#InPerfecciones
Aunque por momentos llegó a parecer que el COVID-19 se convertía en un tema totalmente controlado y dominado no es así, actualmente el mundo pasa por una nueva ola de contagios; evidentemente el mundo del Deporte ha sido alcanzado por éstos.
Jorge García Vielma
jorge.garcia@inperfecto.com.mx
Hay temas que acaparan protagonismo en algunas charlas de café, es común que ciertas temáticas resulten más interesantes que otras, resulta apetecible abordarlas para la hora del tinto; tal y como se le conoce en Colombia. De los últimos dos años a la fecha hay un actor que se ha vuelto preponderante en la vida social, tiene nombre y apellido: COVID-19, en el cierre del año 2021 se vislumbraba un cese a su peligrosidad, hubo un lapso donde se llegó a pensar que la ardua batalla estaba totalmente controlada, no terminada pero sí con mayores elementos para la defensa; no es así porque todo volvió a quedar en una simple creencia. De manera inmediata en los primeros días del mes de enero volvieron a ser habituales imágenes de largas filas de pacientes a las afueras de los hospitales esperando para recibir una consulta o el resultado de una “prueba”, volvieron los testimonios de personas infectadas; incluso hay quienes ya repitieron dos o tres veces su resultado positivo.
Claramente el Deporte se está viendo afectado por las indolencias pandémicas, todo aquello que se suscita en este campo puede tomarse como una especie de termómetro social, por ejemplo, cuando el COVID-19 comenzó a cobrar mucha fuerza se empezaron a cerrar algunos inmuebles y suspender actividades, era una señal de todo lo que estaría por venir para la vida en general. Pero no todo puede ser malo, conforme la tormenta se iba calmando, el campo deportivo se volvía a fortalecer y recuperaba de a poco su estilo habitual al que todos estamos acostumbrados. Por fortuna las consecuencias originadas por actividades deportivas cuentan con matices, no siempre hay un extremismo entre lo positivo y negativo, existe la bondad de poner a discusión los hechos que están marcando a esta arena; pero casi siempre hay actores que resaltan más, se pensaría que lo hacen solamente por sus conductas en el terreno de juego pero no todo puede ser miel sobre hojuelas.
¿Vacunarse o no ante el COVID-19? Sí, puede ser un cuestionamiento crudo y potente, una pregunta que cobró fuerza en cuanto se supo de la existencia de algún fármaco que hiciera frente a esta pesadilla; casi como una pelea de box que se va a las tarjetas, hay decisión dividida en cuanto si hacerlo o no. En todas aquellas personas que cuentan con dudas respecto a recibir la vacuna hay figuras que destacan, y en el ámbito deportivo últimamente resaltó un nombre que se vio envuelto en un escándalo más, el tenista servio Novak Djokovic.
La novela se conforma de varios capítulos, pero para ahorrárselos es mejor ir al punto neurálgico del asunto. Está por comenzar el Australian Open, el primer Grand Slam en el presente año y los mejores tenistas del mundo se darán cita a este magno evento, hasta aquí pareciera todo normal, entonces ¿qué pasó? Djokovic aterrizó en Oceanía para competir por un nuevo título en su carrera, pero hay un pequeño detalle, llegó a Australia sin ninguna vacuna anti COVID-19, este elemento altera por completo la ecuación. El gobierno de aquel país fue tajante en su postura y negó el acceso al tenista servio, dicho acto se volvió un escándalo a nivel mundial, ¿cómo era posible que estuvieran atentando contra la figura de un campeón? Por momentos hay personas que sufren amnesia cuando se trata de recordar todo lo que ha pasado en los últimos años a causa del sars cov 2, ni el Deporte ni cualquier otra disciplina puede estar por encima de asuntos tan escabrosos como éste.
En el imaginario colectivo se tiene la certeza que la vida de un deportista es la mejor del mundo, se piensa que no hay mayor problema en sus días porque fácilmente pueden acceder a todo lo que deseen; pero también en múltiples ocasiones se les olvida que estos personajes también son seres humanos y la figura de semi dioses es solo un tema de fantasía. Novak Djokovic decidió no vacunarse como muchas otras personas a nivel mundial, la única diferencia radica en que al ser considerado como una “figura pública” todo se maximiza y parece haber un permiso para poder emitir juicios en torno a su decisión; esto no debería ocurrir en un mundo ideal. Ahora el otro lado de la moneda también pone sobre la mesa otra falsa creencia en torno a los deportistas: “mente sana en cuerpo sano”, y no, no todo lo que brilla es oro y hoy gracias al mundo del tenis podemos reafirmarlo.
Disputar o no el Australian Open parece ser algo mínimo para la figura de Djokovic, y por momentos también debería ser así para el resto de la sociedad porque en situaciones como esta hay cosas más importantes que el Deporte. Los actores que hoy están involucrados en la historia tienen cierto grado de responsabilidad, no todo debe caer en el tenista servio sino se debe tener en cuenta que hay manifestaciones en algunas relaciones de poder que orbitan actualmente en dicha disputa.
Rueda el balón, rueda la vida