer dichos clásicos en lugar de enfocar nuestras energías en aquellos libros que nos hagan entender nuestra sociedad?
Responder la pregunta anterior es más complicada, ya que soy de la idea que no siempre se pueden leer los clásicos, no siempre tiene que haber una crítica fuerte y contundente. Es válido incluso el famoso “me gusta y está fácil de leer”. Debe existir un punto medio que nos permita ver a todos los planos y de ahí, elegir la mejor opción para fundamentar nuestras opiniones.
Los puntos trece y catorce del libro de Calvino dicen así:
13) “Es clásico lo que tiende a relegar la actualidad a categoría de ruido de fondo, pero al mismo tiempo no puede prescindir de ese ruido de fondo.”.
14) “Es clásico lo que persiste como ruido de fondo incluso allí donde la actualidad más incompatible se impone.”
Para finalizar abro otra pregunta: ¿son importantes o no los libros clásicos? Como se ha mencionado a lo largo del texto, va más allá la crítica literaria, porque está conjuntada con la propia obra literaria y con la sociedad de donde sale y es por esto que no suele ser muy bien recibida; obviando el hecho de ser algo sumamente específico que no muchas personas se atreven a entrarle por falta de comunicación y acercamiento entre los propios críticos, escritores y los lectores.
¡Hasta la próxima!